Los Hechos de los Discípulos

Los Hechos de los Discípulos

¿CÓMO ES LA IGLESIA DE LOS PRIMEROS DÍAS?

A continuación, examinaremos cómo debe funcionar el ministerio de los discípulos de Yahushua a la luz de lo que leemos en los Hechos de los Apóstoles y en base a los Mandamientos de Yahushua:

Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades. Y los envió a predicar el reino de Elohim, y a sanar a los enfermos. Y les dijo: No toméis nada para el camino, ni bordón, ni alforja, ni pan, ni dinero; ni llevéis dos túnicas. Y en cualquier casa donde entréis, quedad allí, y de allí salid. Y dondequiera que no os recibieren, salid de aquella ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos. Y saliendo, pasaban por todas las aldeas, anunciando el evangelio y sanando por todas partes. Lucas 9:1-6

¿Dónde podemos ver este poder que expulsa demonios y cura enfermedades hoy? De hecho, no debemos predicar a la gente un «dios» que les es desconocido. Tampoco tratemos de convencerlos con la lógica de argumentos vanos, sino traigamosles al Rey Ungido, como lo hizo aquel pollino de antaño en Jerusalén. Le corresponde entonces a Él demostrar Su poder en el acto sanando a los enfermos y expulsando a los malos espíritus.

Señales y prodigios: esto es lo que le falta a la evangelización hoy.

Hacer que alguien diga la oración de penitencia no le da vida nueva, sino que sólo le lleva a ese estado intermedio de religiosidad que carcome el Cuerpo del Mesías. Muchos solo reconocen la verdad en la medida en que sienten que algo muy malsano le está pasando al mundo y que sería mejor ponerse bajo alguna autoridad espiritual que ofrezca una solución antes de que se nos caiga el cielo sobre la cabeza. La Vida Eterna no podría resultar de un nivel tan superficial de reconocimiento de quién es la persona del Mesías. Las personas necesitan ver que aquel de quien vamos a testimoniar, todavía está entre nosotros y con nosotros a través de la manifestación visible de su poder, para que nuestro testimonio llegue a lo más profundo de sus corazones.

Porque la Gracia no pasa por el reconocimiento superficial de Yeshua, sino por el cumplimiento de los siguientes tres pasos:

Arrepentimiento – Bautismo de agua – Bautismo de fuego

¿Por qué esto no funciona tanto hoy?

Cuando el mayor atentado jamás perpetrado contra el Cuerpo del Mesías lo cometieron Roma y su «gran» Constantino, quien, viendo la inutilidad de las persecuciones contra los cristianos, decidió tomar el control de la Iglesia haciéndose cristiano si-mismo, el discipulado también ha sido severamente dañado. La Reforma no trajo ninguna restauración significativa en esta área hasta el siglo XIX.

Hoy, muchas personas salen a las calles a proclamar el perdón de los pecados, la sangre derramada de Yahushua y lo hacen bien. No hay nada malo con este mensaje. El problema es el orden de las cosas, y el hecho de que estamos empantanados en nuestros discursos teológico-filosóficos de raíz grecorromana. Como en la época helénica, los cristianos hoy alzan la voz en foros y otros lugares públicos para anunciar verdades bíblicas y hablar sobre el cumplimiento de la profecía a personas que no conocen la Biblia, los mandamientos o los profetas. Estas personas a menudo nunca han leído la Biblia y todo lo que «saben» acerca de Yeshua es que habría nacido el día de Navidad y que era hijo de la Virgen María.

Sin conocer las profecías y los mandamientos, no se darán cuenta de que estas se están cumpliendo ante sus ojos y que deben repentirse. Además, la forma de pensar helénica todavía está tan profundamente arraigada incluso en los creyentes más reformados que constantemente se enfocan en la razón y en persuadir a las personas a través de su intelecto y por el razonamiento.

Los no creyentes, por su parte, nos replican con mucha frecuencia y con razón: “Creo si lo veo”. Quieren pruebas y nos las piden. Y a menudo casi nos escandalizamos por ello; pensando que la fe no puede ni debe ser probada. Sin embargo, ellos son los que tienen toda la razón. Y nuestro Maestro espera eso de nosotros, que se lo llevemos a esta gente para que Él mismo les pruebe Su existencia y Su poder. La gente tiene razón en pedir pruebas. Y estas pruebas no son otras que

los signos y prodigios que, como un carnero, abren de lleno el camino a los corazones para que puedan acoger el Evangelio del Mesías.

Así como no puedes conquistar a una mujer sin juegos previos, de lo contrario sería una violación. Si ella cede de todos modos, nunca sería verdaderamente amor o matrimonio, en el mejor de los casos se convertiría en una esclava sumisa que no conoció la Libertad en el Mesías y nunca se volveria verdaderamente en una compañera.

En primer lugar, son los corazones los que deben abrirse y esto, mediante la demostración de la fuerza, del poder y del amor del Mesías ante sus ojos. Así les quedará claro que el Mesías es real, verdadero y que habla la verdad. Esta es la única manera de que lleguen al verdadero arrepentimiento como primer paso a la Vida Eterna.

El primer ministerio que siguió al don del Espíritu Santo

Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración. Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo. Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna. Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Yahushua HaMashiah de Nazaret, levántate y anda. Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos; y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Elohim. Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Elohim. Y le reconocían que era el que se sentaba a pedir limosna a la puerta del templo, la Hermosa; y se llenaron de asombro y espanto por lo que le había sucedido. Y teniendo asidos a Pedro y a Juan el cojo que había sido sanado, todo el pueblo, atónito, concurrió a ellos al pórtico que se llama de Salomón. Viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ¿o por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a éste? Hechos 3:1-12

Luego Pedro continúa llevando el testimonio de Yahushua a los oídos de la gente que estaba en el templo.

Aquí también vemos cuánto hemos olvidado que el ministerio sólo puede ser eficaz cuando con toda fe dejamos

Yahushua HaMashiah caminando delante de nosotros y realizando señales y prodigios

Así testifica que nosotros, sus discípulos, estamos en él y que vale la pena escuchar lo que vamos a decir.

En la evangelización contemporánea, está sucediendo exactamente lo contrario. Todo tipo de creyentes salen y se pasan delante del Mesías para anunciarle a los demás. El mundo ve inmediatamente que están luchando humanamente y que no están respaldados por ninguna autoridad espiritual real excepto la suya propia o la de sus iglesias y denominaciones.

Se ponen así en una situación similar a la de aquellos judíos de Hechos 19:11-17, que no estaban en el Mesías y trataban de echar fuera demonios refiriéndose al nombre de Yahushua.

Cuando un siervo, que sea plenamente en el Mesías, no obra conforme a lo que Él nos mandó hacer, usando su poder y autoridad, se vuelve como aquellos dos judíos de quienes se burlaron los demonios y aquellos a quienes habrá llevado la Palabra seguirán su camino con una sonrisa en la cara. En cuanto a él, la mayoría de las veces regresará con las manos vacías, debilitado y exhausto.

Pero si a pesar de esto a veces logra convertir a alguien, que lo bautice, que nazca de nuevo y que hasta reciba el Espíritu Santo, inmensa alegría y bendición, pero esto sucede mucho menos que si hubiera hecho las cosas en el orden dado. Además, en tal caso, la persona así convertida transmitirá a su vez el Evangelio con la misma falta de unción, de autoridad y de verdadero poder, sin haber visto otro ejemplo más verdadero.

El ministerio también puede dar fruto de esta manera, pero cuánto más tendremos frutos si obedecemos total y únicamente a nuestro Maestro Yahushua.

Echaron fuera demonios y sanaron a los enfermos

Pedro y Juan tampoco le preguntaron al lisiado en el Templo si se sentía culpable, si estaba preparado, si había perdonado a todos para poder ser sanado. Nada de todo esto. Sino

Inmediatamente le ofrecieron sanidad y sucedió por orden de ellos.

Si el Mesías es el mismo hoy que ayer, su Palabra también, entonces el modo de transmisión también permanece invariable. De modo que quien enseñe que habiendo cambiado los tiempos y las circunstancias desde el tiempo de los Hechos de los Apóstoles, el ministerio también debe operar de manera diferente, es un maestro falso.

¡De lo contrario! Que el progreso de la ciencia no engañe a nadie. Tampoco vamos a creer que el número cada vez mayor de graduados universitarios sea prueba de la inteligencia creciente del hombre moderno y que, por tanto, ya no sea necesario recurrir a signos sobrenaturales para convencerles del Evangelio. No, el progreso científico, el uso de ayudas tecnológicas cada vez más sofisticadas junto con la inteligencia artificial, así como el lavado de cerebro llevado a cabo a través de una educación en gran parte destructiva, ha empobrecido tanto a los humanos en espíritu como a nivel intelectual, porque son constantemente bombardeados con información inútil – que los milagros y los pródigos son más necesarios hoy que nunca.

Porque, en efecto, el hombre moderno es intelectualmente mucho más débil, mucho menos inteligente y tiene una capacidad cerebral cada vez más limitada que nuestros antepasados.

La evolución es un engaño, la devolución es la triste realidad.

Por un lado, por todas estas herramientas modernas que se apoderan del pensamiento y la memoria, como los teléfonos inteligentes y las computadoras, y también y sobre todo porque el pecado que crece está degenerando cada vez más el organismo humano, incluido el cerebro.

Los discípulos, por otro lado, deben purificarse del lavado de cerebro helenístico que ha tenido lugar dentro de la cristiandad desde que Roma la tomó cautiva. Debemos poner los pies en el agua, creer en lo que Yahushua puede y quiere obrar a través de nosotros. Dejemos de pensar que los buenos discursos bastarán para reunir a todas las almas que esperan la cosecha. Ningún verdadero gran despertar tendrá lugar de este modo.

Los milagros no necesariamente vendrán de inmediato o en todos los casos. Debemos orar por los demás con perseverancia hasta que tengamos éxito. Como en todas las demás áreas de la vida, trabajo, deporte, aquí es lo mismo. Y primero que todos pidamos que nuestros corazones sean barridos y limpiados de todas estas falsas teologías denominacionales para restaurar el original.

El discipulado está sembrado de errores y fracasos y debemos aprender cada día

También es importante buscar hermanos y servidores que ya estén involucrados en esta obra y que ya tengan experiencia. Pueden enseñarnos y servir como modelos a seguir hasta que nos convirtamos en “profesionales” nosotros mismos.

¿Eso también se te ha pasado por la cabeza alguna vez?

Creo que cualquiera que está en el Mesías puede sentir cuando algo no está bien en su ministerio. A menudo nos tranquilizamos poniendo la responsabilidad sobre este mundo cada vez más corrupto y sobre las personas cada vez más rebeldes. Muy a menudo, la gente también señala a Satanás, quien constantemente sería la raíz de todos sus problemas, un chivo expiatorio fácil sobre el cual podemos atribuir todas nuestras transgresiones y defectos en lugar de enfrentar nuestras propias faltas. Aunque el diablo y la rebelión de la gente son muchas veces la razón, pero también tenemos una gran responsabilidad.

La mayor razón es que la reforma siempre se detiene en un punto determinado y no nos atrevemos a ir más allá. ¡No estamos rogando a Elohim que restaure todo, según lo descrito en los Hechos de los Apóstoles, incluso el modo de vida en comunidad cuando todo era común! (vea: No tendrás nada y serás feliz)

Así que ahora, no te culpes a tí mismo si no has ministrado completamente a lo que Yahushua originalmente nos ordenó que hiciéramos. También has sido engañado. Todos hemos sido engañados por nuestras iglesias y otras denominaciones. Pero sepamos que Yahuwah no tiene en cuenta el tiempo de la ignorancia. Además, no creas que todo lo que has hecho hasta ahora fue en vano. Porque al menos habrás sembrado las semillas. Quizás en su mayoría cayeron en mala tierra, pero sepan que el Espíritu, que en hebreo es Ruaj, que también significa «viento» es capaz de llevar las semillas y hacer que caigan en mejor tierra, para que eventualmente germinen.

Pero a partir de ahora, que nadie tenga que pasar la escoba por detrás. Obedezcamos, dejémonos guiar directamente a la buena tierra usando plenamente y con toda fe las armas espirituales que nos han sido dadas desde lo alto para hacer discípulos a todas las naciones.

También ver: Shavuot – Pentecostés

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Esencia de la Ley

Esencia de la Ley

Amarás a Yahuwah tu Elohim de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Estos dos mandamientos contienen todos los demás. Esto quiere decir que los 10 Mandamientos, 5+5, son la explicación y desarrollo de estos dos Grandes Mandamientos explicando con más detalle: COMO amar a Yahuwah ya tu Prójimo.

Y todos los demás mandamientos escritos en la Torá (Deuteronomio) son la extensión y las explicaciones más detalladas de los dos y los diez de los que resultan. Cada desarrollo nos ayuda a prever y reaccionar mejor en casos específicos.

Si Yahushua es el Verbo que se hizo carne (Jn 1,14), y si Yahushua es el Amor mismo, ¿cómo puede alguien decir que la ley ya no es válida hoy?

Pablo tampoco hizo tal declaración, aunque sus palabras a menudo parezcan contradecir esto (no estamos bajo la ley). Pero, ¿en qué contexto pronunció esta frase y quién es capaz de entender esto en espíritu?

El Espíritu del Mesías guarda la Ley. Si Él vive en nosotros, entonces la Ley ya no puede juzgarnos, por lo que realmente no estamos bajo ella.

¿Según qué otras reglas podría el Espíritu Santo guiarnos desde dentro, sino exclusivamente según la regla del Amor, que es la suma de todos los demás mandamientos de la Torá?

Yahushua tomó de las manos de los hombres el derecho de ejecutar el juicio que emana de la Ley y lo transfirió a su propia autoridad. Por lo tanto, se aplican incluso las leyes asociadas con la muerte. Pero solo Yahushua tiene el derecho de dar muerte a cualquiera. Y dado que el tiempo de la Gracia aún está vigente, su juicio solo se aplica a nivel espiritual por ahora, cuando nuestro viejo hombre sea ejecutado para que podamos convertirnos en nuevas criaturas.

Ver: La peina de muerte (el mandamiento de la vida)

¿Por qué Pablo contradice a Yahushua? ¿No estamos bajo la ley? / ¿No desaparecerá un solo ápice o una sola línea de la ley?

Partamos de un principio fundamental que debemos aplicar en todas las circunstancias:

Si vemos cualquiera contradicción entre las palabras de Yahushua y las de cualquier otro personaje de la Biblia, la norma SIEMPRE es lo que dice Yahushua.

Si no entendemos, no nos aferremos a lo que más nos gusta o a lo que los teólogos nos han metido en la cabeza durante siglos. Hasta que seamos lo suficientemente sabios y espiritualmente maduros para entender las palabras de Pablo, que a menudo son muy difíciles de entender, debemos aferrarnos muy firme y exclusivamente a la palabra de Yahushua y actuar en consecuencia, porque de esto no puede resultar ningún mal.

Entonces, cuando alcanzamos el nivel de madurez y obediencia suficiente, nos damos cuenta de que en última instancia

Pablo nunca contradijo a Yahushua

La gran diferencia entre ellos era que, a contrario del mensaje de Yahushua, el mensaje de Pablo estaba dirigido principalmente a personas que ya habían nacido de nuevo y que tenían edades y estados espirituales muy diferentes. Yahushua estaba en una situación «más simple» podría decir, ya que todos estaban en el mismo nivel espiritual y nadie había nacido de nuevo y recibido el Espíritu Santo.

Por lo tanto, los mensajes de Pablo hablan de manera diferente a las personas según sus nivel de madurez espiritual y sus antigüedad como discípulos. No le hablamos de la misma manera a un niño de 3 años que a un niño de 13 años, y no les exigimos lo mismo. A los pequeños se les pide menos y a los grandes se les aplican más reglas.

Pablo escribió sus epístolas según una especie de método de enseñanza diferenciado, como cuando un maestro educa a alumnos de diferentes edades y niveles en la misma clase y en paralelo. Cualquiera que sea profesor y haya tenido la oportunidad de trabajar así sabe de lo que hablo. Todo el mundo escucha todo lo que se dice, pero no todo es para todos, al menos no todavía o ya no. Por lo tanto, es necesario aclarar lo que el estudiante debe y no debe/más o aún no debe prestar atención, para no caer en la confusión.

Además, la tergiversación sistemática de las palabras de Pablo, como en el caso de muchos otros pasajes de la Biblia, se debe a que

los creyentes a menudo tienden a sacar uno u otro versículo fuera de contexto para darle un sentido que no tiene nada que ver con su significado original

¿Suavizó Yahushua al menos la Ley?

La Ley no sólo es válida, sino que lo es más que nunca.

Yahushua no abolió la Ley, sino que por el contrario la elevó a un nivel espiritual superior

En los tiempos del Antiguo Testamento era suficiente abstenerse de hacer cosas que estaban prohibidas, pero desde Yahushua, la sola idea de quebrantar una ley se considera pecado. No basta con no acostarse con alguien, ¡incluso hay que evitar imaginarlo! No basta con no matar al otro, ¡incluso hay que abstenerse de odiarlo en el fondo de nuestros corazones!

Sin embargo, la gracia consiste precisamente en que seamos liberados incluso de los pensamientos más ocultos y profundos que intentan tentarnos desde dentro. En efecto, si nacemos de nuevo, es decir, que nos arrepentimos, luego que recibimos el bautismo de agua y luego el de fuego cuando seamos llenos del Espíritu Santo, tenemos la promesa de liberación y limpieza de pensamientos inicuos.

Sin embargo, es imposible lograr el arrepentimiento sin recibir el juicio de la ley:

porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado

Romanos 3:20

¿En qué se diferencian el Antiguo y el Nuevo Testamento?

La diferencia entre las dos Alianzas es el material sobre el que están inscritos los Mandamientos: la piedra en el caso de la primera / el corazón de carne o el Espíritu en la segunda.

La gran diferencia entre el Antiguo y el Nuevo Pacto es que el primero era un pacto grabado en piedra, por lo tanto débil y esencialmente teórico. Mientras que la Nueva Alianza es el cumplimiento de la primera, que era sólo una sombra de ella. La segunda Alianza opera y actúa por medio del Mesías con poder y autoridad y ya no emana del ser humano, sino del Espíritu Santo por dentro del ser humano.

La Nueva Alianza, en cambio, libera al hombre de la carga de guardar la Ley, plantándola directamente en el corazón para que actúe por sí misma y de manera práctica.

¡La ley no ha cambiado ni una jota! Y si no me equivoco, el cielo y la tierra siguen ahí. Mateo 5:18

Vino añejo en odres viejos y vino nuevo en odres nuevos: el vino añejo no era otro que la letra grabada en la piedra, la que mata. El vino nuevo, en cambio, es aquel que es espiritual y está grabado en el corazón, dando vida.

Por otro lado

el Mesías es mayor que la Ley. Así que quien está en Él está por encima de la Ley con él

y su juicio no nos alcanza, así que ya no estamos bajo la ley; en efecto. Sin embargo, hasta que el mundo sea destruido, todo sigue funcionando según la Ley.

El antiguo pacto fue para el nuevo lo que Agar fue para Sara, lo que la esclava es para la mujer libre, lo que el monte Sinaí es para Sión y lo que Moisés es para el Mesías. Igualmente,

las tablas de piedra eran la prefiguración de estas dos lenguas de fuego

que aparecieron sobre las cabezas de los discípulos en Shavuot (Pentecostés) para penetrar y grabarse definitivamente en sus corazones.

Además, debe notarse que el Nuevo Testamento está mucho más caracterizado por la Ley que el Antiguo Testamento. Los “rabinos” contaron 613 mandamientos en la Torá además de los 10 mandamientos y las 2 leyes del amor. De hecho, calculo que la Torá contiene de 650 a 700 de ellos, porque varias leyes no han sido tomadas en cuenta. Sin embargo,

en el Nuevo Testamento tenemos mas de 1000 mandamientos

Estos «nuevos mandamientos» no son más que la clarificación y repetición de los antiguos, su reformulación, su refinamiento y su última práctica a nivel del espíritu. De hecho, ninguno de ellos es nuevo, sino que están íntimamente relacionados con los antiguos y son sellados por regla sacerdotal según el orden de Melquisedec, cuando la letra cobra vida.

Antiguo Testamento: Esclavitud / Nuevo Testamento: Libertad

La esclavitud es cuando tratas de obedecer la ley para agradar o complacer a alguien, en este caso a Elohim, pero en el fondo de tu corazón, te gustaría hacer algo completamente diferente, incluso completamente opuesto. ¡Qué carga tan increíble! ¡Qué vida llena de remordimientos y problemas de conciencia! ¡Qué enorme gasto de energía constante para poder contenerse de actuar según tus propios instintos! Así es la vida de un Sísifo, un esclavo en las galeras romanas, o nuestros antepasados ​​judíos en Egipto, y cualquiera que crea que puede cumplir la Ley por sí mismo.

Pero cuando llega la libertad, son nuestros corazones los que se renuevan por el Espíritu Santo y según la Ley. Cuando somos libres cumplimos los decretos de Yahuwah, por medio del Hijo que vive en nosotros, con buen corazón y con toda nuestra alma, sin aspirar a otra cosa ni sin ningún esfuerzo especial de nuestra parte.

¿Qué pasa con las ordenanzas que rigen el Santuario, el sacerdocio y los sacrificios?

Estos decretos también funcionan de la misma manera. excepto hoy

tenemos un solo Sumo Sacerdote, Yahushua, y los miembros de Su Cuerpo somos todos Levitas asignados al ministerio de este Templo Celestial.

El Santuario terrenal era la imagen del Celestial, tal como lo recibió Moisés. Por tanto, la ley es la misma, sólo ha cambiado su orden y modo de aplicación. Yahushua recuperó el derecho de ejecutar el juicio de manos de los hombres. Sólo él está autorizado para aplicar las penas y esto a nivel del espíritu, mientras esté vigente el tiempo de la Gracia. Pero cuando regrese para juzgar al mundo, la ejecución de los castigos también se hará físicamente en y sobre el mundo visible. Allí destruirá definitivamente y a todos los niveles a los pecadores que no le hayan entregado a la muerte a su antiguo hombre.

El sacrificio se hizo de una vez por todas.

Sin embargo, se necesitan pequeños sacrificios adicionales para que el Cuerpo del Mesías funcione como un Santuario incluso hoy.

Sacrificio es cuando salgo a servir a los demás, sacrifico mi tiempo y mi energía. Además, a menudo soy yo quien siembra, pero no soy yo quien cosecho. Esto también es sacrificio. Sacrificio es también cuando entrego cosas, dando así la grasa de los animales que ofrezco en holocausto sobre el altar en lugar de consumirlos yo mismo. Sacrificio es también ayuno, cuando me retiro a orar, cuando crío a mis hijos en el nombre de Yahuwah, cuando pongo mi voluntad sobre el altar para que se haga la Suya y cuando voy a visitar a las viudas, a los huérfanos, a los enfermos, a los pobres y a los presos. Todas estas cosas son sacrificios y la base de todo ministerio.

Los antiguos decretos eran sólo sombras y promesas de estos sacrificios espirituales y perfectos del corazón.

Porque, en efecto, entonces fueron administrados y ejecutados por hombres. Hoy, sin embargo, es directamente el Mesías quien las hace obrar.

Pero también funciona en la dirección opuesta. Porque no sólo hay leyes de prohibición, sino también leyes de “goce”. El levita a veces se beneficia de las grasas y las cosas buenas, y tiene derecho a comerlas como le plazca. El trabajador merece su salario y nunca debe avergonzarse de aceptar limosna en cualquier forma y disfrutar de tales bendiciones. Basta no caer en los excesos y en el amor del dinero y de los bienes materiales y sobre todo no aceptar nada de personas que evidentemente nos quieren comprar.

El velo: y no solo sobre los ojos judíos

Así como en el caso de los judíos tradicionales cuyo falso Talmud y otras infecciones babilónicas les impidieron reconocer la Palabra que se hizo carne y apareció en Yahushua, el mismo velo viene a nublar la vista de gran parte del cristianismo. Es este velo el que les impide reconocer los Mandamientos en Yahushua. Aunque lo acepten como el Mesías, se niegan a ver en él el cumplimiento de lo que los judíos recibieron a través de Moisés. En ambos casos, Satanás se aseguró de que el velo se colocara entre la Ley y Yahushua.

Por el lado de los guardianes de los Mandamientos, éstos no los reconocen en Yahushua. Y del lado de los seguidores de Yahushua, siguen negándose a reconocer la Ley en Él.

Así que no tengamos miedo de la Ley, porque es nuestra mejor amiga. Es una herramienta que nuestro Elohim usa en nosotros para que no volvamos a caer en el pecado después de haber sido librados de él. Al negar la ley, obstruimos la obra del Espíritu Santo, y podemos llegar a entristecerlo.

Los mandamientos son como señales que nos ayudan a mantener el rumbo y el camino angosto que conduce a la salvación. Las señales de tráfico no son la meta ni el destino. Y quien los considera como tales, acaba chocando con ellos y muriendo.

El Mesías es la meta y cualquiera va a él recibirá la vida eterna.

La Ley es nuestro pedagogo para que podamos conocer cada vez más al Mesías y acercarnos a Él.

A medida que leemos los mandamientos del Antiguo Testamento, gradualmente nos damos cuenta de lo que significan para nosotros en las condiciones actuales. Qué simbolizan el burro, la vaca y otros conceptos relacionados con la agricultura. Incluso a un ciudadano contemporáneo, se le revelará lo que esto significa para él hoy. Podrá darse cuenta de que tal o cual ley ya se realizó en su vida y en una situación dada sin haberla conocido de antemano y sin haber tenido que pensar para actuar según ella. Lo habrá respetado no por miedo, sino instintivamente y por Amor a Elohim o al prójimo, porque estaba grabado en su corazón.

Conocer la ley después de nacer de nuevo fortalece nuestra fe de que el Mesías realmente vive en nosotros y da testimonio de la presencia del Espíritu Santo en nuestros corazones.

La ley verdaderamente se convierte en maldición cuando la tomamos en nuestras manos y la obedecemos para ganar alguna recompensa y/o cuando la usamos para juzgar a otros sin el Espíritu Santo y el Amor. Tales acciones son señales de que algo anda mal con nuestro Pacto en el Mesías. En tales casos, dite a ti mismo que pensabas que habías nacido de nuevo, pero tal vez tú o alguien te engañó. Examínate y pide bautismo de agua y/o de fuego, solo tú y Elohim saben lo que te falta y dónde estás en tu camino de dicípulo. Pero si sufres de estos síntomas, todavía estás en el nivel de religiosidad y de autosanctificación. Es para no caer en este error que otros, en cambio, eligen el otro extremo y comienzan a negar la Ley. En tal caso, también te haces transgresor de la ley, y no te das cuenta de que estás rechazando la misma esencia del Mesías.

Que sólo aquel que los tiene grabados en su corazón hable de los Mandamientos y se atreva a enseñarlos.

En nuestro camino de discipulado, nuestra santificación se realiza por el hecho de que los mandamientos son sucesivamente restaurados y reactivados en nuestra mente.

Así que no nos interpongamos en el camino de la obra que el Espíritu Santo desea realizar en nosotros.

Ver también: Shavuot – Pentecostés, ¿Mandamientos en Yahushua HaMashiah?

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¿Mandamientos en Yahushua HaMashiah?

¿Mandamientos en Yahushua HaMashiah?

¿Mandamientos en Yahushua HaMashiah?

¿Cuántos Mandamientos hay?

Los mandamientos, que el judaísmo llama las 613 mitzvot, son el orden de las leyes que se pueden leer en los cinco libros de Moisés, en el Pentateuco. De hecho, hay más de 613. Su número real está entre 650 y 700.

Este no es un conjunto de leyes adicionales que Moisés recibe de Yahuwah, sino la versión más detallada de los 10 Mandamientos. Las 10 Palabras son así explicadas e ilustradas en una especie de práctica con casos concretos. Así como los 10 Mandamientos mismos son de hecho el desarrollo, la versión más detallada de los 2 Grandes Mandamientos del Amor. (amor a Elohim y amor al prójimo). Para resumir,

solo hay 2 Mandamientos que se desarrollan en 10 y luego en 613+ Mandamientos explicativos.

¿Son estos mandamientos parte de las leyes fariseas?

Los “613” mandamiento NO pertenecen a las leyes judaicas adicionales, sino a la parte aún válida e inseparable de los 2 y de los 10 Mandamientos y de las Sagradas Escrituras, y de la Palabra que se hizo carne en Yeshua.

Estas son las leyes que el Padre quiere grabar en nuestros corazones por medio de su Espíritu, precisamente para que ya no busquemos obedecerlas desde afuera, sino desde adentro, a través de los puros instintos de nuestro hombre nuevo.

No las obedecemos con la esperanza de la Salvación, sino como consecuencia de la Salvación que ya hemos obtenido.

En resumen, por nuestro renacimiento, les permitimos actuar en nosotros por la acción del Espíritu Santo.

Si se Lo permitimos, Ruach HaKodesh también puede hacernos comprender lo que los antiguos mandamientos, a menudo relacionados con los animales y las actividades agrícolas, significan y simbolizan en nuestra vida personal y actual. ¿Qué significa hoy para nosotros el buey, el asno de nuestro prójimo, el proceso de compensación, etc.? Además, en relación con el orden de los sacrificios, rápidamente nos damos cuenta de que nuestra acción de gracias, oraciones, sacrificios, renuncias y alejamiento de los pecados en nuestras vidas son precisamente reflejos de las descripciones de los antiguos órdenes de los sacrificios. Ahora bien, en tiempos de gracia, por supuesto, todo esto sucede principalmente a nivel espiritual, a través de la renovación de nuestra mente.

¡Ya no estamos bajo la ley!

Como advierte Pablo, ya no estamos bajo la maldición de la ley. Siempre que estos sean grabados en nuestro espíritu por el fuego del Espíritu Santo. Por otra parte, cualquiera que se someta a estas leyes sin nacer de nuevo y sin confesar el reinado del Mesías Yahushuah tratando de observarlas por sí mismo es alguien que verdaderamente queda bajo la maldición que envuelve el juicio de la Ley.

Por otro lado, cualquier seguidor del Mesías que continúa negando la validez de la Ley cumplida y regulada por el Espíritu Santo, también permanece bajo la maldición de la misma.

Por la sencilla razón de que negar la validez de la ley excluye el pleno funcionamiento de Ruach HaKodesh en nuestros corazones.

La ley ya no es un fin, sino un medio. Los Mandamientos son incapaces de traer la Salvación. Siguen siendo, sin embargo, señales de gran importancia para ayudarnos a permanecer en el camino angosto y lleno de baches que conduce directamente a la Salvación. Estas señales nos permiten permanecer espiritualmente vivos hasta que finalmente pasemos a la Vida Eterna al final de nuestro viaje de discipulado. Esta es la diferencia esencial entre la antigua y débil Allianza que produce muerte y la perfecta y vivificante Nueva Allianza.

La Nueva, en cambio, sólo es válida sobre la base de la Antigua. Si nos permitimos retirar lo viejo, nos excluimos del nuevo. Cualquiera que considere el Nuevo Pacto como autónomo e independiente del antiguo, no comprende su significado profundo y se encuentra bajo el poder de un pacto falso o extraño. El mensaje, la promesa y los mandamientos de Yahuwah siguen siendo los mismos, porque son inmutables. En el caso de los Mandamientos, es el modo de aplicación el que ha cambiado tras la venida del Mesías. Yahushua ha quitado de las manos de los hombres el derecho de ejecutar las sentencias resultantes de la aplicación de los mandamientos. Sin embargo, este derecho existe y sigue funcionando, pero sólo por la acción del Espíritu del Mesías y principalmente a nivel del espíritu. Incluso se debe aplicar la pena de muerte, porque si no se le da muerte a nuestro viejo hombre, no podríamos nacer de nuevo. Sin juicio, ninguna Gracia es posible. Sin Ley, tampoco hay juicio. En una palabra, la Ley debe cumplirse para poder dar paso a la Gracia y la Vida Nueva.

Por lo tanto, lo que ha cambiado desde el Sacrificio del Cordero y Pentecostés es el material que lleva los mandamientos:

Piedra en el caso del antiguo: la letra que mata, y Corazón o Espíritu en el caso del Nuevo: el que da Vida.

Esto es exactamente lo que sucedió en Pentecostés/Shavuot. Las dobles lenguas de fuego que aparecían sobre las cabezas de los discípulos no eran otras que las dos tablas de piedra que Moisés cobró como promesa desde el monte Sinaí y que luego se cumplieron en los corazones de los primeros discípulos. Después de todo, no estaba escrito en ellos que NO mates – NO robes – NO cometas adulterio – Honra a tus padres, etc., pero el tiempo futuro del hebreo original dice que NO matarás, NO robarás, NO cometerás adulterio y que te vas a honrar a Elohim, a tu padre, a tu madre y a tu prójimo, si en Mí, en el Mesías, finalmente naces de nuevo. Vas a cambiar de tal manera que estas leyes se extenderán como un flujo natural desde el germen de tus pensamientos hasta tus acciones.

Por tanto, nunca se trató de prohibiciones ni de obligaciones, sino de promesas.

Cuando Yeshua habló sobre el hecho de que si piensas mal en tu mente, ya has caído en el pecado, no te está pidiendo que restrinjas tus propios pensamientos, lo cual es imposible para el hombre, sino que está proyectando que cuando Mi Espíritu entre en ti, entonces pondré estas cosas en su lugar en tu corazón y en tu mente, y te liberaré incluso de pensar en ello para que ni siquiera vuelva a pasar por tu mente.

Ley y Mesías: los espejos uno del otro

La ley fue nuestro pedagogo para conducirnos al Mesías, como podemos leer en la carta a los Gálatas. Asimismo y por la venida del Espíritu Santo,

el Mesías nos enseña a través de la Ley para santificarnos desde dentro.

El Espíritu de Yahushua HaMeshiah es nuestro maestro, desplegando su orden y ley y colocándolos dentro de nosotros como Palabra Viva. Los pueblos no son herederos del pacto concluido en el monte Sinaí, sino del pacto sellado en el Gólgota. Aquí el proceso comienza a la inversa. Lo que el judaísmo no ha podido conservar está ahora grabado y animado en el corazón y en el espiritu de su pueblo por el Mesías en persona, sean judíos o no.

Así se cumplen dos promesas:

Este es el pacto que haré con ellos. Después de aquellos días, dice Yahuwah: Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las escribiré.

Hebreos 10-16

No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.

Mateo 5:17

Por lo tanto, los mandamientos y sus comentarios que encontrarás en este sitio web de ninguna manera pretenden ser estrictamente seguidos en un esfuerzo humano. Más bien, están destinados a arrojar luz sobre áreas de nuestra vida como creyentes en las que todavía estamos estancados y, a menudo, ni siquiera sospechamos que la razón es que nos han mentido al respecto durante casi 2000 años. Mentiras como los mandamientos solo son válidos para los judíos y ya no son válidos para otros que están en Cristo, nos impiden tener una relación plena y floreciente con el Espíritu Santo.

El conocimiento de los Mandamientos y su vigencia actual nos ayuda a ver como los 2 Grandes Mandamientos del Amor aún no están completos dentro de nosotros, para que podamos pedirle a nuestro Salvador que continúe Su obra purificadora en nuestros espíritus por medio de Su acción. Eso es lo que llamamos el processo de Sanctificación.

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Teología del Reemplazo Verdadero / ¿Para qué fue hecho el hombre?

Teología del Reemplazo Verdadero / ¿Para qué fue hecho el hombre?

En este artículo, no discutiremos la teología de reemplazo habitual. Creo que ya pasó el tiempo de intentar persuadir a los demás; muchos han hecho esfuerzos significativos para librar al cristianismo del preocupante tema del antisemitismo. He abordado este tema en artículos anteriores en múltiples ocasiones yo mismo. Cada tema tiene su momento y un punto en el que debe llegar a una conclusión para que el asunto quede en paz. Aquellos que hasta ahora no se han convencido probablemente ya no se dejarán convencer. Y si, contra todo pronóstico, algunas personas todavía cambian de opinión, hay abundante material disponible en línea o en bibliotecas para que reflexionen.

No, aquí profundizaremos en un tipo completamente diferente de “teología” de reemplazo. Discutiremos una sustitución que siempre ha estado dentro de la intención de Yahuwah. Vamos a explorar el concepto de un gran reemplazo que no sea el resultado de las intenciones corruptas de la humanidad de apoderarse de lo que no les pertenece por derecho. Si bien una parte importante de la cristiandad todavía está lidiando con la idea de tomar el lugar de los judíos al considerarse “judíos en espíritu” de una manera equivocada e inapropiada al interpretar mal las palabras de Pablo, no logra comprender el propósito fundamental de la creación humana y quién está realmente destinado a reemplazar. Porque, durante el tiempo de su salvación, cuando el Esposo, el Mesías, venga a reclamar a su Esposa, la Iglesia,

los individuos nacidos de nuevo tomarán el lugar de entidades que inicialmente tenían un resplandor espiritual mucho allá del de los judíos.

Por lo tanto, los esfuerzos de los individuos religiosos que intentan tomar el lugar del pueblo elegido permanecerán vanos. Mientras tanto, los que han recibido la Salvación estarán juzgando a los ángeles caídos, de quienes están destinados a ocupar los puestos y los lugares que estos ángeles dejaron vacantes.

Uno de los propósitos principales del cristianismo debería haber sido provocar celos entre los judíos al compartir el testimonio de Yahushua. Irónicamente, todavía es una parte importante de la cristiandad la que siente envidia de un pueblo que rechaza persistentemente al Mesías.

¿Puede el hijo de un rey realmente sentir envidia de un vagabundo, incluso si ese vagabundo resulta ser su hermano temporalmente exiliado? ¿O acaso esos celos fuera de lugar indican que quien se cree príncipe no es verdaderamente el hijo del Rey? La envidia parece inconcebible cuando se posee todo lo que podemos imaginar.


Cuando Helel, uno de los arcángeles, más conocido hoy como Satanás, junto con sus seguidores, se rebelaron contra Elohim, fueron desterrados del Reino de los Cielos. Estamos hablando aquí de este Reino Eterno que fue meticulosamente elaborado, donde cada elemento, incluso los ángeles que luego cayeron, tenían roles y funciones específicas. Con su expulsión, surgió un vacío que debía llenarse para restaurar el estado original de perfección.

El hombre fue creado por YaHuWaH para tomar el lugar de los ángeles caídos.

Sin embargo, Elohim no posicionó inmediatamente al Hombre en su lugar final. El hombre tuvo que pasar una prueba de libre albedrío antes de alcanzar el estado de Vida Eterna suprema. Además, Elohim tenía un adversario que vencer, alguien que aspiraba a su puesto y buscaba reemplazarlo. En lugar de destruirlo inmediatamente, Yahuwah le concedió la oportunidad de probarse a sí mismo. Al mismo tiempo, Elohim dio tiempo para mostrar su poder inimaginable ante el mundo creado, incluidos los ángeles y la humanidad.

Satanás tenía la autoridad para tentar al hombre debido a la posesión de libre albedrío de este último. Y así sucedió. Tras la tentación de Adán, la humanidad recibió la sentencia de muerte, como se le había prometido. Sin embargo, Adán y Eva no fueron ejecutados de inmediato. En cambio, Elohim los condenó a un proceso gradual de muerte. Este proceso puede denominarse Historia del Mundo, pero más simplemente,

este proceso no es otro que el propio TIEMPO.

Esta cuenta regresiva representa la encarnación misma de la misericordia de Elohim: un lapso en el que cada individuo tiene la oportunidad de recibir Gracia al reconocer al Salvador Yahushua, reconciliando así su relación con el Padre.

La inmensa gracia y el amor de Elohim se revelan aquí por primera vez. A pesar de que la mayoría de la gente interpreta la expulsión de Adán y Eva del Jardín del Edén como una señal de la ira, el juicio, la retribución e incluso la crueldad de Elohim, debemos entender que fue, de hecho, la máxima muestra de misericordia. Este destierro representa esencialmente la aplicación inicial de la ley de ciudad de refugio. Al final, la rebelión de la humanidad contra Elohim no fue deliberada. No buscaron dañar ni deshonrar a su Creador. Su aspiración era ser como Él. Sus propias debilidades y deseos los venció. Querían reflejarlo pero no reemplazarlo. Sus sentimientos hacia Elohim no estaban manchados por el odio, a diferencia de Helel y sus cohortes, quienes sucumbieron al pecado imperdonable.

Esta cuenta atrás sirve como camino fundamental hacia la salvación del hombre. Se nos concedió tiempo: una ruta de escape, similar al caso del asesino involuntario a quien se le proporcionó un refugio, un lugar para protegerse de la ira de los familiares de la víctima, como se describe en Deuteronomio 19:4-6. De esta manera, se nos dio tiempo para reparar nuestra relación con Elohim. Lo hacemos limpiándonos con la sangre del Cordero, derramada a cambio de nuestros pecados, para apaciguar la ira de Elohim.

El conflicto entre Satanás y Elohim es nada menos que un duelo. Y, al igual que cualquier duelo honorable, y dado que las reglas fueron establecidas por el mismo Elohim, sólo puede desarrollarse de manera justa. El adversario, por astuto o vil que sea, sigue mereciendo un respeto fundamental y posee derechos según las leyes de la guerra. Ambas partes deben mostrar respeto mutuo. Incluso si el oponente ignora las reglas, Elohim se adhiere a ellas y obliga al lado contrario a no transgredir ciertos límites.

Habría sido demasiado simplista descartar todo lo que está corrupto, luego limpiar y repoblar inmediatamente el espacio formando nuevos ángeles. Yahuwah desea llenar estos vacíos con personas que han sido probadas como metales preciosos. Su objetivo es rodearse de almas que, mediante decisiones personales, han elegido voluntariamente la conversión y han sido así purificadas por su Sangre. Anhela tener a su alrededor individuos auténticos, individuos que le sirvan por voluntad propia, no meros autómatas o esclavos condenados a trabajos forzados.

A los ángeles también se les concedió un “tiempo” para decidir después de su creación. Algunos de ellos tomaron una decisión diferente. Aquí es donde el papel del hombre entra en escena. Al hombre se le presenta la oportunidad de tomar el lugar de estos rebeldes y eventualmente juzgarlos por el daño que han infligido a la humanidad a lo largo de sus 6000 años de historia.

El hombre es la apuesta. La elección es clara: o la salvación a través de la sangre del Mesías o el alineamiento con el tentador, que conduce a la condenación eterna.

Satanás y sus demonios están consumidos por la furia. Por un lado, reconocen su incapacidad para dominar a Yahuwah y, por el otro, sufren una profunda humillación. Una vez creyéndose superiores hasta a Elohim, ahora se enfrentan a ser suplantados por seres aparentemente tan insignificantes como los humanos.

Lamentablemente, su consuelo reside en su capacidad de atrapar a muchos en la condenación eterna.

Para nosotros, el consuelo se encuentra en Yahushua HaMashiach. A través de su Sangre, redime a todos los que abrazan su Sacrificio y se someten a Su Autoridad.

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¿Sacarse los ojos y los miembros?

¿Sacarse los ojos y los miembros?

Y cualquiera que sirva de piedra de tropiezo a uno solo de estos pequeños que creen [en mí], mejor le sería que le ataran al cuello una piedra de molino, y que le echaran al mar. Y si tu mano te sirve de tropiezo, córtatela; mejor es que entres en la vida manco, que teniendo las dos manos, ir al infierno, al fuego inextinguible, [donde su gusano no se muere, y el fuego no se apaga.] Y si tu pie te sirve de tropiezo, córtatelo; mejor es que entres en la vida cojo, que teniendo los dos pies, ser arrojado al infierno, [donde su gusano no se muere, y el fuego no se apaga.] Y si tu ojo te sirve de tropiezo, sácatelo; mejor es que entres en el reino de Elohim tuerto, que teniendo dos ojos, ser arrojado al infierno, donde su gusano no se muere, y el fuego no se apaga. Porque todos serán salados con fuego, [y todo sacrificio será salado con sal]. Buena es la sal; pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros mismos, y estad en paz los unos con los otros. Marcos 9:42-51

¿Qué simbolizan estas partes del cuerpo? :

Manos: acciones
Pies: la forma en que vamos
Ojos: las tentaciones del mundo

La eliminación de partes del cuerpo no es física, sino que debe ocurrir al nivel de nuestra alma.

Aunque normalmente nunca separo el cuerpo y el alma que están profundamente conectados, aquí haría una excepción, porque de hecho, es en el alma, en nuestros corazones donde brota el pecado que, si la concretización física sigue, causa la muerte.

Son los deseos carnales los que deben ser separados de nuestras almas antes de que se realicen en el mundo visible y nuestras enfermedades mentales también infectan nuestras mentes.
Si eres un creyente (y has nacido de nuevo) y vas a un lugar donde no debes poner un pie, haz lo que no debes hacer, o mira lo que está mal para ser visto, detente ahora mismo antes de que tus propias maldiciones te alcancen. Por muy atractivas que puedan ser estas cosas, ríndanse en ellas y no esperen la «liberación» del Señor, como lo hacen la mayoría de los cristianos, sino que resuelvan el problema ustedes mismos. Eres lo suficientemente grande como para asumir tus responsabilidades y tomar tus propias decisiones. Resiste al diablo para irse, porque de lo contrario te llevará con él al lugar donde tendrá su lugar definitivo.

Ver tambien: Sal, ¿Cómo perdonar?

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¿Cómo perdonar?

¿Cómo perdonar?

Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Yahushua le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete. Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda. Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda. Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes. Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda. Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado. Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas. Mateo 18:21-35

Pues debemos perdonar 70 veces, es decir: siempre.
Entonces generalmente hacemos la pregunta siguiente: «¿pero cuándo y cómo perdonar si la persona que nos ofendió ni siquiera pide perdón, aún se da cuenta de que hizo algo mal?» Así es como estamos solemos evadir el comando que acabamos de leer para aliviar nuestra conciencia.

¿Cuándo y cómo perdonar?

Aquí está la respuesta:

¡Inmediatamente, sin ninguna expectativa y sin esperar que el otro venga con remordimientos y pida perdón!

Porque así es como nosotros también recibimos el perdón de Yahushua HaMashiaj.

La segunda parte de la Palabra describe cómo tratamos a los demás en espíritu, ya sean creyentes o no. Después de recibir el verdadero perdón del único Señor, pensamos que somos señores, pero generalmente omitemos perdonar a nuestro prójimo. Cuando algo malo nos sucede, olvidamos que en lugar de maldecir al otro, debemos bendecir incluso al lo de que proviene el mal, como hemos recibido la ordenanza:

Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian. Lucas 6:27-28

Tambien ver: El poder de la fe, Sal

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