Con frecuencia nos contactan creyentes que nos hacen diversas preguntas sobre los Mandamientos, incluyendo, y cada vez más, sobre la validez de las leyes de “kashrut” que se encuentran en el Antiguo Testamento.
¿Las prohibiciones alimentarias, especialmente las relativas a las carnes, que se establecen en la Torá, se aplican todavía hoy a nosotros bajo el Nuevo Pacto? ¿Nos liberan verdaderamente Yeshúa y Pablo de las antiguas leyes?
En este artículo nos centraremos en el tema de las carnes prohibidas independientemente de cómo haya sido sacrificado el animal. Esto incluye animales no rumiantes sin pezuña hendida, peces sin escamas ni aletas, reptiles, insectos y otras criaturas consideradas impuras. También abordaremos brevemente las razones detrás de la prohibición de ciertas grasas y su significado espiritual dentro del Cuerpo del Mesías.
Si estas preguntas te preocupan, esta enseñanza está diseñada para proporcionar claridad.
Pero antes de sumergirnos en las leyes y regulaciones, la pregunta central (que es nuestra primera respuesta por la misma ocasión) es la siguiente:
¿Qué pasa con tu pacto con Yeshua?
¿Está el Espíritu del Mesías morando y trabajando activamente dentro de ti? ¿Estás viviendo bajo la guía de Ruach HaKodesh y se manifiestan los frutos del Espíritu en tu vida?
La enseñanza e interpretación de la ley están dirigidas únicamente a aquellos que están en pacto con el Mesías Yahushua a través de la inmersión en agua y que también han recibido el bautismo del Espíritu. Sólo entonces la ley puede realmente comenzar a desplegarse y operar dentro de ti, en alineación con la voluntad del Mesías. Si estas condiciones fundamentales no se cumplen, el enfoque de cualquier diálogo o ministerio debe cambiar a cuestiones mucho más fundamentales que las leyes dietéticas u otros decretos.
Es un grave error enseñar la ley, o cualquier otra cosa, a quienes desconocen la esencia del segundo bautismo: la experiencia de ser llenos del Espíritu Santo. En el mejor de los casos, pueden tener una comprensión teórica, o tal vez alguna vez experimentaron la guía del Espíritu pero, por alguna razón, ya no la sienten. En tales casos, pueden recurrir a la ley escrita como sustituto, con la esperanza de encontrar alguna forma de guía o adormecer el dolor de la desconexión espiritual.
Nuestras enseñanzas sobre los Mandamientos nunca tienen como objetivo prescribir lo que uno debe o no debe hacer en situaciones específicas. En cambio, dan testimonio de cómo el Espíritu Viviente del Mesías ha cumplido estos Mandamientos dentro de nosotros. Demuestran cómo los Mandamientos siguen siendo válidos en esta era de Gracia y cómo el Mesías, a través de Su Espíritu, los hace cobrar vida y obrar en nosotros y a través de nosotros.
Compartimos cómo los Mandamientos se han vuelto vivos y activos dentro de nuestras almas y espíritus, formando parte integral de nuestra naturaleza renovada. Siempre enfatizamos que los Mandamientos pueden y deben ser comprendidos únicamente a través del renacimiento espiritual y la obra transformadora del Espíritu Santo que mora dentro de nosotros. La ley sigue siendo válida y esencial, pero ya no es la prioridad.
La observancia y el cumplimiento de la Ley no son un requisito previo para recibir el Espíritu de Yahushua; más bien, son un resultado natural de Su presencia en nosotros. Ya no somos nosotros los que obedecemos la Ley por nuestros propios esfuerzos, sino que es Ruach HaKodesh quien la cumple en nosotros y a través de nosotros. A medida que el Espíritu obra en nosotros, los Mandamientos comienzan a manifestarse de manera natural, y gradualmente nos damos cuenta de su significado a medida que se arraigan en nuestros corazones. Sólo entonces el conocimiento de los Mandamientos se vuelve verdaderamente convincente y significativo. Nuestra curiosidad acerca de ellos debe profundizarse a medida que crecemos en madurez espiritual, permitiendo que se desarrollen plenamente dentro de nosotros.
El discipulado es un viaje con pasos específicos e inevitables que deben darse en el orden adecuado y no saltearse ni revertirse. El mismo Pablo insta a los apóstoles a no sobrecargar a los nuevos discípulos con enseñanzas o prácticas que superen su capacidad de soportar. Como creyentes mayores y más maduros, debemos ejercitar el discernimiento en lo que compartimos y asegurarnos de que nuestras enseñanzas se alineen con la madurez espiritual de nuestra audiencia.
Así como a un niño de jardín de infantes no se le enseña de inmediato a leer, escribir o resolver problemas de aritmética, un creyente recién bautizado no necesita sumergirse en las enseñanzas más profundas de Moisés. Al menos no de inmediato. Para alguien que acaba de salir de las aguas del bautismo, el ejemplo de Noé es suficiente mientras navega por su propia renovación «posdiluviana».
En esta etapa temprana, las cinco leyes básicas posdiluvianas, a las que Pablo hace referencia con frecuencia, son más que suficientes. Estos principios universales incluyen abstenerse de la sangre, evitar la carne de animales estrangulados, abstenerse de la idolatría, resistir la blasfemia, mantener la pureza sexual y evitar el asesinato. Estas reglas fundamentales proporcionan un punto de partida claro y manejable para los nuevos creyentes que comienzan su camino de fe.
¡Moisés es un alimento espiritual más pesado, mientras que los niños requieren leche!
Al hacerlo, Pablo no anuló ni retiró los decretos de Moisés, sino que los puso nuevamente en su lugar correspondiente. Si bien no se explaya al respecto, es evidente que considera que las leyes mosaicas son importantes y plenamente válidas en Cristo, en la medida en que están conectadas con la madurez espiritual del discípulo. No se puede enfatizar lo suficiente: nadie vino a abolir los Mandamientos, ni siquiera Pablo, a pesar de los intentos de muchos cristianos de convencerse a sí mismos y a los demás de lo contrario.
Debemos aclarar desde el principio que, por sorprendente que parezca, nuestro objetivo no es llevarte de regreso a los Mandamientos, a las Fiestas y a los Nombres originales; en otras palabras, a las raíces dadas a los judíos, de las cuales la mayoría de los judíos mismos se han desviado hace mucho tiempo, y en un grado muy significativo.
¡NO! Nuestro objetivo principal es hacerte nacer de nuevo. Y si ya lo has hecho, ¡entonces llénate del Espíritu Santo! Y si eso ya sucedió, ¡entonces permite que Ruach HaKodesh obre Sus frutos y dones en ti y a través de ti!
Nuestro objetivo es ayudar a cada persona a salir de donde ha estado estancada, a menudo durante años. Y es al trabajar de esta manera que nosotros también continuamos avanzando en nuestro propio y angosto camino de discipulado.
Una vez que se ha logrado la meta, deja que Ruach HaKodesh trabaje en ti a su propio ritmo y voluntad, para que recibas todos los dones y armas espirituales que nos han sido prometidos. Sólo entonces podemos decir que todo lo que acabo de mencionar se convierte en parte integral e inseparable del proceso de santificación: la restauración continua y progresiva de los Mandamientos, de las Fiestas y de los Nombres originales en nuestra mente y corazón.Cuando llegamos al punto de sentir una necesidad interior de obedecerlos –con alegría y buen humor, no por miedo, obligación, conformidad o tradición, y ciertamente no para ganar ninguna recompensa– entonces, habiendo ya ganado la promesa de la Corona de la Vida, TODO ya nos ha sido dado.
Debemos rechazar cualquier discusión sobre los mandamientos o las Escrituras con aquellos que claramente no buscan la obediencia o el crecimiento espiritual, sino más bien buscan justificarse por sus acciones o por su conocimiento de las leyes y decretos. Además, es completamente inútil entablar una discusión con aquellos que rechazan o intentan justificar, usando la Palabra de Elohim como apoyo, por qué el Espíritu Santo y sus dones no obran en ellos. (Muchas veces citan las palabras de Pablo, donde dice que el Espíritu da dones específicos a ciertas personas y no a otras, etc. Sin embargo, en el libro de los Hechos, vemos que todos los discípulos recibieron ciertos dones básicos desde el principio, sin excepción, como el don de lenguas, digamos lenguas personales, ya que en efecto hay varios tipos de lenguas, y Pablo visiblemente no esta ablando de esta forma específica).
Aquellos que no aspiran principalmente a la forma de vida vivida por los primeros discípulos en los Hechos de los Apóstoles, demuestran claramente que no están siendo guiados por el Espíritu Santo desde dentro, sino más bien por el espíritu religioso de los fariseos y escribas, el demonio de la teología, por así decirlo. No deseamos enseñar ni discutir la Ley de la Torá con tales personas, ya que no queremos contribuir más a su caída espiritual. Por lo tanto, invito a cualquiera que nos escuche o lea nuestras enseñanzas simplemente con el propósito de adquirir conocimiento, en lugar de con la intención de sellar su Pacto con Yeshua, llenarse de Su Espíritu y llegar a la renovación espiritual, a buscar inmediatamente otro ministerio y cargarles ellos con sus preguntas inútiles. Porque todo lo que tales personas aprenderían de mí permanecería en sus mentes y nunca llegaría a sus corazones, empeorando solo su situación para el día del juicio. Así como el rey Saúl valoraba más los animales para el sacrificio que la obediencia a Yahuwah, aquellos que hoy dan más valor a la observación y estudio de la Ley que a nacer de nuevo y ser llenos del Espíritu Santo, tarde o temprano perderán su realeza, es decir, su oportunidad de recibir la Corona de la Vida.
Lamento tener que comenzar nuestro estudio con un tono tan poco amistoso, pero
Cuando tratamos con aquellos que son fanáticos de la letra seca de la ley, es mejor hablar de una manera tan firme y cruda.
A estos, les recomendamos en primer lugar todas nuestras enseñanzas que abordan los temas esenciales recién mencionados, como son nuestros textos y videos titulados: El Evangelio Descifrado: Descubra el Mensaje Más Profundo de Salvación y Redención, Shavuot – Pentecostés, Los Hechos de los Discípulos, La Esencia de la Ley, ¿Mandamientos en Yahushua HaMashiah?, Pena de muerte (donde comienza la VIDA)
En efecto, nuestro ministerio se centra principalmente en dos direcciones muy diferentes. Entregamos dos mensajes completamente opuestos a dos tipos distintos de creyentes y cristianos. Por eso, así como a Pablo se le acusa a menudo de ser contradictorio, también nosotros enfrentamos acusaciones similares. Al igual que él, debemos transmitir mensajes a personas en etapas espirituales muy diferentes. Ambos lados escuchan ambos tipos de mensajes, pero no todos nuestros mensajes están destinados a todos. Nuestras advertencias, aunque a veces parezcan bastante diferentes, no se contradicen entre sí, sino que se complementan. Cuando nos encontramos en un punto medio entre dos extremos, es natural que ambos lados puedan malinterpretar nuestras palabras y responder de manera hostil.
Entonces, ¿quiénes son estos cristianos antagónicos?
Por un lado, tenemos a los herederos de lo que se suele llamar: avivamientos pentecostales. A ellos no les es necesario explicar ni discutir la importancia y la naturaleza de la obra del Espíritu Santo. Los hermanos y hermanas nacidos de nuevo que encontramos en nuestro camino provienen principalmente de sus filas. Aquí la gente puede nacer de nuevo, pero son mucho más raros aquellos que a pesar de las deficiencias en las enseñanzas y el modo de operar, sin embargo alcanzan cierta madurez espiritual en estos ambientes. En estos círculos, los principales problemas son los siguientes: La coacción humana de la operación del Espíritu Santo, la versión que se convierte en locura, en una palabra: EL FALSO CARISMÁTICO (que desalienta a la otra parte -que mencionaré en breve- a permitir que Ruach HaKodesh actúe en ellos, porque tienen miedo de la falsificación que han visto aquí y que no quieren y la rechazan). Entre estos pentecostales, el rechazo y el abandono de la ley es parte integral de sus enseñanzas y constituye el pilar de su fe.
El otro campo lo componen el resto de las masas creyentes. Están los seguidores de las iglesias tradicionales, pero también los que han vuelto al Antiguo Testamento, a la ley y a veces hasta a los nombres originales, pero que se niegan a aceptar el funcionamiento de Ruach HaKodesh que es el mismo hoy que en el tiempo de los primeros discípulos. Como acabo de describir el problema, rechazan al Espíritu Santo muchas veces por miedo a lo que vieron en el bando contrario (los mencionados anteriormente) y rechazan las formas originales de su funcionamiento justificándose con las palabras de Pablo, que interpretan a su antojo y para su propio perjuicio.
El mensaje central dirigido tanto al primer como al segundo grupo se puede resumir en una sola frase con dos partes distintas:
El Espíritu Santo sólo puede operar de manera efectiva y sostenible en alineación con la Ley, mientras que la Ley sólo puede cumplirse a través del trabajo activo de Ruach HaKodesh.
Cuando percibo una comprensión falsa o forzada del Espíritu Santo, se vuelve esencial despojarme de las distorsiones humanas y volver a centrarme en la restauración de la Ley. Se debe transmitir que Yeshua es la Palabra hecha carne, la Ley hecha carne. Por lo tanto, Su Espíritu solo puede operar de acuerdo con las Dos Leyes Fundamentales del Amor:el amor a Elohim y el amor al prójimo. Estas se amplían aún más en los Diez Mandamientos, que a su vez se detallan en las 613 a 700 mitzvot, ofreciendo una guía práctica sobre cómo expresar amor hacia Elohim y hacia los demás. Es fundamental entender que mientras alguien rechace la Ley, el Espíritu Santo no podrá manifestarse plenamente ni trabajar en tal persona. Con el tiempo, si dicho rechazo persiste, el Espíritu puede cesar su obra, esperar y finalmente retirarse por completo a medida que la rebelión del individuo se vuelve cada vez más deliberada. No contristemos al Espíritu Santo. Efesios 4:30 Cuando practicamos este tipo de ministerio, a menudo nos tildan de legalistas y fariseos.
Cuando los cristianos se centran únicamente en aplicar la Ley a través del esfuerzo humano —buscando la perfección por medio de las obras o por temor al Eterno, como lo hacen los musulmanes— tenemos que ponerlos celosos a través del testimonio de nuestras vidas. Debemos demostrar cómo Ruach HaKodesh obra en nosotros y a través de nosotros, revelando Su poder a través del hablar en lenguas, la profecía, las sanidades, las liberaciones y todos los frutos del Espíritu descritos en Gálatas 5: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Ellos, por su parte, a menudo nos etiquetan como falsos carismáticos que colaboran con fuerzas demoníacas. También podrían afirmar fácilmente que practicamos estas cosas por el poder de Beelzebú, tal como nuestro Maestro fue acusado por sus antepasados y líderes espirituales, los fariseos de aquellos tiempos.
¡En cualquier caso, cada uno puede decidir por sí mismo qué le falta y de qué lado está!
Naturalmente, existe también un tercer grupo, un tercer público que escucha –y permanece en silencio– y que no pertenece a ninguno de los campos antes mencionados. Se trata de los propios judíos tradicionales.
Después de este breve recordatorio – esta pequeña introducción o advertencia – si consideras que su Pacto está firmemente establecido y que el Espíritu del Mesías es la fuerza que guía tu vida, entonces analicemos cómo las leyes de kashrut se aplican a nosotros, discípulos nacidos de nuevo, y cómo deben operar en el mundo visible dentro del Cuerpo del Mesías.
Alimentos prohibidos
El cerdo, el avestruz, el conejo, el pescado sin escamas, los mariscos, los reptiles y otras criaturas que se consideran impuras no están prohibidos, pero yo diría que definitivamente vale la pena evitarlos. Como sabemos, Yeshua no vino a abolir la ley ni los profetas sino a cumplirlos. Antes de sumergirnos en el estudio de mandamientos específicos, es esencial entender que las leyes dietéticas siguen siendo relevantes. Estamos llamados a honrarlas en la medida en que no dañen a nuestro prójimo ni a nosotros mismos.
¿Qué quiero decir con esto? Puedo dañar a otros si, por ejemplo, me invitan a su casa porque tienen sed de la Palabra de Elohim, buscan el Evangelio, la sanación o la renovación espiritual, y me sirven cerdo como plato principal. Puede que hayan preparado esta comida con amor y hospitalidad, con las intenciones más puras de su corazón. Puede que ni siquiera se les haya pasado por la cabeza que evite comer esas carnes. Como todavía no tienen dentro de sí al Espíritu del Mesías, que en su momento se ocuparía de este asunto, este hábito de comer esos alimentos les resulta perfectamente natural.
En tal caso, si rechazo su hospitalidad, mis anfitriones podrían verlo como un insulto, o al menos sentirse tristes. Peor aún, podría crear inadvertidamente en ellos un sentimiento de culpa, que podría alejarlos del mensaje del evangelio en su totalidad o empujarlos a convertirse en meros legalistas religiosos en lugar de discípulos nacidos de nuevo. Al hacerlo, destruiría la eficacia potencial de mi ministerio, mostrando que las restricciones alimentarias son más importantes que la Buena Nueva que Yeshua vino a proclamar. En una situación como esta, dejaría de lado temporalmente mis buenos hábitos bíblicos. Incluso si no soy fanático de la comida en cuestión, haría un esfuerzo por comerla, no por razones diplomáticas, sino por caridad. Porque, de hecho,
la Ley de Vida siempre prevalece sobre todos los demás mandamientos
En situaciones extremas, la preservación de la vida tiene prioridad sobre cualquier restricción dietética. La propia Torá enfatiza la santidad de la vida por sobre todas las cosas, por lo que los rabinos judíos durante el Holocausto permitieron a las personas comer cualquier cosa necesaria para sobrevivir, ya sea cerdo, ratones o ratas. La prioridad era asegurar que las personas y sus seres queridos pudieran sobrevivir, incluso si eso significaba dejar de lado temporalmente las leyes dietéticas.
Es importante aclarar que esta discusión se refiere a las leyes de kashrut tal como se presentan en la Torá: los Mandamientos originales dados por Elohim a través de Moisés. Estas leyes son distintas de las regulaciones adicionales que se encuentran en los textos rabínicos como los Talmuds, Mishnás o Shulján Aruj. Estos escritos posteriores a menudo imponen interpretaciones humanas que distorsionan o amplían la intención original de los Mandamientos, alargándolos innecesariamente y corrompiendo así su esencia.
Para una exploración más profunda de estos temas, recomiendo consultar mis enseñanzas: Defensa de los animales y el judaísmo: ¿El salvavidas o un veneno mortal? Estos profundizan en las leyes originales versus sus posteriores distorsiones humanas, arrojando luz sobre cómo podemos honrar los mandamientos de Elohim sin caer en las trampas de las tradiciones creadas por el hombre.
Sin embargo, en cuanto al daño que puede causar el legalismo, hay otro escenario, opuesto al ejemplo anterior, que es mucho menos común pero que presencié personalmente no hace mucho tiempo. En este caso, unos sirvientes que visiblement habían nacido de nuevo y estaban llenos del Espíritu Santo, pero que aún no habían aceptado la validez de los Mandamientos, recibieron a una mujer que buscaba el bautismo. Esta mujer tenía una historia religiosa que incluía mucho tiempo pasado en sectas pseudo-cristianas y pseudo-mesiánicas fuertemente legalistas, donde la abstinencia de ciertos alimentos se aplicaba rígidamente bajo amenaza de exclusión.
Ella estaba visiblemente necesitada de liberación, ya que el espíritu de religiosidad la tenía firmemente cautiva. Lamentablemente, a estos siervos nacidos de nuevo (pero claramente inmaduros, por no decir completamente tontos) nunca se les pasó por la cabeza que celebrar y sellar el bautismo de esta mujer y su pacto con el Mesías comiendo un buen guiso de cerdo tal vez no fuera la opción más sabia ni la más sensata. Sin embargo, eso era exactamente lo que habían decidido preparar para ella, habiendo comprado ya los ingredientes para la ocasión.
Y, por desgracia, sucedió lo que no debería haber sucedido. Cuando la mujer declinó cortésmente su “deliciosa” comida (sin irse inmediatamente), estos supuestos “siervos”, en lugar de reconocer su error, tuvieron la audacia de decirle que no habría otra comida disponible, le gustara o no. Incluso llegaron al extremo de acusarla de ser farisea, legalista y poseída por un demonio. Como era de esperar, la mujer se fue poco después. Como resultado, su pacto con Yeshua no quedó sellado, al menos no en ese momento.
Esta mujer estaba bajo la influencia de demonios (al menos uno), pero en lugar de expulsarles, estos individuos decidieron centrarse en su pequeña barbacoa. Asaron al cerdo, no al demonio. Al hacerlo, emplearon la misma herramienta de terror que sus antiguos pastores legalistas habían utilizado para mantenerla atada, pero en su forma antilegalista. Básicamente, la expusieron al extremo opuesto de aquello de lo que había estado tratando de escapar. ¿Quién sabe qué fue de ella después de eso? Sin su información de contacto, no pudimos hacer un seguimiento, continuar el trabajo o guiarla por el camino angosto.
En cuanto a estos supuestos “siervos”, no tenemos más conocimiento de ellos, ya que naturalmente cortamos lazos con ellos después de que rechazaron nuestro ministerio, desestimaron nuestras advertencias y se negaron a aceptar la corrección por sus acciones. Lamentablemente, parece que han continuado con sus caminos religiosos equivocados, difundiendo confusión y daño dondequiera que van. Esta necedad excesiva también plantea la pregunta de si realmente eran personas nacidas de nuevo. No podría juzgar ni me atrevería a hacerlo, pero lo que sí puedo decir es que esos cristianos «antifa» (antifariseos, anarquistas, transgresores de la ley) tan testarudos y obstinados son, a nivel espiritual, nada menos que vulgares asesinos.
Si podemos hablar de aborto espiritual, eso es precisamente lo que sucedió aquí. Esperemos que la mujer haya nacido de nuevo en algún otro lugar, bajo mejores cuidados.
Comparto este ejemplo para ilustrar cómo los ministerios impulsados por la sabiduría humana autoasumida, en lugar de la sumisión completa al Mesías y la guía de Su Espíritu, pueden causar daños significativos y a menudo irreparables.
Ahora, volviendo a las carnes comestibles: según las leyes de la Torá, los animales permitidos para el consumo son:
Mamíferos: animales de cuatro patas, rumiantes y de pezuña hendida (p. ej., vacas, ovejas y cabras). Prohibidos: cerdos (que tienen pezuña hendida pero no rumian) y conejos (que rumian pero no tienen pezuña hendida).
Peces: solo se permiten peces con aletas y escamas (p. ej., carpas y salmones). Prohibidos: tiburones, anguilas, bagres y especies similares.
Aves: se permiten las aves que no son depredadoras ni carroñeras (p. ej., gallinas, palomas, codornices). Prohibidos: aves rapaces o carroñeras, como águilas, halcones y cuervos.
Insectos: los únicos insectos permitidos son los saltamontes. Prohibidos: todos los demás insectos, como arañas y escarabajos.
Reptiles y anfibios: Están totalmente prohibidos sin excepción, incluidas serpientes, lagartijas y ranas.
En resumen, la selección de animales comestibles se basó principalmente en principios de pureza, santidad y separación, que moldearon la vida cotidiana del pueblo de Israel y su relación con Elohim. Más allá de las preocupaciones biológicas que presentan estos animales —algo que exploraremos más adelante— estas regulaciones también sirven para diferenciarnos y santificarnos de las prácticas de las naciones paganas entre las que estamos dispersos. Estas ordenanzas se detallan especialmente en Levítico 11 y Deuteronomio 14.
Versos seriamente malinterpretados
El Nuevo Testamento incluye al menos cinco pasajes que pueden resultar algo confusos en lo que respecta a las leyes alimentarias. Sin embargo, su verdadero significado difiere significativamente de la interpretación cristiana comúnmente aceptada. Uno de estos pasajes contiene una frase mal traducida deliberadamente, aparentemente con la intención de distorsionar, diluir y rechazar la Palabra y la voluntad de Elohim. Esta frase inquietante aparece en varias traducciones en Marcos 7, específicamente en el conocido pasaje sobre la impureza interna:
1.Y apartado de la multitud, habiendo entrado en casa, le preguntaron sus discípulos sobra la parábola. Y díjoles: ¿También vosotros estáis así sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre, no le puede contaminar; Porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale á la secreta? Esto decía, haciendo limpias todas las viandas.
El texto original explica que es el vientre y la secreta los que limpian el cuerpo de los alimentos impuros. En otras palabras, es el sistema digestivo y sus procesos, junto con el acto de eliminación, el que limpia el cuerpo, ¡no Yeshua!
Esto significa que si un alimento impuro entra accidentalmente en su estómago debido a circunstancias imprevistas, obligación, hambre o por el bien de tu ministerio, no conducirá a tu muerte espiritual. Los órganos del cuerpo, en particular los que participan en la digestión, están diseñados para limpiarnos de toxinas y sirven como componentes clave tanto del sistema digestivo como del sistema inmunológico.
El traductor no solo tergiversa por completo la intención de Yeshúa, sino que también inserta a Yeshúa como sujeto en un contexto en el que el texto original se refiere claramente al estómago, los órganos digestivos y el inodoro como los encargados de realizar la obra de limpieza física. Esta distorsión desvía el enfoque de la enseñanza clara y práctica de las palabras del Salvador.
¡Maldita sea esta traducción!
El concepto de “lugares secretos” abarca tanto los tanques sépticos como las partes más íntimas e impuras del cuerpo humano. ¿Qué clase de espíritu maldito podría confundir tales cosas con el Santísimo, si no es el mismo Satanás? Sería prudente que todos abrieran su Biblia ahora mismo y examinaran cómo está traducido este pasaje. Si está mal escrito, te insto —excepcionalmente— a que tomes un bolígrafo y taches por completo esta vergonzosa frase. Mejor aún, reemplaces tu Biblia por una versión anterior, traducida con mayor precisión. Por una vez, ¡autorizo de todo corazón e incluso lo aliento a que marques y elimines este pasaje mal traducido de tu Biblia!
El siguiente pasaje problemático se encuentra en 1 Corintios capítulo 10:
2.De todo lo que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por causa de la conciencia; Porque de Yahuwah es la tierra y lo que la hinche. Y si algún infiel os llama, y queréis ir, de todo lo que se os pone delante comed, sin preguntar nada por causa de la conciencia. Mas si alguien os dijere: Esto fué sacrificado á los ídolos: no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por causa de la conciencia: porque de Yahuwah es la tierra y lo que la hinche. 1Corintios 10:25-28
Debemos recordar que estamos en la parte griega del Imperio Romano, específicamente en Corinto, en un mercado griego, una carnicería o incluso un matadero. El enfoque aquí está claramente en el tema de la carne ofrecida a los ídolos, es decir, a los demonios, y no del lugar de donde el animal proviene. El punto clave es no preocuparse por quién hizo qué con un alimento en particular, ya que esto no representa ningún daño para nosotros. Si estoy en Yahushua, ¡no tengo nada que temer! Las serpientes pueden morderme, me pueden dar veneno para beber, el fuego puede tocar mi mano; nada de eso puede hacerme daño mientras esté sirviéndole a Él en Su ministerio.
El origen de un alimento determinado no importa siempre y cuando quienes te rodean entiendan que no sabes de dónde proviene. El rechazo de esa carne no tiene que ver con el daño potencial, sino con hacer una declaración de fe. Al negarnos a consumir carne sacrificada a los demonios, rechazamos simbólicamente cualquier manifestación visible de espiritualidad extranjera. Este acto es una declaración de fe, no una precaución de salud.
También es cierto que no es lo que se lleva a la boca lo que hace que uno sea impuro. Sin embargo, este versículo de ninguna manera permite ignorar las prohibiciones de la Torá respecto de ciertas carnes.
3. Y al día siguiente, yendo ellos su camino, y llegando cerca de la ciudad, Pedro subió á la azotea á orar, cerca de la hora de sexta; Y aconteció que le vino una grande hambre, y quiso comer; pero mientras disponían, sobrevínole un éxtasis; Y vió el cielo abierto, y que descendía un vaso, como un gran lienzo, que atado de los cuatro cabos era bajado á la tierra; En el cual había de todos los animales cuadrúpedos de la tierra, y reptiles, y aves del cielo. Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come. Entonces Pedro dijo: Yahuwah, no; porque ninguna cosa común é inmunda he comido jamás. Y volvió la voz hacia él la segunda vez: Lo que Elohim limpió, no lo llames tú común. Y esto fué hecho por tres veces; y el vaso volvió á ser recogido en el cielo.Hechos 10:9-16
Es importante aclarar que estamos hablando de Grecia, no, por ejemplo, de la China actual y su mercado de Wuhan, donde se dice que se originó el virus según fuentes oficiales. En ese mercado, la gente compra y vende carne animal tan asquerosa para el consumo que la mera idea de comerla podría hacer que una persona normal sintiera náuseas. Si bien la visión de Pedro puede evocar imágenes de ese infame mercado chino, ese no es el tema de este pasaje.
Nos guste o no, no todas las partes de la Biblia deben interpretarse de manera literal. Si bien la mayoría de los mensajes bíblicos se presentan de manera literal, también hay parábolas que son claramente simbólicas o figurativas. Este pasaje es, sin duda, una de esas raras excepciones.
El contexto de este versículo no se refiere a qué tipos de carne se pueden o no comer, sino más bien a la cuestión dentro del judaísmo de la época, que no consideraba a los gentiles de una manera muy «gentil» o particularmente favorable, por decirlo suavemente. En términos modernos, se había desarrollado una forma de racismo entre los judíos debido a siglos de persecución y rechazo casi ininterrumpidos por parte de otros. Esto se vio agravado aún más por una mala interpretación del concepto de Elección (como se hace referencia en mi artículo titulado ¿Pueblo elegido? Sí, pero ¿elegidos para qué?).
Incluso los primeros discípulos no estaban completamente libres de tales actitudes, al menos al principio. A través de esta poderosa y sorprendente visión, Elohim revela que cualquiera persona que sea purificado por la Sangre del Cordero nunca más debería ser considerado impuro.
Quiero recalcar que se trata de cualquiera PERSONA, no de cualquiera COSA. Estamos hablando de seres humanos, no de comida, ni de conceptos, ni de música, por ejemplo
Así que no dudéis en sentaros a la mesa con ellos y comer lo que han preparado, aunque os sirvan manitas de cerdo.
Esta parábola sirvió para ganar la aceptación de los nuevos discípulos gentiles en los corazones de los primeros discípulos judíos, quienes todavía no estaban completamente libres de su xenofobia. Además, todo aquel que porta espíritus paganos es ciertamente repugnante desde el punto de vista espiritual. Por lo tanto, la analogía se aplica a cualquier persona o grupo de personas infectadas por ídolos extranjeros, ya sean griegos o incluso judíos pervertidos. Depende de nosotros orar y trabajar para que estas personas sean purificadas a su vez por la Sangre de Yeshua.
4. EMPERO el Espíritu dice manifiestamente, que en los venideros tiempos alguno apostatarán de la fe escuchando á espíritus de error y á doctrinas de demonios; Que con hipocresía hablarán mentira, teniendo cauterizada la conciencia. Que prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de las viandas que Elohim crió para que con hacimiento de gracias participasen de ellas los fieles, y los que han conocido la verdad. Porque todo lo que Elohim crió es bueno, y nada hay que desechar, tomándose con hacimiento de gracias: Porque por la palabra de Elohim y por la oración es santificado.1Timoteo 4:1-5
¿Quién se atreve a extender los alimentos que Elohim creó y mencionó aquí para incluir todas las cosas comestibles del mundo, ignorando la ley revelada en la Torá? ¡Los alimentos que Elohim creó para ser recibidos con agradecimiento se refieren únicamente a aquellos que Él nos ha permitido consumir de acuerdo con Su revelación en la Torá!
¿Cómo podría alguien creer que Pablo diría algo que va en contra de la Torá?
En cambio, pensemos en qué sectas, iglesias o herejes prohíben el matrimonio; por ejemplo, sus propios sacerdotes o incluso sus “seguidores”. ¿Y de dónde viene la idea de no comer más carne y volverse vegetariano? Afirman que desde el sacrificio de Yeshúa, ya no se nos permite comer carne porque sólo puede provenir de sacrificios ofrecidos a Elohim. Y como se nos prohíbe ofrecer sacrificios después de la Crucifixión, concluyen que debemos abstenernos incluso de comer las carnes que la Torá permite.
Aquí Pablo se estaba refiriendo a esas enseñanzas falsas. En su extravío, van mucho más allá de la mera sobrealimentación; esto es sólo la superficie de sus errores espirituales mucho más profundos. La Torá establece claramente que se puede sacrificar carne fuera de las ceremonias sacrificiales: Con todo, podrás matar y comer carne en todas tus poblaciones conforme al deseo de tu alma, según la bendición de Yahuwah tu Elohim que él te habrá dado… Deuteronomio 12:15
El siguiente concepto erróneo surge de este versículo anterior en Timoteo, nuevamente de la pluma de Pablo, pero esta vez en Colosenses:
5. Por tanto, nadie os juzgue en comida, ó en bebida, ó en parte de día de fiesta, ó de nueva luna, ó de sábados: Lo cual es la sombra de lo por venir; mas el cuerpo es del Mesías.Colosenses 2:16-17
Esta es la situación que mencioné al comienzo del artículo. ¡No regañes a alguien que acaba de nacer de nuevo solo porque hace algo diferente a ti o diferente a lo que enseña la Torá! Si surge de la sinceridad de su corazón infantil, ¡déjalo que lo haga! De lo contrario, corres el riesgo de desanimarlo a continuar su camino como discípulo de la fe. Podrías terminar criando a un fariseo rígido, adoctrinado y legalista que nunca permitirá que Ruach HaKodesh lo guíe desde adentro, o peor aún, lo empujará de regreso al mundo que acaba de dejar, dejando su nueva condición aún peor que antes.
Pablo también transmite esta idea en el siguiente versículo: 6. RECIBID al flaco en la fe, pero no para contiendas de disputas. Porque uno cree que se ha de comer de todas cosas: otro que es débil, come legumbres. El que come, no menosprecie al que no come: y el que no come, no juzgue al que come; porque Elohim le ha levantado. ¿Tú quién eres que juzgas al siervo ajeno? para su señor está en pie, ó cae: mas se afirmará; que poderoso es Yahuwah para afirmarle. Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté asegurado en su ánimo. El que hace caso del día, háce lo para Yahuwah: y el que no hace caso del día, no lo hace para Yahuwah. El que come, come para Yahuwah, porque da gracias á Elohim; y el que no come, no come para Yahuwah, y da gracias á Elohim.Romanos 14:1-6
¿Quiénes son los que se abstienen de comer ciertas cosas? Los débiles en la fe, ¡los recién nacidos! No se trata de abolir los mandamientos, sino de enseñarlos en los momentos y contextos adecuados. Para una explicación más profunda, consulte mis dos enseñanzas sobre la relación de Pablo con la ley y su aparentes contradicciones. Pablo y la Ley 1, y Pablo y la Ley 2
Pues aquí tenemos algunos ejemplos de versículos que a menudo se malinterpretan deliberadamente, se usan incorrectamente y hacen que muchos tropiecen, tal como Pedro nos advirtió acerca de las palabras de su consiervo Pablo, que con frecuencia son difíciles de entender las cuales los indoctos é inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para perdición de sí mismos. 2Pedro 3:16
“Kosherizarte” a tí mismo
Si hay ciertos alimentos prohibidos que amas y continúas comiendo, y no puedes imaginarte vivir sin ellos, coloca el asunto en el altar de Elohim con plena fe. Pídele que elimine ese deseo de ti según Su Voluntad. Este principio se aplica a todos los aspectos de la vida, no solo a la comida, sino también a todos nuestros hábitos. Cada persona debe identificar personalmente las cosas en su vida que podrían representar un riesgo potencial de idolatría.
Aquí también es importante recordar que se desaconseja enfáticamente tratar de obligarse a renunciar a algo de manera humana y por el deseo de cumplir con los Mandamientos.
No te fuerces a hacer nada hasta que Yeshua mismo te libere de ello
El objetivo no es la abstinencia eterna, sino la verdadera libertad: la libertad del pecado e incluso de los pensamientos indeseables, como prometió Yeshúa en Mateo 5:28. Una vez que eres libre, debes mantenerte firme y resistir las tentaciones que pueden persistir por un tiempo, tratando de hacerte retroceder.
Es crucial reconocer primero las diferencias, contradicciones e incompatibilidades entre tu estilo de vida actual y la voluntad de Elohim.
Y aquí es donde entra la Ley: “Si no fuera por la ley, yo no habría conocido lo que es el pecado.”Romanos 7:7
Si algo te parece natural pero está prohibido por la Torá, entonces hay un asunto que necesita atención. En esos casos, llévalo a la oración y pregunta qué debería pasar con él y si ha llegado el momento de abordarlo. A menudo, nos centramos en algo dentro de nosotros que no funciona como nos gustaría, sin darnos cuenta de que puede haber un obstáculo mayor e inmediato que debemos identificar y superar primero. El orden en que abordamos estos asuntos es crucial. Satanás puede susurrarte que te centres en cuestiones de comida cuando todavía puedes tener problemas sin resolver de odio y falta de amor en tu corazón, para distraer tu atención de ellos.
Si la ley te convence de algo en particular, el arrepentimiento y la liberación funcionan tal como lo hicieron cuando fuiste liberado por primera vez del mundo —de las cadenas que te mantenían cautivo— y te convertiste en una nueva creación. La santificación es un proceso. Con el tiempo, hasta los detalles más pequeños y ocultos deben salir a la superficie para ser purificados por el Espíritu de Yeshua, perfeccionándonos para el Día en que estemos plenamente unidos a Él.
Que Ruach HaKodesh te de la claridad para reconocer estas cosas y el deseo de liberarte de ellas, para luego pedir que la sangre de Yeshua te limpie completa y permanentemente.
Si estas nacido de nuevo, ya no se trata de echar fuera un demonio, sino de renovar tu alma y tu conciencia
Que el Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec, Yahushua, lleve a cabo su ministerio sacrificial dentro de nuestros propios templos, nuestros corazones. Traigamos todos nuestros cerdos, conejos, películas, música, relaciones humanas y hábitos, y los pongamos sobre el Altar del Templo Celestial para que Yahushua nos purifique de todo lo inmundo o impuro, quitándolo incluso de nuestros pensamientos. Que todo lo que amamos y que Él desprecia se convierta en algo que también nos resulte repulsivo.
De esta manera nos liberamos de las impurezas restantes y nos santificamos cada vez más
Este podría haber sido el final de este artículo, pero a continuación me gustaría hablar un poco más sobre las razones conocidas o supuestas según mi visión de las cosas respecto a la prohibición de ciertas especies de animales así como sus grasas.
El cerdo: secretos revelados
Muchas personas se han preguntado, especialmente cuando se trata de cerdos, por qué este animal está incluido en la lista de animales prohibidos. Para la mayoría de las personas, resulta evidente que los cerdos se encuentran entre los animales más abandonados y sucios del mundo, por lo que es lógico evitarlos.
Sin embargo, en las últimas décadas, la ciencia moderna ha aportado datos aún más concretos sobre los peligros del consumo de carne de cerdo. Más allá de sus hábitos sucios y su tendencia a comer de todo, los cerdos tienen un sistema digestivo tres veces más corto que el del ganado vacuno. En cambio, los bueyes y las vacas son mucho más selectivos y consumen sólo hierbas. Además, el ganado rumia, lo que significa que mastica su comida dos veces antes de que pase por la digestión final, un proceso que, según la Torá, es un criterio clave para que un animal sea considerado puro.
Los médicos y dietistas también desaconsejan encarecidamente el consumo de carne de cerdo, no solo por su alto contenido en grasa, que eleva los niveles de colesterol y aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, sino también
Porque su contenido de toxinas es significativamente mayor que el de la mayoría de los animales
¡Es tan simple como eso!
Pues bien, si eres capaz de seguir los consejos de los hombres: médicos seculares y entrenadores ateos de todo tipo, entonces, ¿cuánto más vale la pena escuchar y seguir la Palabra de nuestro Creador, aunque a veces parezca incomprensible? No hay duda de que si vienen del Padre, estas directivas sirven a nuestro mayor bienestar, aunque por el momento no siempre entendamos su significado. Además, es inútil querer saber siempre todo sobre todo. ¿No tenemos suficiente confianza en el hecho de que
¿El Creador es el mejor situado en el mundo para decidir lo que es beneficioso o no para su propia criatura?
¿No tenemos suficiente fe, y sobre todo sabiduría, para reconocer que si bien ciertos alimentos no eran recomendables para los judíos de la antigüedad, es probable que esto siga siendo aplicable a nosotros hoy? ¿O nos creemos más sanos y resistentes que esas “pobres almas” de la antigüedad, del mismo modo que a menudo –erróneamente– nos consideramos intelectual y cerebralmente superiores a ellos, cuando la realidad es todo lo contrario? ¿Qué imagen tenemos del Todopoderoso? ¿Cambiaría Elohim constantemente de opinión, influenciado por los estados de ánimo o el clima? ¿Por quién lo tomamos, una vez más? Sí, de hecho, tenemos la promesa de ser librados de las mordeduras de serpientes y de las picaduras de escorpión, pero ¡ay de aquellos que se atreven a tentar a Yahuwah o abusar de los poderes otorgados por el Padre, así como Satanás trató de tentar a Yeshua en el desierto!
Nuestros padres y madres terrenales nunca nos habrían dado serpientes o piedras cuando les pedimos pan, ¿no es cierto? Si ellos, como humanos, deseaban sólo lo que era bueno para nosotros, ¿cuánto más debemos honrar la Palabra de nuestro Padre Celestial, asegurándonos de que todo nos vaya bien mientras estemos atados a nuestros cuerpos terrenales de carne?
Entonces, ¡no siempre necesitamos saberlo todo sobre todo!
¿No hemos tenido tiempo suficiente desde entonces para reflexionar sobre las consecuencias del pecado cometido por Eva y Adán? Ellos tampoco necesitaban saber lo que se escondía detrás del concepto del Conocimiento del Bien y del Mal. Y sin embargo, hoy, mientras que la humanidad debería entender plenamente el significado profundo de este misterio, casi nadie, ni siquiera muchos discípulos, comprende verdaderamente su significado. Profundizo en lo que este famoso Árbol del Conocimiento realmente representaba en mi artículo: El Evangelio descifrado: Descubra el mensaje más profundo de salvación y redención
Nuestro deber hoy, como debió haber sido para ellos entonces, es no hacer demasiadas preguntas innecesarias sino obedecer incondicionalmente, aun cuando todo dentro de nosotros se resista. Como un soldado en un ejército o un niño ante su padre.
Personalmente, creo incluso que una posible razón para la prohibición de comer cerdo podría ser las capacidades cognitivas del propio animal. Mucha gente puede no darse cuenta de esto, pero junto con los monos, los burros, los perros, los delfines y las ratas, los cerdos están entre los animales más inteligentes del mundo. Tal vez esto los distingue, esta vez de manera positiva, de otros animales, y como muestra de respeto por sus capacidades, Elohim nos pide que no les comamos.
Los cerdos han sido utilizados para diversos fines, como proteger hogares, ayudar en la recolección de setas (en particular trufas en los bosques) e incluso actuar como exploradores para detectar pantanos cuando la gente necesitaba huir de sus enemigos. ¿Por qué comeriámos un animal tan increíblemente útil? Del mismo modo que no comemos a nuestros perros, aunque hay excepciones, como mencioné anteriormente.
Como mencioné al principio, si no hay otra opción, si te encuentras en una situación crítica, financiera o de otro tipo, no seas tonto. Come lo que esté disponible o lo que sea más asequible en los estantes del supermercado, ¡incluso si contiene carne de cerdo! Y, por supuesto, reza para que tu situación financiera se restablezca para que no tengas que violar la ley a sabiendas durante demasiado tiempo.
Lo principal es actuar de acuerdo con la enseñanza y la guía de tu Maestro. En primer lugar, asegúrate de que Él esté presente y activo dentro de ti. ¿Se está expresando el Espíritu Santo de manera visible y audible a través de ti, por ejemplo, al hablar en lenguas o al profetizar? Sólo entonces debes preguntarle a Él, sobre todo a Él, qué, cuándo y cómo hacer o no hacer.
También podríamos plantearnos las razones de la prohibición de la carne de avestruz, una de mis carnes favoritas de la infancia. No contiene ni grasa ni colesterol y, en muchos sentidos, parece una de las opciones más saludables. Su prohibición puede parecer innecesaria a primera vista, pero quizá el tamaño, la fuerza y la velocidad del avestruz lo hagan inadecuado para la domesticación y el cautiverio. ¿Será que es más difícil de manejar y convivir con él en comparación con animales más pequeños?
Mantener a los avestruces confinados en una granja con otros animales podría dar lugar a problemas imprevistos. Podrían atacar a animales más pequeños o incluso comerse los huevos de gallina. Debido a sus características físicas, es probable que los avestruces toleren mucho menos el cautiverio. Otros animales, como las cabras, las ovejas y las vacas, se benefician de la protección humana y del cuidado de los perros pastores, que los salvaguardan de los depredadores. Para estos animales, los recintos proporcionan seguridad y garantizan un pastoreo constante sin necesidad de valerse por sí mismos o gestionar la migración, tareas para las que carecen de capacidades cognitivas y físicas.
En cambio, los avestruces probablemente sufren mucho más bajo el cautiverio humano, ya que su tamaño y agilidad los hacen inadecuados para espacios de vida limitados. Para los animales que son más rápidos, más ágiles o capaces de volar, el cautiverio puede ser una forma de crueldad. La vida doméstica altera su equilibrio biológico y psicológico porque les niega la libertad y el espacio que necesitan para prosperar de acuerdo con el propósito para el que fueron creados.
Elohim, que ama a todas sus criaturas, también se preocupa de garantizar que los animales tengan las mejores condiciones de vida posibles.
Sin duda, este es también el motivo de la prohibición de comer conejo. Los conejos, independientemente de su raza, son generalmente animales muy ágiles capaces de correr a velocidades increíbles. Privarlos de esta capacidad mediante el cautiverio simplemente los hace infelices y, con el tiempo, el animal enferma y se deprime. Aunque desde entonces los humanos han desarrollado razas más pesadas y menos ágiles específicamente para su comodidad y rentabilidad, el principio sigue siendo el mismo.
Nunca debemos olvidar que los animales tienen una capacidad muy limitada para comunicarse con nosotros. La mayoría carece de expresiones faciales que el ojo y el cerebro humanos puedan percibir e interpretar. Cuando un animal sufre o se siente infeliz bajo el cuidado de su amo, ¿quién hablará por él? ¿Quién hará saber su angustia?
¡Elohim mismo hace esto advirtiéndonos con mucha antelación a través de Sus leyes de prohibición!
Enjaular a ciertos animales, especialmente a aquellos capaces de volar o correr largas distancias, es inherentemente un acto de crueldad. Incluso los humanos modernos, que cada vez encuentran más consuelo en la inercia –sentados en sillones o tumbados en la cama viendo la televisión o navegando por Internet– luchan con la idea de la prisión o el confinamiento forzado.
¿Cuánto mayor debe ser el sufrimiento para una criatura que no tiene inclinación ni deseo por la pereza y la ociosidad? Para un animal cuyas capacidades físicas y necesidad instintiva de movimiento superan con creces incluso a los humanos más activos y atléticos, el confinamiento es una dificultad profunda e injusta.
No olvidemos lo que comento en otro artículo: cuando un animal sufre o siente la muerte inminente, produce hormonas del estrés llenas de amargura, que se propagan rápidamente por todo su cuerpo a través del torrente sanguíneo. Este proceso afecta no solo a su carne sino incluso a su leche.
Por lo tanto, es esencial sacrificar a los animales comestibles de manera que no se den cuenta de lo que está sucediendo y experimenten el mínimo dolor. Técnicas como el uso de cuchillas afiladas para reducir el estrés y acercarse al animal por detrás pueden ayudar a lograrlo. Cuando el animal se da cuenta de su muerte, las hormonas del estrés producidas en el cerebro ya no llegan a las partes comestibles de su cuerpo, ya que fluyen junto con la sangre a través de las arterias cortadas.
Este enfoque beneficia a todos: el animal evita un sufrimiento innecesario y el consumidor humano recibe carne de alta calidad. Hoy en día, este método de sacrificio humanitario lo practican casi exclusivamente los judíos ortodoxos y los musulmanes. En este sentido, podríamos inspirarnos en ambos.
Sin embargo, la naturaleza del animal en cuestión también podría ser motivo de prohibición
Como dice el dicho popular: “Eres lo que comes”. Elohim no quiere que la humanidad adopte características de cerdos, conejos, avestruces, invertebrados u otros bichos rastreros. La humanidad ya está inclinada a ese tipo de comportamiento, por lo que no hay necesidad de exacerbarlo. Este es precisamente uno de los principales objetivos de la Obra Redentora: remodelar al hombre caído y deformado, extraviado por la serpiente, para que vuelva a ser reformado a imagen de Elohim, tal como era en el principio.
En el caso de los reptiles y los bichos, la razón es clara, y la gente comprende instintivamente que estas criaturas deben ser evitadas. La mayoría de nosotros sentimos repulsión ante el mero pensamiento de masticar y tragar a tales seres. ¡Nunca olvidemos que las leyes fundamentales están impresas en el corazón de cada ser humano!
¿Cuál es una de las principales características del conejo? Es uno de los animales con mayor libido y actividad sexual de todos los seres vivos. No es casualidad que el conejo sea uno de los símbolos principales de la Pascua pagana, que es esencialmente una celebración de la fertilidad. Entonces, ¿comer conejo? ¿Es realmente necesario echar leña al fuego, especialmente los hombres? Y miremos por nosotros mismos: ¿cuáles son los países que más carne de conejo consumen? Italia y Francia. ¡Creo que eso lo dice todo! 🙂
En cuanto al pescado, se ha descubierto que las escamas sirven como órgano de desintoxicación. Esto explica por qué no es aconsejable comer pescado sin escamas, ya que su nivel de toxicidad es significativamente mayor que el de los peces sin escamas.
En cuanto a los invertebrados, es prudente que los humanos los eviten porque su influencia se extiende no solo al nivel físico sino también al espiritual y psicológico. El consumo de invertebrados amplifica el fenómeno de una humanidad cada vez más carente de columna vertebral, es decir, de principios morales, de carácter y de honestidad. El animal que el hombre consume lo afecta profundamente, creando un vínculo inextricable, muy parecido al impacto del consumo de sangre (ver también mi artículo: Prohibición de consumir sangre).
Los animales comestibles, como los corderos, los terneros, las ovejas y las vacas, exhiben un comportamiento que es siempre pacífico y obediente a sus amos. Comer estos animales fomenta en nosotros el mismo instinto de sumisión a nuestro Padre.
En cambio, los animales no comestibles son nocturnos, se arrastran, consumen tierra, cazan y se revuelcan en la inmundicia. En resumen, encarnan los comportamientos y costumbres paganas de la rebelión, la anarquía y la brujería.
¡Todos los depredadores están estrictamente prohibidos, y los carroñeros aún más! Nadie debe consumir carne de un animal muerto por otro o de carne podrida. Este principio es sencillo y fácil de entender. La caza no debe convertirse en un hábito. Aunque el consumo de ciervos no está prohibido, sólo se practica en situaciones de absoluta necesidad, como durante las migraciones temporales en un estado nómade. En circunstancias normales, el pueblo judío está arraigado a la tierra, lleva una vida sedentaria en la que trabaja, cuida animales y plantas y evita matar por deporte o «placer». Nunca nos beneficiemos de lo por que no hemos trabajado nosotros mismos. No comas el cadáver de un animal que encuentres en el camino, ya que es probable que pertenezca a otra persona de la que se le escapó antes de morir en el lugar donde lo encontraste. No debemos aprovecharnos de las desgracias o pérdidas de los demás. Además, la carne podrida es inherentemente tóxica, otra razón más para evitarla por completo.
La cuestión de la grasa
También vale la pena examinar las prohibiciones relativas a las grasas animales. La Torá prohíbe el consumo de grasas de animales de cuatro patas, con excepción de las grasas de aves de corral bípedas, que están permitidas. Las grasas contribuyen al exceso de colesterol y, en consecuencia, a la obesidad, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes. En el clima cálido de la Tierra Santa, el consumo de grasas era especialmente innecesario, ya que los inviernos suaves exigían poca protección contra el frío. La grasa también sirve como capa final a través de la cual se expulsan las toxinas durante la transpiración, lo que significa que contiene una mayor concentración de toxinas. Además, la mayoría de las toxinas son liposolubles en lugar de hidrosolubles, por lo que una mayor presencia de grasa en el cuerpo aumenta la cantidad de veneno en su interior.
La obesidad física a menudo refleja una lucha emocional más profunda, como la falta de amor o el rechazo experimentado por el individuo. Con frecuencia, las personas recurren a alimentos que engordan (como el chocolate) como una forma de auto-recompensa, lo que lleva al aumento de peso. La industria alimentaria moderna tiene una responsabilidad importante por el aumento de la obesidad, produciendo productos nocivos mediante procesos químicos e inundando con ellos las dietas de la humanidad. Trágicamente, incluso los discípulos de hoy no son inmunes a este problema.
Sin embargo, la obesidad suele ser síntoma de un estado de enfermedad espiritual en la persona afectada, sobre todo en los creyentes. Sus causas profundas suelen estar vinculadas a inclinaciones hacia los siguientes pecados:
El sobrepeso es, literal y proporcionalmente, la consecuencia y la manifestación visible del apego espiritual al dinero y a los placeres terrenales. No intentemos endulzarlo: es una realidad que resulta evidente para la mayoría de nosotros. Cualquier médico o psicólogo laico probablemente llegaría a un diagnóstico similar, incluso sin hacer referencia a la fe o a la Biblia. Sin embargo, su versión sería más diplomática, halagadora y humanista, centrada en minimizar la responsabilidad personal y evitar el conflicto con la persona que la padece.
La consecuencia natural y cada vez más evidente de esto en el cuerpo del Mesías es el creciente número de pastores y maestros cristianos obesos y panzudos. Su apariencia externa a menudo da la impresión de que los botones de sus costosas camisas o chaquetas (que a veces cuestan cientos de euros) están a punto de reventar por la tensión de la tela estirada. Este estado físico refleja precisamente lo que son internamente: glotones, tanto en el estómago como en el corazón, cuya motivación principal es la búsqueda de dinero y poder.
No es casualidad que se les llame «ministros», un término que debería significar servidumbre. Trágicamente, esta palabra, como muchas otras, ha sido corrompida por el enemigo desde hace mucho tiempo. Estos llamados ministros (o siervos de Dios, como se les llama a menudo) se parecen mucho más a sus contrapartes mundanas, que prosperan gracias a la corrupción a expensas del pueblo —con frecuencia viudas y huérfanos— que a los verdaderos ministros que sirven según el Espíritu del Mesías y para el beneficio de los demás.
Es completamente anormal que los discípulos, y especialmente los siervos de Elohim, se asemejen literalmente a cerdos engordados
Sus ministerios falsificados, junto con las pequeñas redes y otras iglesias que dirigen (que no son más que imitaciones vulgares y burlas de la verdadera Iglesia), se asemejan a la estructura social descrita en la novela Rebelión en la granja(Animal Farm) de George Orwell, donde la clase dirigente está simbolizada por cerdos hinchados. Esto contrasta marcadamente con el modelo original del Cuerpo del Mesías, que no crecía en orgullo ni en kilos, sino en el número de nuevos discípulos cada día. Estos discípulos maduraron rápidamente y se convirtieron en maestros y ministros.
El modelo auténtico y su relato no se encuentran en la literatura orwelliana, sino en la Biblia, específicamente en el Libro de los Hechos.
Cualquiera que se imagine a sí mismo como un apóstol debería tratar de imaginarse cómo debió ser Pablo después de soportar persecución constante, vivir huyendo, enfrentar encarcelamientos regulares, lapidaciones recurrentes, repetidos azotes con varas y experiencias continuas de privación y hambruna.
Cualquiera que se considere profeta debería orar para que sus ojos espirituales finalmente se abran, de manera verdadera y completa, para que al menos puedan comenzar a imaginar cómo debió haber sido Juan en las profundidades de su celda en la isla de Patmos. O cómo pudieron haber sido el otro Juan o Elías, cada uno viviendo en el desierto, vestidos con pieles de animales (kosher, por supuesto) y subsistiendo casi exclusivamente de langostas y grillos.
Y aquellos que afirman ser maestros deberían primero tomar literalmente la forma de nuestro Maestro, quien no predicó desde lo alto de un púlpito vestido con ropa de diseño y relojes caros y relucientes atados a Sus muñecas. En cambio, viajó por las regiones de la Tierra Santa y no tenía dónde recostar Su cabeza.
Para resumir la cuestión de la kashrut
¡No me preguntes qué puedes o no puedes comer!
En el plano humano, me debería sentir muy honrado de que me consideres una autoridad espiritual creíble al acudir a mí en busca de consejo. Lamentablemente, la mayoría de las veces, cuando me hacen este tipo de preguntas, surgen en mí sentimientos completamente diferentes.
¡No soy el rabino de nadie, como tampoco lo puede ser nadie más!
Ningún hombre, y menos aún una mujer, debe llamarse así, como nos manda Yeshúa en Mateo 23:8. Él es el único Rabino y, a lo sumo, sólo podemos ser hermanos entre nosotros. Yo puedo aconsejarte y enseñarte por un tiempo determinado, como suelo repetir en mis enseñanzas, pero como todos sin excepción, tengo una sola tarea esencial como discípulo: guiarte hasta el Rabino Yahushua, para que nazcas de nuevo, libre de los malos espíritus y lleno del único Espíritu bueno, el Espíritu del Mesías Yahushua: Ruah HaKodesh, el Juez que, al poco tiempo, es el único con autoridad para seguir guiándote y enseñándote desde dentro a través de la ley que Él aplica en nosotros hasta que vuelva a llevarnos.
Lamentablemente, hoy en día, en la mayoría de los casos, nos encontramos con sólo dos tipos de siervos que engañan a las masas que dicen guiar. El primer tipo se apropia de los roles que pertenecen al Mesías, dictando la ley externamente como un amo a su perro, engañándose a sí mismos y a los demás fingiendo ser un rabino, pastor, apóstol, maestro, profeta o cualquier otro título grandilocuente.Se trata de las pequeñas sectas y comunidades legalistas y farisaicas que están surgiendo como hongos en la actualidad como reacción a… El segundo tipo, el que también se esconde detrás de títulos similares pero te miente, afirmando que la ley ya no es válida y que ya no necesitas preocuparte por ella, diciendo que pertenece solo al Antiguo Testamento y se aplica solo a los judíos. Mientras tanto, este tipo de ministro ejerce control espiritual sobre su rebaño, imponiendo otras leyes -más, menos o parcialmente derivadas de la Biblia- basadas en la teología de la «empreza», o la llamada iglesia, en cuestión. Esto incluye, entre otras, las iglesias y comunidades pentecostales e hipercarismáticas que he mencionado a menudo en mis enseñanzas.
Porque en efecto,
No es la ley lo que debería preocuparos principalmente, sino Ruach HaKodesh
Humildemente, permítele que te llene un poco más cada día, a Su propio ritmo y según Su voluntad, para que Él mismo se asegure de que la ley se mantenga en tu mente, en tu corazón y en lo más profundo de tu ser. Ruach HaKodesh es la Ley Viva misma, el mismo Aceite con el que deben llenarse las lámparas de las vírgenes prudentes.
En lugar de preguntarme a mí (o incluso a ti mismo) preguntas como: “¿Debo comer cerdo o no?” “¿Cómo debo celebrar tal o cual festividad?” “¿Puedo beber ciertas bebidas, incluidas las alcohólicas?” “¿Hasta dónde se puede llegar en el ámbito del erotismo?”
Creo que la mayoría de nosotros deberíamos preguntarnos: «¿Qué es lo que todavía impide que el Espíritu Santo trabaje plenamente dentro de mí? ¿Estoy verdaderamente lleno de Ruah HaKodesh y, si es así, dónde me encuentro en términos de una mayor santificación?»
¿Deseas recibir verdaderos dones espirituales, aquellos que operan bíblicamente? ¿Finalmente te ha disgustado el miedo que te ha infundido el espíritu de religiosidad, que te ha desanimado a buscar el verdadero carisma porque todo lo que has visto son manifestaciones falsas en falsos circos pentecostales cultivados por Satanás para privarte a ti y a otros de lo que es real? ¿No estás cansado de usar la Biblia para justificar tu vacío espiritual y tu estado incompleto, aferrándote a las llamadas razones bíblicas mientras continúas temiendo aquello a lo que deberías haber aspirado durante mucho tiempo?
El día que superes tus miedos y busques hermanos y hermanas auténticos en la fe —aquellos que han nacido de nuevo— y comiences a hablar en lenguas verdaderas en lugar de los interminables mantras infantiles como “bah bah bah” o “kas kas kas”, cuando desees genuinamente recibir los dones y armas espirituales como se describe y demuestra en el Libro de los Hechos, entonces después de algún tiempo, preguntarás correctamente a tus hermanos y hermanas mayores cómo abordan las cuestiones de comer y beber, celebrar festivales o incluso los límites y formas de intimidad con nuestros cónyuges dentro del matrimonio.
En ese momento, ya no oirás mandamientos de afuera, ni te esforzarás por obedecerlos mediante esfuerzos humanos, sino que oirás el eco de la Palabra de Elohim ya viva dentro de ti, confirmando lo que Ruach HaKodesh, el Espíritu de Yahushua, ya ha implantado en tu corazón.
No estamos bajo la ley. ¡Claro que no! Porque si estamos en Aquel que está por encima de la ley (Yahushuah), entonces estamos por encima de la Ley con Él. Sin embargo, la ley nos sirve como pilar bajo nuestros pies, como uno de los pilares de sustentación del Templo que somos y no para pisotearlo, como todavía lo hacen la mayoría de los cristianos.
En Hechos 21:18-26 leemos muy claramente que por consejo de sus compañeros apóstoles, Pablo se sometió a dar testimonio ante todo el mundo de que él también vivía y obedecía las leyes de Moises. Cuando Jacob y los ancianos le pidieron que se afeitara la cabeza con los otros cuatro hombres como señal de respeto a los Mandamientos, Pablo no se resistió y lo hizo en silencio.
Acerca de las “contradicciones” del apóstol Pablo
En el siguiente artículo, me gustaría analizar los escritos del apóstol Pablo (Rav Saúl) sobre la ley desde una perspectiva judía. Obtendremos una visión general del papel de la ley en los tiempos de Gracia, después del sacrificio de Yahushua HaMashiah, en lo que respecta a judíos y no judíos, principalmente a través de la epístola a los Romanos. Es importante devolver el asunto al pensamiento original, ya que la carta está dirigida a la congregación judía y no judía helenizada que vivía en Roma y escrita por un hombre judío que creía en Yahushua, pero nunca negó su identidad. Todo lo que Pablo escribió fue inspirado por Ruach HaKodesh/el Espíritu Santo de Elohim.
Es importante señalar que para los judíos que vivían en Roma en ese momento, la ley difería de la Ley inicialmente revelada por Moisés y esto, por dos razones:
Por un lado, los Mandamientos originales aún no estaban completamente separados y purificados de las leyes farisaicas humanas añadidas de Babilonia, y por otro lado, las Leyes originales contenidas en la Torá también fueron interpretadas y aplicadas de acuerdo con la forma de pensar farisaica que aprendieron desde su nacimiento. Esta forma farisaica de pensar ocurre a nivel intelectual en lugar de venir del corazón.
En la epístola a los Romanos, Pablo no va en absoluto en contra de los Mandamientos de Elohim, sino que:
se opone a las leyes farisaicas que los judíos agregaron a la Ley original de Elohim
ADEMÁS
está trabajando en la restauración de los Mandamientos de Elohim que el espíritu romano del helenismo ya había comenzado a torcer y mezclar con el paganismo
Guardar estas leyes adicionales según la letra condujo a la justicia propia, contra la cual Yahushua luchó. Esta fariseísmo atribuye un efecto de salvación propia a la observancia de la ley en sí misma. Esta forma de pensar deja en un segundo plano la relación personal con Elohim, la que nace de la fe y del amor que viene de dentro. Ser fariseo por supuesto no implica ser fiel a todos los mandamientos, sino anteponer su observancia a la necesidad de escuchar directamente la voz de Yahuwah. Alguien es fariseo porque no guarda la ley por fe, para honrar a Elohim a quien ama, sino porque espera de él recompensas en una especie de relación comercial espiritual.
Pablo luchó contra estas leyes adicionales, que no provienen de la fe, que no se guardan porque lo hacemos con alegría, no por obligación, sino porque amamos a Elohim. Al experimentar una relación restaurada con Yahuwah, el hombre se siente más libre que nunca, porque la Ley está ahí para proteger su vida y restaurar el orden en su relación con Elohim y con su prójimo. Pablo lucha contra el espíritu de guardar la ley mediante la coerción, mediante el temor de un dios que lo reprende. Pablo quiere restaurar la Ley viva que fluye de nuestra fe interior y amor por Elohim.
Además, Pablo estaba luchando para que la ley no ocupara el primer lugar en la mente de la gente. A partir del Sacrificio en la cruz, el orden cambió y se invirtió. La ley ya no es nuestro pedagogo hasta el Mesías, sino todo lo contrario: el Ruach del Mesías nos enseña la Ley desde el momento en que nacemos de nuevo en Él. Primero conocemos a Yeshua, luego Él revela quién es Él mostrando cómo cumple los Mandamientos y las Profecías que son la Palabra de Elohim, los que se hicieron Carne en Él.
Así la historia cambia y ya no es la Ley la que nos enseña al Mesías, sino que es el Mesías quien nos enseña la Ley después de haber obtenido la Gracia y haber pasado por el bautismo de Agua y de Fuego
Pablo también lucha con hermanos mayores que intentaron enseñar decretos que aún no se refieren a discípulos espiritualmente recién nacidos. ¡El que acaba de salir del agua y nacer de nuevo no necesita a Moisés TODAVÍA! Las 7 Leyes de Noé, las rudimentarias y universales reglas básicas recibidas tras el Diluvio para toda la Humanidad, son más que suficientes para ellos y por el momento. Moisés es un alimento más pesado pero a los niños todavía les necesitan leche. Con esto Pablo no anula ni destruye a Moisés ni los Mandamientos recibidos a través de él, sino que está poniendo todo en su lugar. Aunque no se expresa, queda claro que considera que los mandamientos de Moisés naturalmente siguen siendo válidos, pero que cada uno debe ocuparse de lo que es apropiado para su edad espiritual.
Pablo estaba trabajando para restaurar estas distorsiones, porque la obra apostólica es ante todo una obra de Reforma
Así se puede entender la esencia de Yahushua HaMashiah. ¿Qué significa que Él cumple la Ley? Cuando me pongo bajo el dominio del Mesías y renazco en Yahushua por inmersión en agua y luego por el bautismo de fuego, entonces ya no vivo yo, sino que Él vive en mí. En este momento Él no me exime de la Ley, sino al contrario, la aplica y la pone en vigor. A partir de ese momento guardo la ley porque ya no está escrita en tablas de piedra, sino que está grabada en la carne de mi corazón a través del bautismo de fuego y la morada en mí de Ruach HaKodesh.
Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne, para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Elohim.
Ezequiel 11:19-20
Es exactamente esta profecía la que se cumplió en Shavuot, en Pentecostés. Cuando las dos tablas de piedra se transformaron en dos lenguas de fuego que quedaron grabadas en los corazones de los discípulos, a continuación de que comenzaron a hablar en lenguas.
No olvidemos que los judíos, hasta el día de hoy, celebran el regalo de los 10 Mandamientos en este preciso día de Shavuot/Pentecostés. Es una de las pocas costumbres judaicas que tiene un poder profundamente profético, y por la descripción de la historia tal como la leemos en la Torá, queda claro que este evento realmente ocurrió alrededor de esta fecha, es decis aproximadamente 50 días después de haber salido de Egipto después Pesaj.
Pero ahora, veamos los versículos sobre las leyes en Romanos:
1. ¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de qué aprovecha la circuncisión? Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Elohim. Romanos 3:1-2
De esta parte se destaca inmediatamente la palabra “Palabra” como la Palabra de Elohim que fue confiada al pueblo de Israel. Cuando hablamos de los 10 mandamientos, estas son las 10 leyes fundamentales que tienen 613 o más bien 700 extensiones adicionales y que se pueden resumir todas en los 2 Grandes Mandamientos del Amor (Amor a Elohim y al Prójimo). (Las mitzvot en realidad son entre 650 y 700, ya que los rabinos no las han enumerado todas). La Palabra es uno de los sinónimos de la ley, pero en su conjunto abarca todo el Antiguo Testamento incluyendo todas las Profecías, pero una parte muy importante y significativa de las cuales son los Mandamientos. Así es también como Juan comienza la historia de la venida de Yahushua HaMashiah:
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Elohim, y el Verbo era Elohim…Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Juan 1:1-14
Juan inmediatamente comienza describiendo la esencia misma de Yahushua. Él mismo era el Verbo, la Palabra, es decir, era la Ley. ¿Qué otra cosa podría haber significado el Verbo sino la palabra de Elohim, que Él dio a su pueblo en el Monte Sinaí? ¿Qué fue esta palabra declarada sino la ley y los profetas? Los profetas que fueron precisamente enviados a pronunciar juicios por la transgresión de la Ley y cuya principal labor fue restaurar los Mandamientos anunciando la ira que vendría sobre el Pueblo por su transgresión.
2. ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado. Romanos 3:20
¿Cómo podemos saber lo qué es el pecado sino por la ley? ¿Y cómo actúa la gracia si no podemos reconocer el pecado? ¿Cómo saber que necesitamos la Gracia si no reconocemos el estado de pecado en el que nacimos? ¡La Ley nos enseña esto, para que podamos reconocer nuestra necesidad del Mesías! ¿Es entonces posible la Gracia sin la Ley? En absoluto, porque si anulamos la ley, ¡la Gracia automáticamente también se vuelve inútil!
Aquí también la palabra de Pablo se dirige principalmente a los judíos que buscaban su justificación por la simple observancia de la ley, y no a personas de otras naciones a quienes no les importaba la ley, porque aún no la conocían. La Ley debe ser promulgada a su debido tiempo a las Naciones para que comprendan cuál es la obra de la Redención. Los judíos, por su parte, deben ser liberados de las leyes adicionales y de las distorsiones que mancharon las leyes originales mediante la asimilación.
3. Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe. Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa. Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión. Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros. (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Elohim, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Romanos 4:13-18
Donde se abolió la ley, reina la anarquía. ¿Será por eso que tanta gente rechaza los Mandamientos para lavarse las manos como Pilato y decir que no tenemos nada que ver con ellos? ¿Es por eso que Pablo escribió estas líneas? No lo creo. Aquí también se hace hincapié en la necesidad de conocer la ley, porque de ella surge el reconocimiento del pecado, lo que implica la necesidad y la aceptación de la obra redentora del Mesías. ¡Sin ley no hay juicio, sin juicio no habría necesidad de misericordia! Sin la ley, la ejecución de mi viejo hombre no podría ocurrir y yo nunca me convertiría completamente en una nueva creación. (Ver: Peina de muerte (el comienzo de la VIDA)
Aquellos que son descendientes de Abraham por el Espíritu (el Cuerpo del Mesías) deben demostrar el mismo nivel de obediencia y fe. Abraham fue obediente, por eso también era justo. ¿Por qué era justo? Porque observó las leyes conocidas hasta entonces. ¿Por qué los obervó? No por obligación, sin esperar ningún bien a cambio, sino por gratitud, con alegría, porque amaba a Elohim con todo su corazón. El Mesías ya vivía en gran medida en él, incluso antes de su venida al mundo visible. Gran parte de la ley ya estaba viva en él cuando Yahuwah aún no se las había dado a Moisés.
4. ¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive? Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido. Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera. Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo del Mesías, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Elohim. Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra. ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás. Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto. Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí. Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte; porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató. De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno. ¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso. Romanos 7:1-13
En este pasaje, aparece claramente que la Ley debe ser guardada y conocida. Pero desde Cristo ya no somos nosotros, sino el Espíritu del Mesías que vive en nosotros quien gestiona su funcionamiento. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Elohim en él. 2 Corintios 5:21
Nuevamente, podemos leer de Pablo que para exponer el pecado, la Ley que se hizo carne, Yahushua se hizo pecado, para que la Gracia pudiera tener efecto. ¿Significa esto que Elohim declaró culpable a Su Hijo? Ciertamente no, pero su gran gracia se muestra en esto: que puso sobre el único que siempre ha sido inocente todas las consecuencias, el juicio que todos merecemos según la Ley.
Ley/Pecado/Juicio/Misericordia son conceptos inseparables desde la caída de Adán y Eva
5. Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Romanos 7:15-21
Pablo opone aquí dos clases de leyes. Las leyes de Elohim, y la anti-ley (las leyes del anticristo), que proviene de nuestros deseos carnales. Además, aquí Pablo no está hablando de su estado espiritual personal real, sino que habla como un ser humano universal para hacer que las personas que aún no han nacido de nuevo o que aún son débiles en su fe, para que entiendan el proceso del pecado en el mundo. La Ley, el Mesías, el Ruach HaKodesh vivía y gobernaba en Pablo. Estaba libre de pecado y no luchó con nada desde el momento en que nació de nuevo.
6. Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en el Mesías Yahushua, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en el Mesías Yahushua me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Elohim, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Elohim; porque no se sujetan a la ley de Elohim, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Elohim. Romanos 8:1-8
Sólo la ley de Elohim puede protegernos contra la ley del pecado. Pero a causa de la carne, el hombre no puede conservarlos por sí solo. Por eso es necesario que ya no estén grabados en tablas de piedra, sino en tablas de carne, inmediatamente en el corazón de los hombres, para que puedan actuar instintivamente según la ley. Esto es lo que significa nacer de nuevo en el Mesías. Incluso si cometo un pecado, lo reconozco inmediatamente sin que nadie me lo diga ni busque el artículo exacto en las Escrituras, porque el Espíritu Santo que vive en mí inmediatamente me lo señala, me detiene y me juzga para que me doy cuenta de que todavía tengo algo que resolver. Así funciona la Santificación. Sin una conexión interna con el Mesías y sin nacer de nuevo, la Ley misma conduce a la justicia propia y sigue siendo vana. Sin embargo, cuando me encuentro bajo el reinado del Mesías, la Ley cobra vida en mí y empiezo a aplicarla instintivamente y sin ninguna dificultad ni sentimiento de coacción. Mi viejo hombre ya no está ahí para intentar detenerme, para hacerme amar el pecado en lugar de la santidad. De esto tratan los siguientes versos:
7. Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Yahushua HaMashiah, Yahuwah nuestro. ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en el Mesías Yahushua, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como el Mesías resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Romanos 5:20-6:4
Es difícil comprender con el pensamiento humano lo que sucedió a través del sacrificio del Cordero. En la congregación judía de la época, Pablo usaba a menudo las siguientes fórmulas: “¿Qué diremos, pues…” y luego continúa: “…de ninguna manera…”. Desde el momento de la ascensión al trono del Mesías, entran en vigor órdenes que son fácilmente malinterpretadas incluso por los judíos. “¿Entonces, anulamos la ley por esta fe? ¡De ningún modo! Más bien, respetamos la ley, etc.”. Este giro tantas veces repetido también lleva a la conclusión de que
ciertamente hay un cambio, pero que todavía no hay un cambio esencial, sino que algo viejo e imperfecto se ha vuelto perfecto y realizado.
La ley no salva, pero la ley que se hizo carne salva por supuesto. Es difícil incluso para una persona iniciada comprender los pensamientos y obras más elevados de Elohim, y el enemigo se aprovecha al máximo de esta debilidad humana: “¿Para qué es la Ley, mira, incluso Pablo habla en contra…”. Una vez más, Satanás saca los versículos bíblicos de contexto para distorsionar la verdad basándose en verdades parciales.
Por otro lado, cancela de manera muy disimulada el orden de las leyes concernientes a la pureza y los sacrificios del Templo explicando que incluso los judíos de hoy ya no las respetan ya que no hay más Templo, entonces que se espera de nosotros cristianos?
8. Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición. 2 Tesalonicenses 2:3
Cada ley, además de su contenido físico, también tiene un significado espiritual. Las leyes relativas a los sacrificios son tan válidas como las demás. Sin embargo, el Cordero de Elohim después de haber derramado su Sangre de una vez por todas, nuestros sacrificios son trasladados a otro nivel y los animales son reemplazados por otros bienes que nos pertenecen. Tal es la entrega de nuestra propia vida, de nuestra familia, de nuestro trabajo, de todo lo nuestro. Ya no son las cabras, corderos u otros animales los que sacrificamos, porque este tipo de sacrificio físico ha sido hecho de una vez por todas por Yahushua. Pero según el modelo de este sacrificio único, ¿qué tipo de sacrificios podemos hacer en espíritu para que nuestras vidas seán en armonía en el mundo visible con el Mesías que habita en nosotros?
¡Los judíos de hoy tampoco sacrifican animales! Por qué ? Porque el Templo de Jerusalén está destruido. No hay sacrificio hasta que se construye el tercero. Pero vos recuerdo que este tercer Templo existe desde hace mucho tiempo, y no es otro que el Cuerpo del Mesías, Él que fue edificado en tres días. Este Templo ya no es de piedra, ni de ninguna materia física visible, sino del Espíritu. Por lo tanto, el sacrificio también debe tener lugar a nivel del Espíritu. Estas viejas leyes escritas desde mucho tiempo nos dan precisamente la respuesta a cómo debería funcionar todo. Hay un solo Sumo Sacerdote, Yahushua, no según el orden de Aarón, sino según el de Melquisedec, y todos los que nacemos de nuevo en Él somos los Levitas. Entonces todas las leyes concernientes a los Cohenes y a los Levitas son válidas concernientes a Yahushua y a nosotros, sus discípulos.
El tipo de ley de ‘no tocar a los muertos’, por ejemplo, no significa que ni siquiera pueda enterrar a mis padres si mueren, porque no puedo tocar a los muertos, pero significa que tengo que estar de pie, lejos de estos espíritus y de las personas que los llevan. No estemos en comunión con ellos, para que no nos contaminen. Pero estemos cerca de ellos para que podamos predicarles a Aquel que puede traerles la Vida. Alejémonos también de las acciones muertas que no nos hacen avanzar.
Otra pregunta es qué leyes se aplican solo al pueblo judío y cuáles se aplican a todas las personas. Aquí me gustaría tratar sólo de la validez de la Ley en su conjunto y en el contexto del Tiempo de la Misericordia. El resto posiblemente podría ser tema de otra lección.
9. Pues en verdad la circuncisión aprovecha, si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión viene a ser incircuncisión. Si, pues, el incircunciso guardare las ordenanzas de la ley, ¿no será tenida su incircuncisión como circuncisión? Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda perfectamente la ley, te condenará a ti, que con la letra de la ley y con la circuncisión eres transgresor de la ley. Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Elohim. Romanos 2:25-29
Un tema recurrente, ¿a quién se debe considerar judío? ¿Existe un Israel espiritual, y por qué mantener nuestra identidad judía si creemos y ya estamos en el Mesías? ¿No hay diferencia entre griego y judío? En resumen, no confundamos la norma que se utiliza en el juicio de cada persona, independientemente de su origen y de su género, con la tarea y el llamado terrenales que Elohim dio a los diferentes pueblos y que, en efecto, difieren entre sí. Un pagano que se ha hecho miembro del Pueblo de Elohim, que renace en el Mesías, sí puede ser un gran juicio para el judío que se ha desviado de Elohim por el testimonio de su vida, en cuanto a cómo debe ser la relación viva con Yahuwah.
Tal no judío nacido de nuevo será considerado más circuncidado que un judío rebelde que solo está circuncidado debajo de sus calzoncillos.
Esta forma puramente física de circuncisión es vana en sí misma. Pero esto no implica que cualquier persona que no sea judía de repente se convierta en un judío real y genuino.
Nadie debe privar a los israelitas de las promesas, roles, tareas y identidad que Elohim nos ha dado desde hace mucho tiempo para que lo cumplamos en el mundo visible. Porque algunas tareas recaen en nosotros y nadie más es capaz de cumplirlas.
10. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en el Mesías Yahushua. Galatas 3:28
En este mundo ciego de izquierda liberal en el que vivimos hoy, donde pronto serán encarcelados aquellos que se atreven a afirmar que existe incluso una diferencia notable entre un hombre y una mujer, es cada vez más difícil para los cristianos, que son cada vez más vinculados al mundo, para hacerles comprender que efectivamente existe una diferencia no sólo entre hombres y mujeres, sino también entre judíos y griegos. Elohim nos ama por igual y no habrá diferencia en Su amor y juicio una vez que estemos en el Mesías. Sin embargo, nuestras llamadas siguen siendo diferentes y distintas entre sí, aunque tenemos que hacerlo juntos como un matrimonio: precisamente como deben hacerlo juntos un hombre y una mujer.Nuestros llamamientos se completan y refuerzan mutuamente.
Y si alguien todavía malinterpreta esta frase de Pablo, invito a esa persona, si es hombre, a que se consiga ropa de mujer y una peluca, se la ponga, se aplique colorete en los labios y luego vaya a la iglesia el próximo domingo para asistir al culto vestido así. Especialmente si es el pastor u otro ministro. En este caso, trate también de imitar la voz de una mujer y predique de esta manera a sus discípulos. Luego, cuando regrese a casa después de que sus hermanos lo miraran consternados, que escriba sus impresiones y experiencia en la sección de comentarios al final de esta página porque tendría mucha curiosidad por saber cómo había vivido tal experiencia. Y después de eso, ¿que vaya especialmente a pensar en cuándo y cómo retomará y enseñará todo lo que salga de la pluma del apóstol Pablo?
Lo recomiendo especialmente a todas aquellas personas que, por odio o incluso por amor a los judíos, se identifican tanto con nosotros que acaban declarándose judíos de espíritu, de mente, de corazón o de lo que sea. El apóstol Pedro advierte contra el uso arbitrario de las palabras difícilmente comprensibles de su compañero, ya que esto puede tener graves consecuencias. Es mejor vivir una experiencia tan humillante de travesti en medio de la asamblea, que tener un día para rendir cuentas ante Yahuwah por las tonterías que se pudo haber dicho refiriéndose a Pablo.
El pueblo judío no es rechazado. Sigue sirviendo de ejemplo a otros pueblos, aunque aún no esté en el Mesías.
Antes de que una profecía le suceda a alguien, primero se cumplirá en el mundo visible sobre el pueblo judío, como una especie de prototipo, como prueba principal, como un maniquí en una ventana. (La Shoa es un ejemplo de ello). Esto es lo que significa ser un pueblo elegido o profético, elegido y apartado por Elohim para la eternidad para una tarea diferente y especial. Esto también aplica para la era mesiánica, aún cuando gran parte del pueblo persiste en no reconocer al Mesías en Yahushua.
La ley de la circuncisión también se aplica sólo a los judíos, incluidos los que están en el Mesías, ya que hay que seguir llevando la señal física y visible de la antigua Alianza teniendo además la circuncisión del corazón como signo de Gracia, del mismo pacto que había sido revivido por el Mesías.
Sin embargo, nuestra circuncisión en el Mesías sólo puede ser como la de Teófilo, para que podamos servir a nuestro pueblo. La señal de la Alianza perfecta y definitiva es a través del Agua y el Fuego. Nuestra circuncisión física sólo sirve para abrir las puertas a los miembros tradicionales de nuestro pueblo para que podamos llevarles el Evangelio.
Esta tarea es sólo nuestra y es eterna. Pero si somos infieles a Elohim, entonces un no judío circuncidado de corazón puede humillar a un circuncidado de carne siendo más justo que él. Sin embargo, en última instancia, a nuestro juicio, no disfrutaremos de ninguna ventaja debido a nuestro carácter judío. De hecho, estaremos en una situación peor que los demás, ya que siempre hemos sido los mayores en comparación con ellos. Cuanto más se nos haya confiado, más rendiremos cuentas. ¡Por eso nadie debería estar celoso! En espíritu uno puede ser descendiente de Abraham por la fe, como el pueblo de Elohim por el Mesías, pero el Israel espiritual no existe.
Israel y Judá, son las primeras esposas de Elohim y la mayor. No deben mezclarse con su hermana menor: Efraín, que es la próxima Novia de Elohim. Por increíble que parezca, en las profecías, cuando se menciona a Judá, ¡se aplica que nos estamos refiriendo a Judá! Y de la misma manera, cuando escuchamos acerca de Israel, bueno, simplemente se trata de Israel: todos los miembros de las 10 tribus perdidas cuya reunión aún está en progreso. En las profecías, a las otras naciones se les llama con el nombre: Efraín. Nunca mezcla los tres ni los confunda, porque perdería el punto y quedaría cegado en su visión profética.
11. Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Tú crees que Elohim es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Elohim, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Elohim. Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe. Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta. Santiago 2:17-26
¿De qué tipo de obras está hablando Santiago aquí? ¿De dónde pueden venir las obras? ¿De nuestra voluntad humana, del humanismo bien intencionado, de nuestro deseo de agradar a los demás? Cuando Abraham creyó y actuó en consecuencia, ¿no obedeció a la palabra de Elohim y a sus Mandamientos que había conocido hasta ese momento? (Dado que Abraham vivió antes que Moisés, no pudo haber conocido toda la Ley revelada, sin embargo, había leyes que conocía incluso en su estado incircunciso siglos antes de Moisés.) Las obras no son más que la observancia de la Ley, su aceptación y obediencia. ¿Cómo podría actuar si no conozco la ley? Sin ley no hay buenas acciones posibles.
La fe sin obras está muerta. Es decir, ¡la fe está muerta sin la ley y la gracia no tiene sentido sin ella!
¡Cualquiera que piense que es posible actuar bien fuera de la Voluntad, Palabra y Ley de Elohim se equivoca!
En conclusión, me gustaría terminar esta enseñanza no con las palabras de Pablo, sino de nuestro Señor Yahushua HaMashiah sí mismo:
12. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Mateo 5:18-20
Como lo escribí antes en otra enseñanza, Pablo hablaba de muchas maneras, porque le estaba hablando a personas muy diferentes en términos de estado y madurez espiritual. En los días de Yahushua nadie había nacido todavía en el Espíritu, porque Ruach HaKodesh aún no había sido enviado para llenar a los discípulos, al menos no tan ampliamente.
Y si no entendemos a Pablo, apeguémonos a las palabras de Yahushua. Basándonos siempre y principalmente en lo que dice Yahushua, porque Pablo no es el mesías. Sin embargo, a través de Pablo, el Mesías nos habló de maneras que muchos no entienden. Ya sea porque no saben o porque no quieren entender. Ya sea porque no saben crecer en espíritu o porque se niegan a crecer. Sobre todo, Pablo no debe convertirse en piedra de tropiezo, porque muchos serán los que tropezarán con él para su propia ruina, como decía el apóstol Pedro cuando hablaba de su colega que, efectivamente, a veces es muy difícil de comprender. 2Pedro 3:15-16
Cuando analizamos la relación del apóstol Pablo con los Mandamientos de Elohim, vale la pena partir de las palabras pronunciadas por otro apóstol que desde el principio llamó nuestra atención sobre el problema de la interpretación errónea que la gente hace de las declaraciones de su colega. Leamos, pues, lo que Pedro nos dice acerca de Pablo en su segunda epístola en el capítulo 2 versículos 15 al 16:
Y tened entendido que la paciencia de nuestro Yahuwah es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición. 2Pedro 3:15-16
El caos reina en la Iglesia debido a ciertas declaraciones de Pablo que son difícil de interpretar. Esto es lo que intentaremos remediar con estas dos enseñanzas siguientes.
Si realmente queremos ser honestos, todos habrán notado al menos una vez en su vida que Pablo parece estar en total contradicción, tanto con el Antiguo Testamento, como con las declaraciones de Yahushua, e incluso con las suyas propias.
Sin embargo, debemos estar de acuerdo en una verdad fundamental:
NO hay ni PUEDE haber contradicción
en aquellos escritos que fueron inspirados por el Espíritu Santo de Elohim y conservados por el mismo Espíritu durante los procesos que los hombres comúnmente llaman canonización.
A partir de ahora ya no debemos huir de lo que nos parece difícil, ni siquiera retirar lo que es bueno para luego barrer el resto bajo la alfombra. Más bien deberíamos pedir persistentemente que Ruah HaKodesh nos ilumine y nos dé las respuestas a estas preguntas cardinales.
Judíos y cristianos están de acuerdo en una cosa esencial respecto del carácter de Pablo. Según ambas partes:
Pablo es quien «canceló» la Ley.
Esto se considera un sacrilegio a los ojos de los judíos y una bendición suprema para los griegos.
Por un lado, los judíos, consideran un escándalo que alguien afirme que la ley ya no es un objetivo a alcanzar y que la principal tarea del hombre no es cumplirla. Por otro lado, las Naciones que originalmente eran forajidas cuando aún no conocían a Yahushua HaMashiah, siempre buscan beneficiarse sólo de los lados positivos de las Alianzas y descuidan lo que les parece difícil o desagradable.
Pablo se situó entre estas dos percepciones extremistas y erróneas de cuál debería ser nuestra relación con Elohim. Es en este estado de término medio espiritual donde todos deberíamos ser como Pablo. Advirtió que nos abstengamos de seguir el espíritu de los fariseos que apuestan todo a la Ley y las obras que de ella se derivan, para no pisotear el sacrificio del Cordero de Elohim.
En el momento en que la mayoría de los primeros discípulos eran judíos recién convertidos, salidos directamente del judaísmo tradicional, el desapego y la purificación del judaísmo babilónico aún no se habían logrado por completo. Todavía no estaba del todo claro para ellos cuál era la diferencia entre las leyes añadidas por los “sabios babilónicos” y las reveladas a Moisés por el mismo Yahuwah.
Pero el problema dista mucho de ser tan simple. Porque los Mandamientos originales también pueden abordarse de dos maneras diferentes. La Ley original puede interpretarse farisaicamente y no espiritualmente. Cuando obedecemos la Palabra del Padre para obtener retribución y evitar el castigo, lo hacemos sólo por amor propio. Pero también podemos obedecer la voluntad de nuestro Padre por amor a Él sin esperar ninguna recompensa de Él, sino simplemente “para agradarle”. Esta forma de obediencia que proviene del amor puro e incondicional es el camino correcto. Es cuando su Hijo perfecto vive en nuestros corazones y nos dirige desde dentro, lo cual es la señal de que los Mandamientos han sido grabados y cumplidos en nuestro interior.
La primera actitud es moralista, es decir formal, basada en concesiones mutuas, como en un contrato entre dos socios comerciales. No por la fe y el corazón, sino por la razón, no por el amor a Yahuwah, sino por el miedo a él, como lo podemos ver principalmente hoy en día en religiones como el Islam, donde los creyentes tienen miedo mortal de su dios al que sirven como esclavos en lugar de hacerlo como hijos.
Todos debemos ser hijos de Elohim a través del Ruach HaKodesh, cuando el Espíritu del Hijo Yahushua llene nuestros corazones para gobernar desde dentro.
Así el Mesías aplica la Ley en nosotros, sin que tengamos que hacer el esfuerzo de respetarla. Simplemente comienza a funcionar por sí de dentro de nosotros, como por instinto.
Por tanto, Pablo ataca no solo al falso judaísmo, que es fundamentalmente humano, sino también a este cumplimiento de la Ley original que se basa en el esfuerzo del hombre por querer perfeccionarse. Este esfuerzo humano es inútil y dañino. Ambos conducen a la muerte.
¿Por qué Pablo contradice a Yahushua? ¿“Ya no estamos bajo la ley” versus “Ni un ápice pasará de la ley…”?
Partamos de un principio fundamental que debemos aplicar en todas las circunstancias:
Si hay una contradicción entre las palabras de Yahushua y las de cualquier otro personaje en la Biblia, la norma es SIEMPRE lo que dice Yahushua.
Si no entendemos, no nos aferremos a lo que más nos simpatiza o a lo que los teólogos nos han metido en la cabeza a lo largo de los siglos. Hasta que seamos lo suficientemente sabios y espiritualmente maduros para entender las palabras de Pablo, que de hecho son a menudo muy difíciles de entender, debemos aferrarnos muy firme y exclusivamente a la palabra de Yahushua y actuar en consecuencia, porque ningún mal puede resultar de esto.
Luego, cuando alcanzamos el nivel de madurez y obediencia suficiente, nos daramos cuenta de que, en última instancia,
Pablo nunca contradijo a Yahushua
La gran diferencia entre ellos fue que a diferencia del mensaje de Yahushua, el mensaje de Pablo estaba dirigido principalmente a personas que ya habían nacido de nuevo y eran de edades y estados espirituales muy diferentes. Yahushua estaba en una situación «más simple», se podría decir, ya que todos estaban en el mismo nivel espiritual y nadie había nacido de nuevo y había recibido el Espíritu Santo todavía.
La ley engendra la muerte
La ley es un arma peligrosa como un cuchillo. Con ella se puede matar, mutilar y herir si se considera como una simple letra, pero también se puede utilizar para alimentarse, para cortar tumores y gangrenas, incluso para defenderse, en una palabra para mantener y preservar la Vida, si se vive en el Espíritu.
La letra mata y el Espíritu da vida.
2 Corintios 3:6
Y si no aprendes del Padre cómo usarlo, te haras daño a tu mismos y a los demás. Y si la rechazas por miedo o por cobardía, al final la ley misma te juzgará.
La Ley es la Palabra, y la Palabra se hizo carne. El que no muere como un hombre viejo y no resucita como una nueva creación en Yeshua, en la Palabra, en la Ley Viva, será alcanzado por el juicio de Yahushua cuando regresará.
La cuestión de los débiles
La raíz de todo lo que parece contradictorio en lo que dice Pablo es el concepto de debilidad. Él pone en segundo plano todas las leyes y mandamientos de Elohim para los débiles, para los que aún son niños en espíritu, para que no los carguemos con cosas que aún no les conciernen. Los temas que conciernen a los mayores no deben ser tratados en oídos de los más jóvenes, para que ninguna costumbre, dogma u otra tradición falsa llegue a velar el corazón de los niños. Si se obligaran a hacer cosas en lugar de dejar que el Mesías los moldeara desde dentro, eso sólo los alejaría del Espíritu del Mesías.
Porque la ley de la VIDA y del AMOR prevalece sobre todas las demás.
Si se ha restablecido en nosotros una ley que aún no se ha restablecido en nuestro prójimo, evitemos enseñarles a obedecerla, porque en lugar de acompañarlo por el camino de la santificación, lo pondríamos nuevamente bajo la maldición de la ley. Así, su relación con la ley se reduciría a la letra, a las formalidades, al farisaísmo, en una palabra, a la religiosidad. Lo haríamos un fariseo y no un discípulo capaz de discernir por sí mismo, a través del Espíritu, lo que debe pensar y actuar en una determinada situación y en un determinado momento de su camino. Terminaría obedeciendo los decretos con la esperanza de obtener más recompensas y bendiciones y extrañaría la conducta del Ruah HaKodesh quien a su vez terminaría retirándose momentáneamente por falta de sumisión a Él.
Los mandamientos se han cumplido en mí cuando ya no los obedezco por obligación, sino instintivamente, sin pensarlo e incluso deseando profundamente cumplirlos y sin siquiera poder imaginarme hacerlo de otra manera.
Es bueno poder resistir la tentación. Pero si el problema no se resuelve a nivel del espíritu y obedecemos la voluntad de Elohim sólo a costa de luchas internas, tarde o temprano surgirán grandes problemas en nuestra vida espiritual. Lo que todavía tengo que resistir cuando ya he nacido de nuevo es un pecado del que aún no estoy libre. Es por tanto necesario deshacerme de él, limpiarlo para que el poder del Mesías no deje de progresar en mí. Este mecanismo no es más que el
PROCESO DE SANTIFICACIÓN
El pecado es la raíz de todo desorden y de todos los obstáculos. Sólo la ley puede exponer el pecado. Y Yahushua puede liberarnos del pecado aplicando los Mandamientos. Porque Él es Sumo Sacerdote que ejecuta juicio contra el pecado en nuestros corazones – al nivel de nuestra mente.
Somos los Templos de Su Espíritu y Él ministra en nosotros como Sumo Sacerdote según el orden de Melkishedek y según todos los Mandamientos concernientes a los Sumos Sacerdotes que desde hace mucho tiempo han sido revelados en la Torá. En lugar de terneros, novillas, cabras y otros animales, Él quema nuestros pecados restantes mediante la ejecución de la Ley.
Esto puede manifestarse a nivel de nuestras relaciones con nuestro entorno en el mundo visible: relaciones mueren, otras reviven o surgen; vínculos se rompen, otros se fortalecen; personas hasta ahora hostiles cambian repentinamente su actitud hacia nosotros; nuestras condiciones de vida se estabilizan o incluso mejoran; etc. Pero pienso aquí sobre todo en los problemas internos de nuestra persona que, como obstáculos, nos impiden avanzar.
La raíz de todo pecado es la infracción de una ley. A la larga esto implica la muerte si no nos desprendemos del pecado, pero también puede engendrar vida si el Espíritu del Mesías nos libera de él. Es dejando que Yahushua aplique la sentencia contra el pecado que hay en mí que al mismo tiempo me libera de él. Así que es Él, Yahushua, quien toma el lugar del pecado en mi corazón para que Su Ley de ahora en adelante sea aplicada en y a través de mí. Obedezco así la orden dada, porque ella vive dentro de mí y actúa por sí misma, sin esfuerzo, como el soplo que da vida.
Como hemos discutido en varios otros escritos, la Ley, como leemos en las 10 Palabras, o Mandamientos, son promesas, no fueron escritas en modo imperativo en el hebreo original, sino en tiempo futuro: (si Él vive en nosotros y vivimos en Él), entonces no robaremos, no mataremos, no engañaremos, no fornicaremos…, porque ya no querremos.
Los débiles necesitan leche. Necesita experimentar y ver la Gracia, escuchar la Evangelio, experimentar la liberación, la curación, para que su fe se fortalezca. Luego, gradualmente, comenzará a tener hambre de alimentos cada vez más sólidos. Además de las 5 leyes fundamentales que Pablo nos enumera en Hechos 15:29 (beber sangre, ahogar animales, fornicación, etc.) que todos debemos aplicar desde el principio, tarde o temprano
debes tener la curiosidad de aprender lo que contiene la Palabra, incluidos los mandamientos que se encuentran en los 5 libros de Moisés.
Si queremos conocer cada vez más a fondo la esencia del Mesías, entonces debemos dejar que comience este proceso.
Y mientras masas de maestros predican la negación de la ley, masas aún mayores de creyentes se ven privados de esta curiosidad y de la capacidad de ir en busca de alimento sólido por sí mismos, no a través de maestros, sino independientemente, como adultos espirituales, a través de la guía directa y la enseñanza del Ruach HaKodesh. Cuando, según la promesa, ya no nos enseñemos unos a otros (Jeremías 31:33 y Hebreos 8:11).
Todos tenemos que alcanzar este nivel de madurez espiritual permitiendo así que el Ruach HaKodesh cumpla esta promesa en nosotros y dejar de enseñar a nuestros propios hijos espirituales cuando ellos también se conviertan en adultos como nosotros. Como en el caso de una familia física. No somos los mismos padres para nuestros hijos adultos que cuando eran niños. Una vez que crezcan, en el mejor de los casos debemos presentarnos ante ellos como testigos y ejemplos.
Por tanto, no prohibamos a nadie comer conejo o cerdo, celebrar el domingo y la Navidad, o poner nombres extranjeros al Eterno, siempre y cuando estas personas lo hagan con un corazón puro y que sean todavía inmaduros de espíritu, porque ofenderlos. Y, si él nos escuchara y regresara a los originales, a lo sagrado, pero no es Ruach HaKodesh quien restaura estas preguntas en su corazón y en el momento apropiado, sino yo y a nivel de su intelecto, entonces yo hubiera trabajado en vano.
Porque es posible salvarse incluso ahogándose en carne de cerdo, si el Salvador nos pilla a tiempo y le decimos sí. Nadie debe intentar forzar o acusar a alguien que, por pureza de corazón, aún no cumple un decreto que ya se ha vuelto importante y natural para nosotros.
Pero si ya no eres parte de los débiles, porque ya eres adulto o al menos lo suficientemente maduro para pasar a cosas más serias, entonces deja de hacerte el niño y pretender no preocuparte por toda la Palabra de Elohim. Porque si sigues alejándote y negándote a conocer y obedecer la ley, terminarás en un gran problema.
A partir de cierta edad, también nos pueden golpear con palos si continuamos con nuestro infantilismo.
En nuestro ministerio, no debemos jugar a ser pequeños cristos juzgando a los débiles, sino presentarles al misericordioso Yahushua. Porque aún no ha llegado el momento del regreso del Mesías que juzga. El tiempo de la Gracia aún continúa, pero la Ley sigue siendo eterna y válida. Cualquiera que predique lo contrario está predicando un evangelio extranjero. El hecho es que la Ley es aplicada por Ruaj HaKodesh en la vida de cada individuo, según su edad espiritual.
Regresar a la Torá es en sí mismo un acto de suicidio. Pero no volver a la Torah es igualmente suicida. Regresar al Antiguo Testamento pasando por alto Shavuot/Pentecostés – es decir el conducto de Ruach HaKodesh – conduce a la muerte. Tenemos que entender que la Torá debe quedar grabada en nosotros en la mente a través del Ruach HaKodesh, y luego comenzamos a darnos cuenta con nuestra conciencia cómo funciona en la práctica todo lo que estuvo escrito en la Torá hace mucho tiempo.
No debemos enseñar la cruda ley a nuestros hermanos menores, sino mostrarles el camino a caminar con el Ruach HaKodesh, quien puede fijar los Mandamientos vivos en sus corazones.
Luego, cuando estemos convencidos de que Ruach HaKodesh también los dirige desde dentro, entonces podremos comenzar a presenciar cómo Él ha restaurado los Mandamientos dentro de nosotros.
A lo largo del proceso de Reforma, se fundaron varias iglesias como resultado del reconocimiento del día santo original de Yahuwah en el sábado como se describe en los Diez Mandamientos:
Acordarte de Shabbat, para santificarlo
Éxodo 20:8
En efecto, no leemos nada como: «querido hijo, por favor reserva un día de tu elección para adorarme…» sino que podemos ver que el Sabbath ha sido específicamente elegido por Elohim para que sea un punto de encuentro, un signo de nuestra Alianza.
El mismo Yahushua no hizo diferente. Sin embargo, cometió una especie de desobediencia «civil» o más bien «escribal» en ciertos Shabbat, curando a los enfermos y liberando a los prisioneros de sus pecados. Esto realmente escandalizó a los líderes religiosos de la época, ya que olvidaron que
El sábado fue hecho para el hombre, no el hombre para el sábado
Por lo tanto, la bendición del Sabbat se convirtió en una maldición para ellos, ya que soportaron un terrible yugo psicológico al tener que tener cuidado constantemente de no violar la ley del Sabbat.
Porque la ley de la Vida y del Amor está por delante de todos los demás decretos.
Más tarde, Yahushua también declara que
El Hijo del Hombre es (también) Señor del sábado.
Lucas 6:5
Eso significa que quienquiera que esté en el Mesías, él mismo está por encima del sábado junto con el Mesías.
Pero de esto no se sigue que tenga derecho a cambiar los días.
Porque en este caso te conviertes en prisionero de otro día por el solo hecho de designarlo. ¡Después de todo, Yahushua no murió en la cruz para dar paso a un nuevo día, sino para cumplir el existente!
Y estar por encima de la ley no nos da derecho a quebrantar la ley, sino que está bajo nuestros pies como uno de los cimientos para que nuestro propio templo, el templo de Ruach HaKodesh, no tiemble y se levante sobre tierra firme, sobre los fundamentos de la ley y de los profetas, sobre los cuales se construyó la Iglesia misma.
El propio Pablo nunca dijo nada más ni siquiera cuando pedía a los ancianos que no cargaran a los hermanos recién nacidos de nuevo con preguntas de días y fechas, ya que todavía son niños y pueden considerar otro día como santo según la pureza de sus corazones.
Mientras se haga por ignorancia y con un corazón puro, es un sacrificio de olor agradable ante los ojos de Elohim. Que lo hagan mientras su adoración sea impecable. Sin embargo, Pablo no lo agrega, pero está claro que tarde o temprano, como consecuencia del proceso de santificación y madurez en espíritu, Ruach HaKodesh va a restaurar el orden original en ellos también. No es asunto nuestro saber hasta cuándo Elohim les concede su paciencia y cuándo llegará el momento para cada uno de ellos.
La Voluntad original de Yahuwah, sin embargo, es santificar/separar el Sabbat que es el sábado.
Por tanto, nadie os juzgue en comida, ó en bebida, ó en parte de día de fiesta, ó de nueva luna, ó de sábados: Lo cual es la sombra de lo por venir; mas el cuerpo es de Cristo.
Colosenses 2:16-17
En cuanto al sábado original como sombra, que todos se abstengan de crear otra sombra en lugar de la anterior y del original. Además, todo esto para crear una serie de ceremonias religiosas alternativas similares: «Entonces nos reunimos, en este lugar en particular, esto está permitido, esto no, cantaremos esto, durante este tiempo, debemos leer esta porción de las Escrituras, orar esto y de tal manera, pon tu diezmo en tal caja y tus ofrendas en tal canasta… y sobre todo: Éste va a predicar porque tiene el conocimiento requerido según nuestros requisitos teológicos establecidos, como los escribas en los tiempos de Yeshua, etc. Esos lugares donde están entrenando robots religiosos en lugar de hacer discípulos por renacimiento y dejarlos ser guiados directamente por el Espíritu Santo.
El Santo Tabernáculo en el desierto, que es nuestro modelo, es móvil, flexible y va de aquí para allá bajo la guía de Ruach. Entonces la Ley/los Mandamientos y la del Shabbat dentro de ello, son igualmente móviles, flexibles y tienen que funcionar como bendición y medio para dar y fortalecer vida según el lugar y la situación.
Shabbat como sombra o Realidad del Mesías
Para nosotros, como levitas en el Santuario Celestial, cada día es sábado y día santo.
Como con todas las otras Fiestas de Yahuwah, siendo sacerdotes Levitas viviendo y sirviendo en el Mesías, estamos experimentando todas las Fiestas y Sabbats de manera permanente en la presencia de Yahushua. Para nosotros y en espíritu, todos los días son sábado, Yom Kipur, Pesaj y todos los demás días festivos. Lo que nos importa ya no es el calendario, los tiempos y las horas, sino la continuidad y el cumplimiento de los Momentos Santos en nuestros corazones. Ver más sobre esto: Fiestas Eternas.
En la dimensión temporal, los grandes eventos de la Historia de la Salvación se cumplieron todos en días festivos bíblicos, por lo que después de Shavuot (Pentecostés) el próximo gran evento pendiente de cumplirse será Yom HaTrua (Día de las Trompetas). Así que las fiestas también tienen varias dimensiones, consulta el otro artículo. Pero aquí sólo vamos a analizar las fiestas a nivel personal y no histórico o universal).
Pero,
los que no pertenecen al Mesías todavía están bajo la ley,
y estas leyes se les aplican según su orden original.Porque a diferencia de la circuncisión, el sábado se menciona en las dos tablas de piedra, lo que significa que es parte de los 10 Mandamientos. Así también se aplica a toda la Iglesia y al pueblo de Elohim, los nacidos de nuevo en el Mesías. Como leemos varias veces con el sacrificio de la Pascua, debes tener una ley para el extranjero y el extraño, etc. Pero como discípulos nacidos de nuevo la ley ya no es según la mera letra, sino que vive y actúa en nosotros a través del fuego del Espíritu Santo. Ese es el punto principal que me esfuerzo por hacerte entender a través de prácticamente todas mis enseñanzas.
Porque Shabbat es una señal entre los hijos de Israel y Elohim. Esta señal también debe ser respetada y proclamada como ley eterna por aquellos que no son parte de los hijos de Israel, quienes ya están exentos de la estricta observancia de esta señal, pero por haber llegado a ser hijos de Elohim por la Sangre del Cordero, deben conocer la esencia de este sábado eterno y, como señal aún mayor, debe ser visible sobre ellos en todos los días de la semana. (Por ejemplo, cuando te das cuenta de que la gente nota lo estable que eres, lo optimista que eres, incluso en situaciones en las que están en pánico. Cuando todos tienen miedo de algo, pueden ver que literalmente caminas sobre el agua y no te afecta espiritualmente las traumas que afligen a las personas seculares o incluso a tus hermanos religiosos. Este es un tipo de Shabbat constante que se experimenta internamente).
Y los que son extranjeros, quienes aún no se han unido al pueblo de Elohim a través de la Sangre del Cordero, ellos también deben conocer estas leyes. Después de una semana de trabajo, es natural que en los días señalados vayan hacia nosotros, los levitas, si están buscando a Elohim. Para nosotros los días festivos, los horarios y los calendarios son importantes y deben respetarse en este nivel, porque debemos saber que nuestro servicio, nuestro ministerio al mundo exterior se vuelve particularmente intenso en estos momentos.
En esos momentos, los corazones se abren más, las carreras y las prisas cotidianas se detienen y la apertura a la Palabra de Elohim aumenta. Porque, te guste o no, el sábado tiene una fuerte influencia espiritual y mundial en todas las criaturas creadas y ellas lo sienten en lo más profundo de sus mentes y corazones.
En estos días tenemos que estar atentos y de esta manera tenemos la responsabilidad de invitar a los de afuera al respeto de estos días señalados según el calendario. Además, incluso las fiestas falsas también pueden utilizarse, de manera inteligente, en lugar de destruirlas inmediatamente a los ojos de quienes todavía las respetan. Ya que para ellos estos días falsos (domingo, Navidad, etc.) son días festivos en los que sus corazones están más abiertos de lo habitual para que eventualmente puedan recibir mejor el Evangelio.
¿Qué pasa con el domingo?
Enfaticemos que el domingo, el primer día de la semana, Yom Echad, es un día muy especial y casi tan importante como el sábado. ¿Por qué? Porque en este día el Todopoderoso inició su obra de creación. En este día, Elohim trajo la Luz, es decir, Sí mismo como el Mesías, al mundo ya caído que languidecía en el caos y la oscuridad (Tohu VeBohu). Presumiblemente, el primer día de la semana (domingo), la misma Luz del Mundo nació en el mundo visible en la persona de Yeshua de Nazaret. También al amanecer del domingo, en el momento en que el Sabbat cambiaba al día siguiente, nuestro Señor Yahushua HaMashiah se levantó y fue principalmente más tarde ese día que la realidad de la resurrección fue percibida por los testigos externos. En definitiva, sin el día de la creación, sin el primer día de la semana, no podría existir ni el sábado ni ningún otro día. Tanto la creación como la nueva creación e incluso el regalo del Ruach HaKodesh a los primeros discípulos en Shavuot (Pentecostés) comenzaron en este día que es el símbolo de todo nuevo comienzo. ¡Ninguno de estos eventos podría haber ocurrido cualquier otro día!
A pesar de todo esto, ni Yahuwah ni el Mesías ni el Espíritu Santo revelaron jamás a nadie que deberíamos cambiar del sábado al domingo.
¿Por qué entonces muchos todavía consideran que el domingo es más importante?
¿Porque los discípulos se reunieron el primer día de la semana, como leemos en el Libro de los Hechos?
Sí, ya que también se reunían todos los demás días de la semana. Además, leemos que aparecían entre sus hermanos judíos tradicionales en las sinagogas los sábados.
¿O porque también leemos que Pablo recogía las donaciones el primer día de la semana?
Bueno, desde una perspectiva judía, esta es exactamente la prueba de que los domingos no eran considerados santos por los primeros discípulos, ya que nunca tratamos con dinero ni ninguna otra cosa material en un día santo. La recogida de donaciones es el símbolo del inicio de la obra. El capital se recoge para distribuirlo, para utilizarlo en el servicio, en el ministerio, es decir, en el trabajo.
En mi propio idioma nativo, por ejemplo, que es el húngaro, aunque habrás notado que mi acento parece bastante francés para ser un húngaro, pero no entremos en mi pasado difícil para evitar complicar aún más las cosas, pero en húngaro el domingo es Vasárnap que es una derivación de dos palabras: Vásár que significa mercado y Nap que significa día y sol. Entonces aquí también podemos darnos cuenta de que el primer día de la semana está lejos de ser santificado sino más bien el día del mercado, cuando compramos los alimentos que necesitamos para la semana siguiente para comenzar nuestro nuevo viaje equipados con todas las comodidades y energía que necesitamos.
Después de su resurrección, nuestro Señor se apareció a los discípulos, simbólicamente en domingo, porque se abría ante nosotros un nuevo comienzo, y no para designar otro día que debía observarse por encima de los demás según un nuevo orden farisaico. Esto es lo que los judíos tradicionales hacen con el sábado hasta el día de hoy. Están percibiendo la ley del Shabbat desde abajo estando ellos mismos todavía bajo la ley. Por lo tanto, están sufriendo constantemente para respetar todas las regulaciones (principalmente porque le han agregado todas las cosas judaicas babilónicas, pero este no es el tema de este artículo).
La ley sigue siendo la ley, el mismo Yahushua no cambió ni un ápice, es decir, ni siquiera tocó la letra más pequeña, ¡y menos aún reemplazó una palabra completa como Shabbat para transcribirla en Yom Ejad! Pero al entrar en Su cuerpo, entramos en un reposo sabático eterno, donde vivimos la santidad de este día en todo momento y para siempre. El cristianismo tradicional hizo un domingo «estresante» del tradicional sábado «estresante» judío, es decir, declarando que un día en particular es elegido por encima de los demás y, además, su elección no recaía en el original. Además, están haciendo todo esto sobre la base de lo que Pablo declaró de que ya no debemos preocuparnos por los tiempos y días designados del calendario. Este fenómeno no es más que la preservación del fariseísmo mezclada con la distorsión de la ley. ¡Doble error! …Porque ya está obrando el misterio de iniquidad… 2 Tesalonicenses 2:7
La Sangre del Cordero nos liberó de guardar el sábado según la letra y el tiempo, para que pudiéramos vivir en sábado continuo y no elegir otro día para seguir celebrando el nuevo a la antigua manera farisaica grabada en piedra.
Al igual que en el caso del nacimiento de Yahushua, Elohim nunca le pidió a nadie que celebrara su resurrección o el envío de Su Espíritu en ningún día particular de la semana en reemplazo del Sabbath.
¿Están equivocados los observadores del domingo?
¡Sí, claro! ¿Por qué?
Porque no entienden ni reconocen lo que se acaba de explicar más arriba. Pero sobre todo
en la mayoría de los casos, sus domingos son sólo los restos de una raíz católica desarraigada
¡Y ese es básicamente el mayor problema con este tema! No se trata de que algunos creyentes se reúnan en este día. Pero entonces, ¿por qué otros grupos e iglesias no eligieron el miércoles, el jueves o cualquier otro día? ¿No para reuniones de jóvenes u otras ocasiones especiales, sino para sus cultos? Si el día no es tan importante, ¿por qué esta exclusividad en torno al domingo?
Ni siquiera se dan cuenta de que, al no haber reconsiderado la cuestión del día de descanso semanal desde el comienzo de la Reforma, siguen perpetuando la rebelión Constantiniana, que pretendía «desjudaizar» la recién adoptada religión estatal y cambiar los tiempos, fechas y hasta los nombres.
La prueba de qué es realmente el culto dominical y cuáles son sus raíces se puede encontrar en los propios idiomas inglés y alemán: Sunday – Zontag
Los latinos tuvieron suficiente inteligencia, o más bien astucia, ya que fueron los iniciadores del ataque terrorista de Constantino el “grande”, para crear un nuevo nombre para el primer día de la semana que deriva de la palabra Señor: Domenica/Domingo/Dimanche).
El imperio romano de la época tuvo que preservar muchas tradiciones, dioses y fiestas paganas para que las masas paganas que vivían entre ellos no se rebelaran contra el nuevo orden. Así es como el día santo del Dios Sol (Sunday – Zontag) se había apoderado del sábado original de Elohim. Lo mismo ocurrió en el caso de la Navidad, la Pascua y todas las fiestas de toda clase de santos.
Por eso, es importante para nosotros, discípulos de una cierta edad espiritual en el Mesías, recordar que la obediencia no consiste en hacer aceptar a Elohim una distorsión de origen humano o incluso demoníaco para no alterar los espíritus y mantener unido el rebaño, pero por el contrario
Corresponde al Hombre cumplir con las reglas establecidas por Yahuwah. Esas Reglas que se hicieron carne en el Mesías y que se cumplen en nosotros por el Espíritu Santo.
Pero nuevamente, ya no por letras de tablas de piedra o textos impresos en libros, sino por el grabado de lenguas de fuego en nuestros corazones, cuando sentimos en nuestro interior que el mero pensamiento de aceptar el sábado como un día separado trae paz y esto sin sentirme obligado a arrastrarme por el suelo en señal de sumisión ni a atarme de pies y manos para asegurar el total respeto a los mandamientos. Por el contrario, sentimos y experimentamos este tipo de libertad cuando sabemos que podemos y debemos también sanar a las personas como lo hizo Yeshua, o incluso subirnos a un automóvil y conducir unos kilómetros para sacar un burro del pozo, porque ese es el momento en que lo necesita.
Podemos experimentar esta sensación de libertad cualquier día de la semana.
Si soy obediente a las leyes que Ruach HaKodesh ha puesto en mi corazón y espera de mí de acuerdo con mi madurez, de acuerdo con mi edad espiritual, no tengo que pensar en lo que debo o no debo hacer en este día al igual que en los demás. La ley vive dentro de mí, y si la obedezco, no importa lo que yo haga, no la quebrantaré, porque no tendré el deseo ni el pensamiento de hacer algo impío.
De ahora en adelante nadie debería querer trasladar a nadie de la esclavitud del sábado original a la esclavitud de un domingo falso, porque tal persona no habría entendido nada de la dirección del Espíritu Santo y de lo que significa ser nacido de nuevo o siendo un adulto en el espíritu. No te mientas con divagaciones teológicas y sobre todo no profanes los acontecimientos santos que sucedieron el primer día de la semana, imponiendo tu nuevo y falso farisaísmo a ti mismo, a otras personas o incluso al mundo entero.
Algunas reflexiones sobre las iglesias que guardan el Shabat
No se debe pensar que volver al sábado te convierte en extra-cristiano o asegura tu salvación en sí mismo. Desafortunadamente, es muy triste que la mayoría de las iglesias que guardan el sábado simplemente restauren este Mandamiento en un nivel mental tan farisaico que la falta de contenido espiritual no sólo vuelve inútiles sus esfuerzos y reformas, sino que también los convierte en enemigos aún mayores de la restauración del verdadero sábado que la propia Iglesia Romana y los otros pequeños Vaticanos supuestamente reformados con sus falsos domingos y fiestas.
Muy a menudo, los observadores del domingo son literalmente condenados y se plantea la cuestión de la salvación si alguien insiste en observar el domingo, incluso por ignorancia. Lo subrayo por ignorancia. En mi opinión, haber sido iluminado y aún rebelarse contra esto puede conducir a la pérdida de la salvación (como cualquier otra rebelión consciente). Pero la mayoría de los creyentes simplemente son engañados y, en ausencia de una visión espiritual, ya que su renacimiento es obstaculizado o al menos eclipsado por algún tipo de pastor u otra persona llamada maestro, el engañado no se da cuenta de que está actuando en contra de la voluntad de Elohim. De todos modos, condenar a los ignorantes es una versión más grave del delito de condena.
Mientras tanto, en lugar de estar llenas del Espíritu Santo, estas comunidades idolatran a sus propios fundadores de iglesias junto con sus propias teologías, y la falta de la dirección del Espíritu Santo los ha llevado en algunos casos de regreso al judaísmo rabínico abiertamente sin Cristo. Esto es lo que ocurrió en Transilvania en el siglo pasado, donde algunos creyentes, finalmente fueron ejecutados en cámaras de gas junto con los judíos verdaderos.
En varios casos, sin embargo, su camino no conduce al judaísmo, sino a un estado de sectarismo marginal similar al judaísmo, donde el rango del Mesías Yahushua es cuestionado y degradado, y quien es el Creador es menospreciado al rango de simple criatura. Además, caen en un cierto tipo de teología de reemplazo al comenzar muchas veces a negar la judaidad de los judíos de hoy, es decir que caen en el antisemitismo abierto. La promoción de las teorías jázaras, etc., teoría que puede ser cierta de todos modos, pero en este caso el resultado del asunto sorprenderá a muchos, ya que no significaría en absoluto que nosotros, los judíos asquenazíes, no seamos descendientes de Jacob, ni siquiera (si en realidad hemos hecho un pequeño recorrido de unos cientos de años en un área llamada Khazaria. Pero esto lo explico con más detalle en mis escritos sobre La reunión de las tribus de israel y en Antisemitismo y anticristianismo.
Por lo tanto, es un fenómeno básico de las tendencias sabbatistas de hoy que se mueven rápidamente en dirección al judaísmo, donde el énfasis está en aplicar la ley al pie de la letra, mientras que el Mesías es degradado y el Ruach HaKodesh sólo puede imaginarse en teoría.
También se convierte en una especie de unitarismo cuando comienzan a negar la realidad de la triple aparición de Elohim. La falsedad de la doctrina de la Santísima Trinidad, que busca multiplicar la persona del Único Elohim, lamentablemente lleva a muchos a negar la Triple Santidad de Elohim: los tres principales roles y formas de aparición como el Padre, el Hijo y Ruach HaKodesh. Tarde o temprano, un gran número de sabatistas empiezan a cuestionar la divinidad del Mesías. Es entonces cuando declaran que Yeshua es una criatura o incluso lo identifican con el arcángel Miguel. (Más sobre esto en mi artículo/video¿Santísima Trinidad o Triple Santidad?) Y en cuanto a Miguel, brevemente: ciertamente también apareció en forma humana y todos los signos apuntan al hecho de que no era otro que el mismo Moisés; el otro arcángel Gabriel era presumiblemente Eliyahu y Juan (el bautista), pero puedes aprender más sobre esto, en mis escritos sobre Terumah y B-Reshit / Plan-B.
La cuestión es que aquí, como en tantos otros casos, un extremo falso lleva a quienes se dan cuenta de que hay algo mal en las explicaciones o teorías anteriores a caer en un otro extremo igualmente falso.
Menciono estos casos para que veamos que si bien es muy bueno y necesario volver a las raíces judías, una parte de las cuales es Shabbat, pero
si todo esto no se hace en el Mesías, a través de la guía de Ruach HaKodesh y nuestro renacimiento,
luego volvemos a estar bajo la ley según la letra, lo que tarde o temprano nos mata. En ese caso, me atrevo a decir, habría sido mejor para tal persona si se hubiera quedado donde estaba, en su antiguo Egipto o en Roma con todos sus falsos domingos.
Ambos campos tienen serios problemas que resolver. El testimonio distorsionado del campo shabbatista sobre el sábado es responsable de que tanta gente todavía queda en sus domingos. Sin embargo, la mayoría de las personas nacidas de nuevo y llenas de Ruach HaKodesh todavía se niegan a resolver este problema y renunciar a sus domingos. Incluso entre los creyentes religiosos, no nacidos de nuevo y no llenos del Espíritu, muchos se esfuerzan más por observar las leyes que a Ruach le gustaría operar en ti también, ¡si finalmente lo permitieras! En el primer campo, poco a poco se hunden en su farisaísmo, y en el segundo, tarde o temprano acaban por entristecer al Espíritu Santo.
Reforma verdadera y efectiva
¡Finalmente tenemos que aceptar una verdad fundamental!
cualquier reforma sólo puede venir a través del Espíritu Santo.
¡Sólo las cosas que han sido grabadas con fuego en tu corazón deben ser consideradas como verdaderas Reformas y no aquellas buenas ideas intelectuales y teológicas que pueden surgir de tu mente porque las lees en la Biblia!
¿La pregunta es si tenemos el Espíritu Santo o no?
Si lo tenemos, ¿el Espíritu Santo ya expresó su voluntad sobre este asunto en nuestra vida personal?
Si es así, ¿le obedecemos?
Si no, entonces tomemos la decisión correcta y no nos rebelemos más.
Si aún no tienes el Espíritu Santo, pidele a Yahushua el reconocimiento de tus pecados, para que puedas arrepentirte, bautizarte con agua y luego con Fuego. De lo contrario, seguirías evolucionando en tu religiosidad tibia y vacía.
Puedes guardar los sábados de esta manera, incluso estudiar las Escrituras vestido con kipás y ropas blancas, descubriendo muchas verdades, pero no puedes vivir la Verdad, porque nunca pasa de tu cabeza a tu corazón. Pero si ya tienes el bautismo de fuego, entonces abandona urgentemente toda tu rebelión infantil y finalmente crece, ¡porque estás en gran peligro!
Una vez más, mi propio testimonio: el descubrimiento de que Yahuwah es Su nombre no fue hecho buscando en las escrituras, sino que fue revelado por Ruach HaKodesh a través de mi propia boca, después de que le pedí a Elohim que me revelara la forma en que Él quería que lo llamara en el futuro. Otros llegan a esta conclusión después de largos y convulsivos estudios de las Escrituras. En muchos casos, con la ayuda de todo tipo de escritos no bíblicos, como libros apócrifos. ¿Cuál es la diferencia entre ambos? En el primer caso, el Mesías Viviente declara en voz alta, en lenguas, cuál es su voluntad. Pero en el otro caso la Verdad se descubre utilizando métodos de escribas (y fariseos) y surge de las letras secas que nunca cobran vida en ellos.
Primero, siempre debemos acudir al Mesías y preguntarle personalmente cuál es su voluntad, incluso confirmando la Palabra escrita. Pero primero debemos entregarle nuestras vidas a Él. También nos recuerda desde dentro lo que se encuentra en los Escritos. A menudo recibes de esta manera una palabra en tu corazón, que quizás sólo más tarde leas y te des cuenta de que ya estaba escrita en la Biblia hace mucho tiempo. Muchas veces, la Palabra confirma lo que ya has recibido en tu corazón.
Elijamos entonces la Totalidad que nos ofrece el Mesías, ya que es gratuita y su recompensa es la Vida Eterna.
A partir de ahí, depende de nosotros cuánto empoderamos al Espíritu Santo para que haga Su obra santificadora en nosotros de acuerdo con Su propia voluntad y horario. No culpemos a Satanás y a los espíritus extraños si nos quedamos atrapados en un determinado nivel espiritual, ya que somos los únicos responsables si les damos el poder para detenernos.
Detrás de la observancia del domingo se esconden los mismos poderes demoníacos que detrás de los sábados superficiales vividos de la manera tradicional.
Estos son los tipos de sábados que Yahuwah aborrece, y más aún en el caso de los domingos.
¿Será un tema decisivo del fin de los tiempos?
El Anticristo, no después de su aparición, ya que ya está en el mundo y podemos saber con mucha precisión quién es, sino cuando entre en escena y tome el poder sobre el mundo, cambiará, entre otras cosas, los tiempos. Esto ya lo habían cumplido en gran medida la Iglesia romana y su líder, uno de los principales precursores del anticristo, Constantino el «grande», precisamente y entre otras cosas en la conversión del Shabbat al domingo hace algunos siglos. Sin embargo, algunos cristianos piensan que esta profecía se cumplirá en los últimos tiempos imponiendo el culto dominical, mientras que otros, del otro campo, en realidad piensan lo contrario y que el Anticristo impondrá a todos volver al sábado. No puedo predecir si elegirá entre los dos. Como mencioné, el espíritu del anticristo ya habrá hecho esta modificación hace dos mil años. Sin embargo, si y a modo de confirmación, el Anticristo hiciera obligatorio un día determinado, éste no sería la marca de la bestia en sí misma, sino a lo sumo una parte de ella. (para que nuestros amigos adventistas entiendan el asunto). Pero aquí también la cuestión no será si su elección recaerá en sábado o domingo, sino que el problema será llevar todo al nivel de la formalidad y la superficialidad, más allá del hecho de que se exaltará y se erigirá en el templo de Elohim, proclamándose Elohim en lugar de Yahuwah, y el Mesías, en lugar de Yahushua.
Pero no nos engañemos. No es principalmente al Anticristo a quien debemos temer.
La persecución no vendrá principalmente del exterior, sino de aquellos a quienes todavía hoy podemos considerar nuestros hermanos.
Aquellos que, en lugar del modelo de la Iglesia original, siguen y ofrecen otras alternativas. Aquellos que ven su salvación en la Ley, o que la niegan mientras afirman tener Ruach HaKodesh, simplemente están pisoteando el orden mismo que es la esencia del Espíritu Santo y, por lo tanto, esencialmente están blasfemando contra el Espíritu Santo. Hay que temer estos fenómenos, porque matan a nivel espiritual y desde dentro.
Seamos lo suficientemente valientes para continuar con el trabajo de Ruach HaKodesh, incluso si causamos división en nuestras comunidades, incluso si los dos campos que acabamos de mencionar, los dos extremos nos maldecirán. Los fariseos te acusarán de ser libertino y los impíos te acusarán de ser legalista. Esto es natural y alégrate siempre que escuches esto de ambos lados, porque es una señal de que estás en el camino correcto.
De todos modos,
la reforma debe continuar hasta que regresemos al modelo de la primera y verdadera Iglesia descrita en el libro de los Hechos.
No llevamos a cabo esta reforma por nosotros mismos, sólo somos sus instrumentos. Sobre todo, nadie debe declarar que él trajo la última reforma al mundo, por grande que esté siendo su ministerio y ejemplo a seguir, porque la última sólo la realizará el mismo Mesías cuando regrese. Por nuestra parte tenemos que trabajar constantemente en la siguiente pregunta, debemos buscar siempre cumplir la Próxima Reforma a nuestro nivel humano. Deberíamos tener más cuidado al elegir los nombres de nuestros ministerios, ya que la palabra hablada tiene su peso en el ámbito espiritual y fácilmente podemos engañarnos pensando que después de lo que ya pasó, no queda más cambio o restauración por realizar. Podemos maldecirnos a nosotros mismos e impedir que continúe el proceso de santificación. Esto no es un juego. Simplemente tenemos que dejar que Ruach HaKodesh haga este trabajo, principalmente dentro de nosotros mismos. Lo único que Elohim espera de nosotros es que lo aceptemos en obediencia, cuando Él nos impulsa a cambiar desde dentro y a dar cada paso con valentía cuando nos dice que ha llegado el momento.
HUYE el impío sin que nadie lo persiga: Mas el justo está confiado como un leoncillo.
Cuando te acerques a una ciudad para combatirla, le intimarás la paz. Y si respondiere: Paz, y te abriere, todo el pueblo que en ella fuere hallado te será tributario, y te servirá. Mas si no hiciere paz contigo, y emprendiere guerra contigo, entonces la sitiarás. Luego que Yahuwah tu Elohim la entregue en tu mano, herirás a todo varón suyo a filo de espada. Solamente las mujeres y los niños, y los animales, y todo lo que haya en la ciudad, todo su botín tomarás para ti; y comerás del botín de tus enemigos, los cuales Yahuwah tu Elohim te entregó.Deuteronomio 20:10-14
Otra vez una ley que escandaliza a muchos de los elegidos que ven en ella la manifestación de lo que solían llamar el «Dios cruel y vengativo del Antiguo Testamento».
Hoy, para aquellos de nosotros que estamos bajo la Gracia en el Mesías, estas palabras realmente no se tratan de atacar y matar a nuestros enemigos, ni siquiera en defensa propia.
Entonces, ¿cómo explicar tal ley en el Mesías? Necesitamos saber que
las luchas continúan hoy más que nunca, pero ya no contra sangre y carne, sino contra las dominaciones
Para nosotros los creyentes, las batallas espirituales están en curso contra los ataques externos e internos. La mayoría de las veces, los celestiales luchan por nosotros, nuestro Señor y sus ejércitos angelicales nos están protegiendo. Pero hay situaciones en las que debemos confesar conscientemente las promesas de Yahuwah y ordenar a los espíritus extraños que se vayan en el nombre de Yahushua ya que no tienen más ningún derecho sobre nosotros.
Contra estas potencias extranjeras no hay piedad, ni humanismo, hay que vencerlas y destruirlas de manera radical. La victoria, sin embargo, siempre da como resultado que la parte victoriosa adquiera algún botín. En nuestro caso ese botín no es otro que la libertad que proviene de la liberación espiritual, pero de ella también provienen muchas otras bendiciones.
Cuando nos enfrentamos a estos espíritus enemigos a través de personas sobre las que ejercen su poder, entonces la situación es diferente y la estrategia cambia.
En primer lugar, podemos leer que la paz, el Shalom debe ofrecerse como una mano extendida.
Siempre debemos separar al pecado sí mismo de la persona bajo el yugo de ese pecado
Si el pecador, cuando nos oye, cuando le llevamos el Evangelio y que escucha las reglas básicas que todo hombre recibió en su corazón cuando fue concebido, entonces existe la posibilidad de que reconozca el pecado y se deshaga de él aceptando nuestra ayuda y nuestro ministerio, nuestro Shalom. Y traer a tal persona al Mesías será una gran victoria de la cual fluirán innumerables frutos tanto en la vida de la persona salvada como en la del siervo ministrante.
Como soldados del Mesías, debemos ayudar a nuestro Maestro a matar el viejo hombre en el espíritu de nuestro prójimo, para que él mismo se convierta en una nueva creación en el Mesías.
Los hermanos así nacidos de nuevo ya no serán nuestros siervos, como leemos en el mandamiento anterior, sino que serán siervos del Mesías como tú y como yo. Pero como lo leemos, nosotros también disfrutaremos del botín que resultará de estas victorias. Cada ministerio victorioso resulta automáticamente en la adquisición de nuevos hermanos y hermanas en el Mesías que pueden convertirse en nuestros compañeros de ministerio.
Es al ganar almas para el Mesías que acumulamos tesoros en el cielo, donde la polilla y el óxido no los destruirán y donde los ladrones no entrarán para robarlos. Este es el botín más grande que podemos imaginar.
Pero si por el contrario, la persona a la que llevamos el Evangelio no nos escucha, ¿debemos matarla? Claro que no. Al menos no en la forma en que pensamos. Una vez más, el juicio está enteramente en manos del Mesías. Si la persona resiste, no es contra nosotros, sino contra el Mesías que se rebela. Y si la persona persiste conscientemente en adherirse a los espíritus extraños que la tienen cautiva y la obligan a pecar, tarde o temprano el juicio del Mesías la alcanzará y puede conducirla a la segunda muerte, que será definitiva. Por nuestra parte, lo único que nos queda por hacer cuando nos enfrentamos a una persona rebelde es ponerla en las manos de nuestro Señor.
Yahushua también repite este mandato y lo pone en práctica cuando envía a sus discípulos al ministerio en Lucas 9 y 10: Y les dijo: No toméis nada para el camino, ni bordón, ni alforja, ni pan, ni dinero; ni llevéis dos túnicas. Y en cualquier casa donde entréis, quedad allí, y de allí salid. Y dondequiera que no os recibieren, salid de aquella ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos.Lucas 9:3-5
Debemos seguir este mandamiento, de acuerdo con su práctica reforzada por Yeshua: Ya no mataremos a nadie físicamente como era el caso en los tiempos del Antiguo Testamento. Solo nos sacudimos el polvo de los pies. Si rechazan la paz que les ofrecemos, se declaran enemigos de nuestro Señor. En ese momento, debemos entregarlos a la Corte Suprema a través de esta señal simbólica de limpiar el polvo de nuestros pies. Entonces, si persisten en su rebelión hasta el final, el Mesías mismo los juzgará de acuerdo con el Mandamiento anterior y original citado anteriormente.
En conclusión, el mandato original del Antiguo Testamento sigue vigente. Pero hoy, el Mesías es el único Juez y no los hombres. Pero como el tiempo de la Gracia también está vigente, Él mismo ofrece a todos la ejecución de nuestro hombre viejo a nivel del espíritu para que podamos recibir la Vida Eterna dejando nacer en nosotros a nuestro hombre nuevo. Pero en el momento del regreso del Mesías, cuando termine el tiempo de la Gracia, todas las leyes de pena de muerte se ejecutarán tambien en el nivel físico de acuerdo con el juicio original requerido por el Antiguo Testamento. Así, todos aquellos que no hayan aceptado esta Gracia, morirán dos veces y definitivamente.
Otro Mandamiento, perfeccionado por nuestro Redentor, cuando combinado y duplicado por la Gracia, se cumple al nivel del Espíritu.
Amarás a Yahuwah tu Elohim de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Estos dos mandamientos contienen todos los demás. Esto quiere decir que los 10 Mandamientos, 5+5, son la explicación y desarrollo de estos dos Grandes Mandamientos explicando con más detalle: COMO amar a Yahuwah ya tu Prójimo.
Y todos los demás mandamientos escritos en la Torá (Deuteronomio) son la extensión y las explicaciones más detalladas de los dos y los diez de los que resultan. Cada desarrollo nos ayuda a prever y reaccionar mejor en casos específicos.
Si Yahushua es el Verbo que se hizo carne (Jn 1,14), y si Yahushua es el Amor mismo, ¿cómo puede alguien decir que la ley ya no es válida hoy?
Pablo tampoco hizo tal declaración, aunque sus palabras a menudo parezcan contradecir esto (no estamos bajo la ley). Pero, ¿en qué contexto pronunció esta frase y quién es capaz de entender esto en espíritu?
El Espíritu del Mesías guarda la Ley. Si Él vive en nosotros, entonces la Ley ya no puede juzgarnos, por lo que realmente no estamos bajo ella.
¿Según qué otras reglas podría el Espíritu Santo guiarnos desde dentro, sino exclusivamente según la regla del Amor, que es la suma de todos los demás mandamientos de la Torá?
Yahushua tomó de las manos de los hombres el derecho de ejecutar el juicio que emana de la Ley y lo transfirió a su propia autoridad. Por lo tanto, se aplican incluso las leyes asociadas con la muerte. Pero solo Yahushua tiene el derecho de dar muerte a cualquiera. Y dado que el tiempo de la Gracia aún está vigente, su juicio solo se aplica a nivel espiritual por ahora, cuando nuestro viejo hombre sea ejecutado para que podamos convertirnos en nuevas criaturas.
¿Por qué Pablo contradice a Yahushua? ¿No estamos bajo la ley? / ¿No desaparecerá un solo ápice o una sola línea de la ley?
Partamos de un principio fundamental que debemos aplicar en todas las circunstancias:
Si vemos cualquiera contradicción entre las palabras de Yahushua y las de cualquier otro personaje de la Biblia, la norma SIEMPRE es lo que dice Yahushua.
Si no entendemos, no nos aferremos a lo que más nos gusta o a lo que los teólogos nos han metido en la cabeza durante siglos. Hasta que seamos lo suficientemente sabios y espiritualmente maduros para entender las palabras de Pablo, que a menudo son muy difíciles de entender, debemos aferrarnos muy firme y exclusivamente a la palabra de Yahushua y actuar en consecuencia, porque de esto no puede resultar ningún mal.
Entonces, cuando alcanzamos el nivel de madurez y obediencia suficiente, nos damos cuenta de que en última instancia
Pablo nunca contradijo a Yahushua
La gran diferencia entre ellos era que, a contrario del mensaje de Yahushua, el mensaje de Pablo estaba dirigido principalmente a personas que ya habían nacido de nuevo y que tenían edades y estados espirituales muy diferentes. Yahushua estaba en una situación «más simple» podría decir, ya que todos estaban en el mismo nivel espiritual y nadie había nacido de nuevo y recibido el Espíritu Santo.
Por lo tanto, los mensajes de Pablo hablan de manera diferente a las personas según sus nivel de madurez espiritual y sus antigüedad como discípulos. No le hablamos de la misma manera a un niño de 3 años que a un niño de 13 años, y no les exigimos lo mismo. A los pequeños se les pide menos y a los grandes se les aplican más reglas.
Pablo escribió sus epístolas según una especie de método de enseñanza diferenciado, como cuando un maestro educa a alumnos de diferentes edades y niveles en la misma clase y en paralelo. Cualquiera que sea profesor y haya tenido la oportunidad de trabajar así sabe de lo que hablo. Todo el mundo escucha todo lo que se dice, pero no todo es para todos, al menos no todavía o ya no. Por lo tanto, es necesario aclarar lo que el estudiante debe y no debe/más o aún no debe prestar atención, para no caer en la confusión.
Además, la tergiversación sistemática de las palabras de Pablo, como en el caso de muchos otros pasajes de la Biblia, se debe a que
los creyentes a menudo tienden a sacar uno u otro versículo fuera de contexto para darle un sentido que no tiene nada que ver con su significado original
¿Suavizó Yahushua al menos la Ley?
La Ley no sólo es válida, sino que lo es más que nunca.
Yahushua no abolió la Ley, sino que por el contrario la elevó a un nivel espiritual superior
En los tiempos del Antiguo Testamento era suficiente abstenerse de hacer cosas que estaban prohibidas, pero desde Yahushua, la sola idea de quebrantar una ley se considera pecado. No basta con no acostarse con alguien, ¡incluso hay que evitar imaginarlo! No basta con no matar al otro, ¡incluso hay que abstenerse de odiarlo en el fondo de nuestros corazones!
Sin embargo, la gracia consiste precisamente en que seamos liberados incluso de los pensamientos más ocultos y profundos que intentan tentarnos desde dentro. En efecto, si nacemos de nuevo, es decir, que nos arrepentimos, luego que recibimos el bautismo de agua y luego el de fuego cuando seamos llenos del Espíritu Santo, tenemos la promesa de liberación y limpieza de pensamientos inicuos.
Sin embargo, es imposible lograr el arrepentimiento sin recibir el juicio de la ley:
porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado
Romanos 3:20
¿En qué se diferencian el Antiguo y el Nuevo Testamento?
La diferencia entre las dos Alianzas es el material sobre el que están inscritos los Mandamientos: la piedra en el caso de la primera / el corazón de carne o el Espíritu en la segunda.
La gran diferencia entre el Antiguo y el Nuevo Pacto es que el primero era un pacto grabado en piedra, por lo tanto débil y esencialmente teórico. Mientras que la Nueva Alianza es el cumplimiento de la primera, que era sólo una sombra de ella. La segunda Alianza opera y actúa por medio del Mesías con poder y autoridad y ya no emana del ser humano, sino del Espíritu Santo por dentro del ser humano.
La Nueva Alianza, en cambio, libera al hombre de la carga de guardar la Ley, plantándola directamente en el corazón para que actúe por sí misma y de manera práctica.
¡La ley no ha cambiado ni una jota! Y si no me equivoco, el cielo y la tierra siguen ahí. Mateo 5:18
Vino añejo en odres viejos y vino nuevo en odres nuevos: el vino añejo no era otro que la letra grabada en la piedra, la que mata. El vino nuevo, en cambio, es aquel que es espiritual y está grabado en el corazón, dando vida.
Por otro lado
el Mesías es mayor que la Ley. Así que quien está en Él está por encima de la Ley con él
y su juicio no nos alcanza, así que ya no estamos bajo la ley; en efecto. Sin embargo, hasta que el mundo sea destruido, todo sigue funcionando según la Ley.
El antiguo pacto fue para el nuevo lo que Agar fue para Sara, lo que la esclava es para la mujer libre, lo que el monte Sinaí es para Sión y lo que Moisés es para el Mesías. Igualmente,
las tablas de piedra eran la prefiguración de estas dos lenguas de fuego
que aparecieron sobre las cabezas de los discípulos en Shavuot (Pentecostés) para penetrar y grabarse definitivamente en sus corazones.
Además, debe notarse que el Nuevo Testamento está mucho más caracterizado por la Ley que el Antiguo Testamento. Los “rabinos” contaron 613 mandamientos en la Torá además de los 10 mandamientos y las 2 leyes del amor. De hecho, calculo que la Torá contiene de 650 a 700 de ellos, porque varias leyes no han sido tomadas en cuenta. Sin embargo,
en el Nuevo Testamento tenemos mas de 1000 mandamientos
Estos «nuevos mandamientos» no son más que la clarificación y repetición de los antiguos, su reformulación, su refinamiento y su última práctica a nivel del espíritu. De hecho, ninguno de ellos es nuevo, sino que están íntimamente relacionados con los antiguos y son sellados por regla sacerdotal según el orden de Melquisedec, cuando la letra cobra vida.
Antiguo Testamento: Esclavitud / Nuevo Testamento: Libertad
La esclavitud es cuando tratas de obedecer la ley para agradar o complacer a alguien, en este caso a Elohim, pero en el fondo de tu corazón, te gustaría hacer algo completamente diferente, incluso completamente opuesto. ¡Qué carga tan increíble! ¡Qué vida llena de remordimientos y problemas de conciencia! ¡Qué enorme gasto de energía constante para poder contenerse de actuar según tus propios instintos! Así es la vida de un Sísifo, un esclavo en las galeras romanas, o nuestros antepasados judíos en Egipto, y cualquiera que crea que puede cumplir la Ley por sí mismo.
Pero cuando llega la libertad, son nuestros corazones los que se renuevan por el Espíritu Santo y según la Ley. Cuando somos libres cumplimos los decretos de Yahuwah, por medio del Hijo que vive en nosotros, con buen corazón y con toda nuestra alma, sin aspirar a otra cosa ni sin ningún esfuerzo especial de nuestra parte.
¿Qué pasa con las ordenanzas que rigen el Santuario, el sacerdocio y los sacrificios?
Estos decretos también funcionan de la misma manera. excepto hoy
tenemos un solo Sumo Sacerdote, Yahushua, y los miembros de Su Cuerpo somos todos Levitas asignados al ministerio de este Templo Celestial.
El Santuario terrenal era la imagen del Celestial, tal como lo recibió Moisés. Por tanto, la ley es la misma, sólo ha cambiado su orden y modo de aplicación. Yahushua recuperó el derecho de ejecutar el juicio de manos de los hombres. Sólo él está autorizado para aplicar las penas y esto a nivel del espíritu, mientras esté vigente el tiempo de la Gracia. Pero cuando regrese para juzgar al mundo, la ejecución de los castigos también se hará físicamente en y sobre el mundo visible. Allí destruirá definitivamente y a todos los niveles a los pecadores que no le hayan entregado a la muerte a su antiguo hombre.
El sacrificio se hizo de una vez por todas.
Sin embargo, se necesitan pequeños sacrificios adicionales para que el Cuerpo del Mesías funcione como un Santuario incluso hoy.
Sacrificio es cuando salgo a servir a los demás, sacrifico mi tiempo y mi energía. Además, a menudo soy yo quien siembra, pero no soy yo quien cosecho. Esto también es sacrificio. Sacrificio es también cuando entrego cosas, dando así la grasa de los animales que ofrezco en holocausto sobre el altar en lugar de consumirlos yo mismo. Sacrificio es también ayuno, cuando me retiro a orar, cuando crío a mis hijos en el nombre de Yahuwah, cuando pongo mi voluntad sobre el altar para que se haga la Suya y cuando voy a visitar a las viudas, a los huérfanos, a los enfermos, a los pobres y a los presos. Todas estas cosas son sacrificios y la base de todo ministerio.
Los antiguos decretos eran sólo sombras y promesas de estos sacrificios espirituales y perfectos del corazón.
Porque, en efecto, entonces fueron administrados y ejecutados por hombres. Hoy, sin embargo, es directamente el Mesías quien las hace obrar.
Pero también funciona en la dirección opuesta. Porque no sólo hay leyes de prohibición, sino también leyes de “goce”. El levita a veces se beneficia de las grasas y las cosas buenas, y tiene derecho a comerlas como le plazca. El trabajador merece su salario y nunca debe avergonzarse de aceptar limosna en cualquier forma y disfrutar de tales bendiciones. Basta no caer en los excesos y en el amor del dinero y de los bienes materiales y sobre todo no aceptar nada de personas que evidentemente nos quieren comprar.
El velo: y no solo sobre los ojos judíos
Así como en el caso de los judíos tradicionales cuyo falso Talmud y otras infecciones babilónicas les impidieron reconocer la Palabra que se hizo carne y apareció en Yahushua, el mismo velo viene a nublar la vista de gran parte del cristianismo. Es este velo el que les impide reconocer los Mandamientos en Yahushua. Aunque lo acepten como el Mesías, se niegan a ver en él el cumplimiento de lo que los judíos recibieron a través de Moisés. En ambos casos, Satanás se aseguró de que el velo se colocara entre la Ley y Yahushua.
Por el lado de los guardianes de los Mandamientos, éstos no los reconocen en Yahushua. Y del lado de los seguidores de Yahushua, siguen negándose a reconocer la Ley en Él.
Así que no tengamos miedo de la Ley, porque es nuestra mejor amiga. Es una herramienta que nuestro Elohim usa en nosotros para que no volvamos a caer en el pecado después de haber sido librados de él. Al negar la ley, obstruimos la obra del Espíritu Santo, y podemos llegar a entristecerlo.
Los mandamientos son como señales que nos ayudan a mantener el rumbo y el camino angosto que conduce a la salvación. Las señales de tráfico no son la meta ni el destino. Y quien los considera como tales, acaba chocando con ellos y muriendo.
El Mesías es la meta y cualquiera va a él recibirá la vida eterna.
La Ley es nuestro pedagogo para que podamos conocer cada vez más al Mesías y acercarnos a Él.
A medida que leemos los mandamientos del Antiguo Testamento, gradualmente nos damos cuenta de lo que significan para nosotros en las condiciones actuales. Qué simbolizan el burro, la vaca y otros conceptos relacionados con la agricultura. Incluso a un ciudadano contemporáneo, se le revelará lo que esto significa para él hoy. Podrá darse cuenta de que tal o cual ley ya se realizó en su vida y en una situación dada sin haberla conocido de antemano y sin haber tenido que pensar para actuar según ella. Lo habrá respetado no por miedo, sino instintivamente y por Amor a Elohim o al prójimo, porque estaba grabado en su corazón.
Conocer la ley después de nacer de nuevo fortalece nuestra fe de que el Mesías realmente vive en nosotros y da testimonio de la presencia del Espíritu Santo en nuestros corazones.
La ley verdaderamente se convierte en maldición cuando la tomamos en nuestras manos y la obedecemos para ganar alguna recompensa y/o cuando la usamos para juzgar a otros sin el Espíritu Santo y el Amor. Tales acciones son señales de que algo anda mal con nuestro Pacto en el Mesías. En tales casos, dite a ti mismo que pensabas que habías nacido de nuevo, pero tal vez tú o alguien te engañó. Examínate y pide bautismo de agua y/o de fuego, solo tú y Elohim saben lo que te falta y dónde estás en tu camino de dicípulo. Pero si sufres de estos síntomas, todavía estás en el nivel de religiosidad y de autosanctificación. Es para no caer en este error que otros, en cambio, eligen el otro extremo y comienzan a negar la Ley. En tal caso, también te haces transgresor de la ley, y no te das cuenta de que estás rechazando la mismaesencia del Mesías.
Que sólo aquel que los tiene grabados en su corazón hable de los Mandamientos y se atreva a enseñarlos.
En nuestro camino de discipulado, nuestra santificación se realiza por el hecho de que los mandamientos son sucesivamente restaurados y reactivados en nuestra mente.
Así que no nos interpongamos en el camino de la obra que el Espíritu Santo desea realizar en nosotros.