Jueces y oficiales pondrás en todas tus ciudades que Yahuwah tu Elohim te dará en tus tribus, los cuales juzgarán al pueblo con justo juicio.

Deuteronomio 16:18

Hoy en el Mesías, esta ley de nombrar jueces se cumple automáticamente en la vida de una persona cuando nace de nuevo y recibe el Espíritu Santo.

En todas tus ciudades: es decir, en todos los ámbitos de nuestra vida.

Este mandamiento está en correlación directa con lo siguiente:

Y harás según la sentencia que te indiquen los del lugar que Yahuwah escogiere, y cuidarás de hacer según todo lo que te manifiesten. Según la ley que te enseñen, y según el juicio que te digan, harás; no te apartarás ni a diestra ni a siniestra de la sentencia que te declaren.

Deuteronomio 17:10-11

El Espíritu Santo es nuestro juez, nos guía, de tal manera que hace obrar la Ley en nosotros, para que no podamos quebrantarla. Pero eso requiere nuestra obediencia. La obediencia es simplemente respetar las reglas que ya conocemos y comportarnos de acuerdo con nuestra edad espiritual, ni más ni menos. Obedecer conscientemente lo que hemos aprendido del Mesías. Aunque toda la Ley ya ha sido grabada en nuestros corazones, no todos los artículos (o mitzvot) de la Ley están todavía activados y no todos están funcionando conscientemente. Sólo tenemos que estar atentos al Juez, al Espíritu Santo que activará en nosotros ya su tiempo todas las leyes según nuestro nivel de madurez espiritual. Esta es la esencia del proceso de Santificación.

Lo que aún no sabemos, porque no lo hemos experimentado, o porque según nuestra edad espiritual aún no ha llegado el momento de que salga a la superficie, allí interviene de manera más concreta el Espíritu Santo, abre y cierra puertas de forma a veces espectacular. También quita obstáculos o incluso los erige para liberarnos o impedir que pongamos un pie donde no debemos.

del lugar que Yahuwah escogiere: en el Mesías se trata de nuestro corazón como el centro del templo que estamos

Ver también: Respecto de los jueces

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