Si comprares siervo hebreo, seis años servirá; mas al séptimo saldrá libre, de balde. Si entró solo, solo saldrá; si tenía mujer, saldrá él y su mujer con él. Si su amo le hubiere dado mujer, y ella le diere hijos o hijas, la mujer y sus hijos serán de su amo, y él saldrá solo. Éxodo 21:2-4

Libres para el matrimonio

Algo aquí parece contradecir el deseo de Yahuwah respecto al matrimonio. El orden según el cual dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne parece contradecir esta ley aquí. El matrimonio es una unión triple, un pacto pasado entre el hombre, la mujer y Yahuwah. ¿Cómo puede un tercero opinar en una institución de ese tipo?

Si tuviera una esposa al entrar, que salga con ella. El matrimonio se sella fuera de su servicio en la casa de su amo, no tiene derecho sobre esta unión. Pero si se casó durante su estancia con el dueño de la casa, nació esta unión con el acuerdo de este último. En este caso, él tiene derechos en esta relación. Así, la mujer y los hijos posiblemente resultantes de esta alianza también le pertenecen. Una situación similar aparece en el caso del hermano muerto, cuando el judío tiene el deber de generar una descendencia a su hermano fallecido y debe acostarse con su cuñada para fecundarla. También allí, el niño nacido de tal unión no se atribuye a su padre biológico, sino que se lo considera como el hijo del difunto.

El esclavo hebreo era alguien que había cometido un error, habiendo tropezado y perdido su fortuna y todas las propiedades que poseía. La institución de la esclavitud fue una oportunidad para él para volver a ponerse de pie y empezar una nueva vida. Se le dio la oportunidad de ser recibido en la casa de alguien donde el trabajo, la comida y el alojamiento estaban asegurados para él y su familia. Así que tenía un trabajo, pan y techo por un período de seis años durante el cual podía recaudar los fondos necesarios para empezar una nueva vida al final de este período. El amo no era un esclavista y el siervo no era un esclavo en el sentido en que lo entendemos. Era más bien un servidor al que se le devolvía el servicio de no ser rechazado en la calle para o aún del Pueblo. El amo era un miembro del pueblo judío para quienes la bendición de Yahuwah era visible y tenía suficientes bienes para poder compartir con los otros, no de forma gratuita, sino a cambio de un trabajo bien definido. Era casi un deber ayudar a aquellos que habían pagado sus deudas a la sociedad, pero no les quedaba nada para evitar que se apobrece más y se encontre en la calle o aún fuera del Pueblo. Un hombre soltero en una crisis así debe tener cuidado de no querer casarse cuando ni siquiera puede permitirse mantenerse a sí mismo. Su objetivo debe ser recuperar su autonomía y libertad. Que solo recauda los fondos necesarios para poder fundar una familia. Si, a pesar de eso, no puede resistir sin una compañera, incluso durante este período de seis años, pues, que se case. Yahuwah no prohíbe el matrimonio incluso en estos casos. Pero debe saber que, mientras no sea libre, no pertenece por completo al Señor. Por lo tanto, cualquier pacto hecho entre personas no libres también se colocará bajo el poder del hombre a quien pertenecen los cónyuges. Esta ley no es más que una seguridad para evitar que las personas no aptas para el matrimonio se unan inconscientemente.

Esta ley todavía es relevante hoy. Cuando buscamos a nuestro/a compañero/a como jóvenes creyentes recién convertidos y nacidos de nuevo, debemos hacer la pregunta antes de Yahuwah si estamos aptos para casarnos. ¿Somos completamente libres, o todavía tenemos vínculos que nos unen a nuestro pasado? ¿Todavía estamos bajo el yugo de la familia, de nuestra madre, de nuestras tradiciones antiguas tan religiosas que sean, todavía tenemos nuestras buenas ideas a las que estamos apegados, nuestros gustos de los cuales no nos libraríamos por nada en el mundo? En una palabra, ¿la entrega del poder a las manos del Mesías ha sido completa en todas las áreas de nuestras vidas? ¿Podemos esperar, o damos paso a las hormonas que se desatan en nosotros? ¿Cuán lejos estamos de nuestras propias expectativas? Porque tenemos una idea muy precisa de cómo debe ser nuestro compañero desde dentro y desde fuera. Cuánto diploma debería tener y cuáles deberían ser sus gustos culinarios o musicales. Ya que una unión apresurada puede ser lleno de consecuencias. Una alianza bajo el yugo de un poder extranjero siempre trae una avalancha de problemas. De hecho, el amo, que en este caso no es un hermano de nuestro pueblo que se acerca a nosotros, sino un espíritu maligno que quiere y sabe cómo dañarnos, no dejará de hacer valer sus derechos sobre tal pareja. Él hará todo lo posible para destruir esta unión. La mejor voluntad del mundo puede motivar nuestra acción, queriendo cumplir una de las leyes fundamentales del Señor, una unión apresurada será para nosotros un camino plagado de trampas.

Por supuesto, también se puede obtener la gracia en tales circunstancias. Porque Yahuwah perdona nuestras fallas cometidas en nuestra inconsciencia, es posible implorar la liberación de las uñas del falso maestro que nos mantiene como rehenes para salir libres y purificados como el pueblo liberado de las manos de Faraón. Pero es mejor tomar nuestras precauciones y tener en cuenta las advertencias que se nos proponen.

Y si el siervo dijere: Yo amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos, no saldré libre; entonces su amo lo llevará ante los jueces, y le hará estar junto a la puerta o al poste; y su amo le horadará la oreja con lesna, y será su siervo para siempre. Éxodo 21:5-6

Sometimiento voluntario

El uso de pendientes es una tradición pagana muy ajena al pensamiento judío. Igual con los tatuajes, todas las formas actuales de perforación no son otros que los sellos de los ídolos y otras corrientes espirituales extranjeras que gobiernan a quienes les llevan en la piel. Mucha gente usa voluntariamente la etiqueta de los demonios que los gobiernan. Cráneos, serpientes, escorpiones, arañas y otras criaturas prefiguran y preparan el mundo para la llegada de la Bestia en una especie de Adviento del anticristo.

Yahuwah nunca ata a nadie. Nos permite que nos aleguemos de Él y de la libertad que nos propone. Eres parte de su pueblo y luego te caes. Hay más y más problemas en tu vida. Entonces, tienes la oportunidad de ponerte al día y empezar de nuevo. Esta rehabilitación es un proceso preestablecido con pasos específicos. Si a pesar de eso decides actuar de otra manera, si desea estar satisfecho con lo que tienes durante tu rehabilitación y permaneces bajo el poder humano, tienes el derecho. Pero sepa que no será más que un ave anillado que nunca podrá volar con sus porpias alas. No tendrás tu proprio ministerio y tu esposa e hijos no serán tuyos. Serás una simple mano de obra al servicio de otra persona a la que ayudarás en un ministerio que nunca será tuyo. Así es como muchos creyentes se encuentran atrapados debajo de un pastor, predicador, comunidad o iglesia. En el mejor de los casos, ellos mismos son los seguidores fieles del único Pastor, porque así tu vida de creyente no será completamente vana. Serás un buen asistente a sus ministerios que tendrá sus gérmenes, pero no disfrutarás de sus frutos. Al elegir esa forma de vida, nunca realizarás el trabajo que el SEÑOR quiso encargarte. Se verá obligado a buscar otros servidores que hayan elegido la libertad para cumplir la misión que habría debido ser la tuya.

Conocí a un hombre que se encontró en una situación difícil después de haber nacido de nuevo. Estaba casado con una mujer no creyente. Su matrimonio fue sellado bajo un yugo extranjero antes de convertirse. Su matrimonio estaba en peligro. Dijo que no podía soportar que su esposa le deje. Después de un tiempo, la mujer permaneció en el estado espiritual inicial sin ningún cambio positivo en el sentido de la fe. El hombre ha desaparecido y nunca lo volvimos a ver. Dejó el camino de los discípulos, sin duda para acabar a los conflictos domésticos a fin de preservar su matrimonio. Algo similario occurió en este caso. Su relación con la mujer era más importante que su libertad espiritual. Volvió a la casa de su antiguo amo, donde se perforó el lóbulo de la oreja, de modo que todo siguió como antes. Se puede que nunca negó al Mesías sino cierto que negó Su poder. No supo esperar el desenlace y aceptar un divorcio eventual ver la conversión de su mujer aunque nada dejaba a suponer que se sometería un día a la Voluntad divina. No tenía la fe en lo que Yahuwah pueda cumplir el milagro de convertir a su mujer o de liberarlo de su falta en caso de separación y eventualmente darle alguien en su lugar.

Según el mandamiento del Mesías, actuó bien no abandonando a su mujer incrédula, para que pudiera ser santificada por medio de su marido. El hecho de que desapareció y abandonó todo contacto con sus hermanos y hermanas en espíritu es un problema presentado por este mandamiento.

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