Fiestas de Yahuwah en Yahushua

La aclaración y restauración de las Fiestas de Yahuwah, así como de Sus Mandamientos, es una parte muy importante del ministerio de todos los que son de origen judío como discípulos del Mesías.

Muchos de los que llevan el título de judío mesiánico se esfuerzan por preservar y restaurar las fiestas judías, o más específicamente las fiestas bíblicas originales. Algunos de nosotros organizamos eventos, ocasiones para celebrar estas fiestas de forma tradicional.

Este tipo de eventos también pueden ser de gran importancia y fructíferos durante un tiempo, pero

la perpetuación de celebraciones superficiales privadas de su contenido espiritual tarde o temprano se vuelve más dañina que constructiva.

Como discípulo del Mesías, qué hacer con estas fiestas ordenadas por Yahuwah, porque Pablo también nos hace preguntas y nos advierte sobre esto:

mas ahora, conociendo a Yahuwah, o más bien, siendo conocidos por Yahuwah, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar? Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años. Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros.

Gálatas 4: 9-11

Con estas palabras de Pablo, nadie debe sentirse libre de seguir celebrando todas las fiestas pseudocristianas de origen pagano impuestas por el tiempo y el espíritu imperial grecorromano sobre el cristianismo original y puro. Debería ser obvio para todos que siempre es mejor mantener el original, aunque sea de una manera farisea y religiosa, que continuar perpetuando las falsificaciones de cualquier manera.

Por supuesto, nadie quiere volver a sus raíces originales de una manera farisea y religiosa, como describe Pablo. Explicaremos con más detalle qué motivó la declaración de Pablo, cómo puede objetar la observancia de las fiestas, días, años y Shabat, mientras él mismo estaba trabajando en la restauración de la Palabra completa y cumplida de Yahuwah.

Entonces, ¿cómo celebrar las Fiestas de Yahuwah?

A menudo oí algunos creyentes quejarse de que después de su conversión y nacimiento de nuevo, esperían ansiosamente y celebraban las fiestas bíblicas. Luego, después de un tiempo, el entusiasmo se desvaneció lentamente y no sabian qué hacer con este sentimiento. Para muchos, el fenómeno causa mucho remordimiento, ya que sienten que algo anda mal con ellos espiritualmente y, a menudo, incluso llegan a juzgarse a sí mismos.

Yo mismo he pasado por este estado. Especialmente después de asentar mi identidad judía y comenzar a celebrar fiestas exclusivamente bíblicas.

Inicialmente tuve la misma sensación que durante mi infancia cuando celebrábamos navidad y pascua, aunque aún sin darme cuenta de su falsedad,

las viví como un verdadero milagro, como es el caso de la mayoría de los niños.

Después de nacer de nuevo, yo también esperaba con gran entusiasmo la llegada de estos días designados por la Biblia, manteniendo las fechas e yendo a las sinagogas en Budapest para celebrar las Fiestas de Yahuwah con la comunidad judía local. Pero después de unos años, ya no quería celebrar, ir a las sinagogas, y al día siguiente, por lo general, descubría que se me había vuelto a escapar un día de celebración.

El remordimiento había sido reemplazado rápidamente por una sensación de consuelo, sin saber lo que realmente estaba pasando, pero sintiendo que no era la desobediencia, el pecado o cualquier distorsión espiritual lo que estaba causando este sentimiento, pero que estuvo empezando a experimentar inconscientemente lo de que Pablo estaba hablando a los Gálatas.

Creo que ese sentimiento y entusiasmo inicial estuvo legitimo a esa época e incluso me ayudó a fortalecerme en espíritu y en mi identidad. Sin embargo, fue bueno que no duró mucho y que yo avancé en esta área también.

¿EL cumplimiento de las Fiestas les abole?

Empezó a obtener una respuesta real a la pregunta cuando un miembro de una iglesia que celebraba el Shabbat me explicó que no celebraban ningún día festivo excepto el Shabbat y el bautismo. En su iglesia, se cree que

cuando el Mesías fue crucificado, cuando el velo del templo se rasgó en dos, se cumplieron todas las fiestas bíblicas,

por lo que ya no hay necesidad de celebrarlas. Inmediatamente me estremecí al escuchar esto, aunque sentí que había errores y contradicciones en lo que estaba diciendo, sentí que la verdadera respuesta a esta pregunta sobre el significado de las Fiestas en la Era de la Gracia tenía que ser algo muy cercano a esa. Sin embargo, le señalé la contradicción de su creencia, porque los días festivos son considerados Shabbat por la Ley. El día de la gran expiación, por ejemplo, Yom Kippur, en el Antiguo Testamento se menciona como el Shabbat de los Shabbates. Realmente no entiendo por qué se le da tanta importancia a los sábados semanales, cuando otros días festivos, es decir sábados también, se consideran obsoletos. Pero ese no es nuestro tema en este momento.

La doble dimensión de las Fiestas

Le pedí a Yahuwah que en lugar de perder mi tiempo innecesariamente tratando de resolver el asunto con mis propias herramientas humanas, que Él mismo me abriera los ojos a lo que deberían significar Sus fiestas para nosotros los creyentes, porque la Palabra considera que todas las fiestas sean ​​eternas. ¿Por qué fue que antes, durante y después de mi conversión en mis primeros años como creyente, eran tan importantes y hoy ya no tengo mucho entusiasmo?

Recibí rápidamente la respuesta cuando se me apareció

la imagen del Sagrado Tabernáculo en el desierto.

Recordé que los miembros del pueblo solo aparecían en el atrio del Templo en las Fiestas Mayores y en el Shabat semanal. Venían aquí para encontrarse y hacer ofrendas a Elohim. Los miembros del pueblo vinieron de afuera, del desierto y aparecieron en la plaza del Santuario. Este atrio fue el lugar donde se encontraron con los levitas que traían sus ofrendas adentro.

Sabiendo que el Tabernáculo es el presagio del Cuerpo del Mesías, sabiendo que los que servimos al Mesías somos todos Levitas de este Santuario Espiritual, entendí que las Fiestas son y deben ser vividas de manera muy diferente por la gente de afuera en comparación con los que sirven dentro. Para los extranjeros, es decir, los que buscan, los creyentes superficiales, los religiosos, los que aún siguen las tradiciones, etc., los días señalados, las Fiestas, son los únicos momentos del año en los que pueden encontrarse y acercarse a Yahuwah. Es durante estos tiempos señalados que aparecen en el atrio porque siempre siguiendo las leyes y tradiciones que así lo exigen. La santidad de estos días los lleva a un estado spiritual diferente y más profundo, por lo que se acercan más a su Creador en lo más profundo de sus corazones. No son miembros del Santuario, pero aparecen a la puerta y se acercan en espíritu a su Salvador. En esos momentos, sus oídos y corazones están más abiertos a la palabra de llamado y de consuelo de Yahuwah. Los preparativos también así como el hecho de irse a los lugares de culto a celebrar es ya un estado espiritual de acercamiento al Creador. Mientras tanto, para nosotros que ya estamos sirviendo en el Santuario,

experimentamos la esencia y el contenido espiritual de todas las fiestas que se realizan en cada momento de nuestras vidas.

Ya no tenemos que escudriñar las fechas en los calendarios y esperar de las fiestas y de su observancia para algún nuevo ímpetu o cambio espiritual en nuestras propias vidas.

Estos días, como los Mandamientos, se cumplen en nosotros por medio del Mesías.

Pero para los externos, estos días son los únicos en los que, acercándose al Cuerpo del Mesías, tienen la oportunidad de echar una mirada al Santuario del que nosotros, los levitas, ya somos habitantes permanentes. ¿Cómo podrían importarnos estos pocos días desde nuestro propio punto de vista, si hemos alcanzado el objetivo que estas fiestas debían representar como la sombra de lo que vendría?

Así es como podemos entender las palabras de Pablo cuando reprende a los creyentes nacidos de nuevo por dar demasiada importancia a las fiestas y esperar demasiado de su observancia. Los Gálatas egresaron a la celebración de estos de la manera tradicional y no entendieron el nuevo significado espiritual y su nuevo papel visto desde el lado interior del Santuario. Continuaron abordando la cuestión como meros extraños y no como copropietarios legítimos. En resumen, los Gálatas volvieron a la forma religiosa de celebrar las fiestas, al igual que los judíos no mesiánicos tradicionales. Simplemente, volvieron al demonio de la religiosidad.

Las Fiestas cumplidas en nosotros por el Mesías

Primero, escuchamos la voz de Yahuwah mientras nos llamaba al arrepentimiento – un momento que recuerda a Yom HaTrua (Rosh HaShana). Luego, tras el Éxodo de Egipto y el sacrificio del Cordero de Pésaj que reconocimos y aceptamos, experimentamos la Expiación, el último Yom Kipur de nuestras vidas. Es en este momento que recibimos al Espíritu Santo, el Consolador, cumpliendo así el significado de la fiesta de Shavuot, cuando la ley ya no está escrita en tablas de piedra, sino en la carne de nuestro corazón, cuando finalmente podemos declarar: “Ya no soy yo quien vive, sino que es el Mesías quien vive en mí. »

Solo queda una fiesta, todavía en curso, la de la cosecha: Sucot (la fiesta del tabernáculo). Esta fiesta simboliza nuestro encuentro en el atrio del Tabernáculo como levitas con aquellos que aún no son miembros del Cuerpo del Mesías. Sucot está en proceso de cumplirse, ya que los levitas constantemente ofrecemos nuevas almas a Yahuwah como primicias de nuestros ministerios.

Hablaré de Purim, Rosh Hashaná y Hannuka en otras enseñanzas, ya que son días festivos no bíblicos o una versión modificada e falsificada.

Pero por el momento es también necesario mencionar un aspecto fundamental del significado de las fiestas de Yahuwah y éste es que

todos los eventos clave en la historia de la Salvación hasta ahora se han cumplido en el mundo visible en una festividad judía.

El nacimiento, la muerte, la resurrección, la ascensión y el don del Espíritu Santo de Yahushua tuvieron lugar en las fiestas judías. Aqui es donde estamos ahora. La próxima festividad a celebrar es Yom HaTrua (más conocida por el nombre talmúdico de Rosh Hashaná, considerado hoy el día del Año Nuevo judío). Esta fiesta se extiende durante dos días y está vinculada a la profecía de Juan como se describe en Apocalipsis y 2 Tesalonicenses cuando sonará la trompeta o shofar y la Iglesia (la Novia) será removida.

El Tabernáculo como día de fiesta permanente y eterno

Nosotros que servimos dentro estamos constantemente en la presencia de Yahuwah, y Yahushua es nuestro Sumo Sacerdote. También nosotros mismos somos templos vivientes, porque Elohim reside en nosotros a través de Ruaj HaKodesh. Entonces, ¿por qué deberíamos darle importancia a días y horas específicas? ¿Por qué sentimos la necesidad de buscar bendiciones adicionales en nuestra vida a través de su celebración? ¿No es el Espíritu del Salvador quien habita en nosotros? ¿No se han cumplido en nosotros todas las promesas contenidas en las Fiestas? En cualquier lugar y en cualquier momento podemos dar testimonio de nuestra propia conversión, de nuestro propio Yom HaTrua, de nuestra aceptación de la sangre del Mesías en Pesaj y luego de nuestra restauración y expiación en Yom Kipur, llevándonos a recibir la guía definitiva de Su Espíritu, cuando por Shavuot, en Pentecostés, Él entró definitivamente en nuestros corazones.

¡Realmente ya no necesitamos apegarnos a las Fiestas de Yahuwah según cuándo se celebran!

Para todos los que viven y sirven dentro del Santuario, las fiestas se cumplen plenamente, y sería arriesgado pensar que fechas y ordenanzas literales puedan perfeccionarnos aún más. Esto es similar a la situación con la Ley. Los mandamientos nos ayudan a permanecer en el camino angosto, pero ya no son los instrumentos esenciales para alcanzar la justicia ante Yahuwah. También se han convertido para nosotros en signos, simples recordatorios.

¡Las Fiestas de Yahuwah son sin embargo eternas incluso según las fechas del calendario!

Otra contradicción y nuevamente de Pablo; pero eso sí, sólo las fechas ya no son importantes para las mismas personas. Es fundamental respetar la celebración de las Fiestas, incluso desde el punto de vista temporal respetando las fechas del calendario, porque tienen verdadera validez e importancia en el caso de todos aquellos que aún no están en Cristo y por tanto están siempre bajo el yugo de la Ley. En estos días especiales, conocidos por todos, los forasteros acuden en mayor número a postrarse a la entrada del Santuario, en un estado de humildad espiritual más profunda que durante los demás días del año. Durante estos días, la gente del mundo siente más la necesidad de detenerse y venir al encuentro de Yahuwah. Para nosotros las fiestas según las fechas son una oportunidad para servir, para dar testimonio del Mesías de manera aún más intensa que los demás días del año para recibir a nuevos hermanos y hermanas. Porque para quienes viven bajo un espíritu ajeno, estos días tienen un significado más profundo que otros días ordinarios del año. Estos días les recuerdan que pueden escapar del yugo del señor de este mundo regresando al Padre. Por lo tanto, no los ofendamos por no estar presentes y no estar disponibles en la puerta cuando lleguen. Pero no pensemos que estos días tienen más importancia para nosotros personalmente,

porque estamos y debemos estar en un estado de Fiesta y Shabat eterno.

Así que observemos los tiempos y las festividades para que podamos servir a los demás y nutrirlos espiritualmente. Compartamos el testimonio de la esencia de las Fiestas con quienes aún no son parte del Santuario, quienes aún no son Levitas. Sin embargo, más allá del gozo que puede traer el cumplir este ministerio y ver nacer nuevas vidas, no esperemos nada más para nosotros, pues ya se nos ha dado todo lo que podemos recibir: Su Gracia y Vida Eterna.

Elohim dio las Fiestas y los Sábados al mundo como señales eternas para recordar a todos que Él es el Creador, Salvador y Señor del mundo.

Debemos respetar y utilizar estos signos en beneficio de los demás. En estos días el hombre no redimido tiene la oportunidad de asomarse al Santuario celestial, el Cuerpo del Mesías, recibiendo también una invitación a entrar. Esta es una gran oportunidad para que los sacerdotes levitas que sirven dentro hagan la invitación más atractiva para que la acepten.

Celebremos con corazón de niño, por el bien de los niños.

Como padre, después de algunos años de celebración latente, me di cuenta de la importancia de conmemorar estas ocasiones para fijarlas en la memoria de mis hijos. Me di cuenta de que sería un error muy grande privarlos de esto, sólo porque sus padres son espiritualmente maduros.

Este es uno de los medios más poderosos de evangelización.

Estos momentos especiales enseñan a nuestros hijos la importancia de la humildad y del respeto, mientras establecen los cimientos de su fe. En el caso de los judíos, también fortalece su identidad. A través de su celebración, les inculcamos la necesidad de tomar momentos de pausa y dedicar su atención exclusivamente a Elohim, buscándolo. Al igual que las fiestas de mi infancia, aunque la mayoría de ellas eran falsas y sin significado, jugaron un papel crucial en mi búsqueda del verdadero significado de las fiestas de Yahuwah y el conocimiento de Yahuwah mismo.

Estos recuerdos se convertirán en marcadores en las vidas futuras de mis hijos. Serán faros en su camino como discípulos, en los que podrán confiar para fortalecerlos y guiarlos en el camino que tienen por delante.

Sin embargo, tarde o temprano tendrán que ir más allá del lado superficial de estos signos.

No les bastará con aparecer en el umbral de la plaza 3 veces al año durante las fiestas mayores o Shabat semanales, sino que como miembros del Santuario, la esencia de las fiestas y Shabats deberá estar grabada en sus corazones para poder volverse permanente en ellos también.

Celebremos, pues, las Fiestas por el bien de los niños, por los que son niños en edad física, pero también por los que son niños en espíritu, aunque adultos físicamente, así como por todos los que aún no han nacido de nuevo.

Fiestas judías: signos/etapas de la historia de la salvación

  • Pesáj: La Crucifixión y Muerte de Yahushua. El sacrificio del cordero pascual
  • Hag HaMatzot / Fiesta de los Panes sin Levadura: Entierro de Yahushua
  • Bikkurim / Fiesta de las Primicias: Resurrección de Yahushua
  • Shavuot / Pentecostés – Fiesta de las Semanas: Llegada de Ruach HaKodesh (Espíritu Santo)

Estos se logran.

  • Yom HaTrua / Día del Sonido de los Shofars – (Rosh HaShana): El Rapto de la Novia
  • Yom Kippur / Día de la Expiación: Israel se arrepiente y reconoce a Yahushua de Nazaret como el Mesías
  • Sucot / Fiesta de los Tabernáculos: Retorno de Yahushua HaMashiah – Reunión del Remanente – el comienzo del Milenio.

Su cumplimiento llegará pronto.

Cambio de horario

El calendario judío probablemente fue movido hacia atrás por 3 meses durante el exilio romano moderno. Hillel HaNassi, durante el siglo IV, aparentemente reajustó la cuenta de los meses atrasándola tres meses. Lo habría hecho, entre otras cosas, probablemente para adaptar las fechas de celebración de las fiestas a las nuevas condiciones climáticas de las regiones europeas de nuestro exilio. Las variaciones climáticas experimentadas durante el exilio alteraron un poco el calendario judío original, ya que todas las fiestas están vinculadas a los ciclos de la agricultura. De hecho, los períodos de cosecha difieren según se encuentre en Europa Central o en Oriente Medio.

Cabe señalar que en Oriente Medio las etapas finales de la cosecha duran hasta finales de noviembre o incluso principios de diciembre. Antes del exilio, ¿cómo podían los judíos haber celebrado Sucot a finales de septiembre o principios de octubre, cuando todavía quedaba mucha cosecha hasta finales de noviembre? En el celo rabínico de la actual comunidad judía israelí, esta pequeña contradicción, por supuesto, se pasa por alto en silencio y todos hacen la vista gorda, porque nadie se atreve a contradecir la tradición centenaria según la cual la serie de fiestas de otoño cae en el principios de otoño y no al final. Por eso no se adoptó el calendario original, aunque una gran parte de la población vuelve a vivir en Oriente Medio, donde el ciclo agrícola otra vez se finaliza a mediados de diciembre.

Otras fuentes afirman también que este espíritu que siempre se ha especializado en modificar fechas, horarios y días festivos, el catolicismo y su representante, el Papa de la época, también habría obligado a Hillel a eliminar 210 años del calendario judío original, so pena de ser asesinado. él y su comunidad.

Si esta información resultara ser cierta, y los signos de los tiempos realmente parecen confirmarlo, entonces no estaríamos en el año 5784, como dice el calendario judío oficial, sino que efectivamente habríamos entrado en el año 5994 de historia mundial. Así que pudimos ver que el momento está mucho más cerca de lo que muchos están dispuestos a admitir.

Ver también: Shavuot – Pentecostés

VERSIÓN VIDEO

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