No estamos bajo la ley. ¡Claro que no! Porque si estamos en Aquel que está por encima de la ley (Yahushuah), entonces estamos por encima de la Ley con Él. Sin embargo, la ley nos sirve como pilar bajo nuestros pies, como uno de los pilares de sustentación del Templo que somos y no para pisotearlo, como todavía lo hacen la mayoría de los cristianos.
En Hechos 21:18-26 leemos muy claramente que por consejo de sus compañeros apóstoles, Pablo se sometió a dar testimonio ante todo el mundo de que él también vivía y obedecía las leyes de Moises. Cuando Jacob y los ancianos le pidieron que se afeitara la cabeza con los otros cuatro hombres como señal de respeto a los Mandamientos, Pablo no se resistió y lo hizo en silencio.
Acerca de las “contradicciones” del apóstol Pablo
En el siguiente artículo, me gustaría analizar los escritos del apóstol Pablo (Rav Saúl) sobre la ley desde una perspectiva judía. Obtendremos una visión general del papel de la ley en los tiempos de Gracia, después del sacrificio de Yahushua HaMashiah, en lo que respecta a judíos y no judíos, principalmente a través de la epístola a los Romanos. Es importante devolver el asunto al pensamiento original, ya que la carta está dirigida a la congregación judía y no judía helenizada que vivía en Roma y escrita por un hombre judío que creía en Yahushua, pero nunca negó su identidad. Todo lo que Pablo escribió fue inspirado por Ruach HaKodesh/el Espíritu Santo de Elohim.
Es importante señalar que para los judíos que vivían en Roma en ese momento, la ley difería de la Ley inicialmente revelada por Moisés y esto, por dos razones:
Por un lado, los Mandamientos originales aún no estaban completamente separados y purificados de las leyes farisaicas humanas añadidas de Babilonia, y por otro lado, las Leyes originales contenidas en la Torá también fueron interpretadas y aplicadas de acuerdo con la forma de pensar farisaica que aprendieron desde su nacimiento. Esta forma farisaica de pensar ocurre a nivel intelectual en lugar de venir del corazón.
En la epístola a los Romanos, Pablo no va en absoluto en contra de los Mandamientos de Elohim, sino que:
se opone a las leyes farisaicas que los judíos agregaron a la Ley original de Elohim
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está trabajando en la restauración de los Mandamientos de Elohim que el espíritu romano del helenismo ya había comenzado a torcer y mezclar con el paganismo
Guardar estas leyes adicionales según la letra condujo a la justicia propia, contra la cual Yahushua luchó. Esta fariseísmo atribuye un efecto de salvación propia a la observancia de la ley en sí misma. Esta forma de pensar deja en un segundo plano la relación personal con Elohim, la que nace de la fe y del amor que viene de dentro. Ser fariseo por supuesto no implica ser fiel a todos los mandamientos, sino anteponer su observancia a la necesidad de escuchar directamente la voz de Yahuwah. Alguien es fariseo porque no guarda la ley por fe, para honrar a Elohim a quien ama, sino porque espera de él recompensas en una especie de relación comercial espiritual.
Pablo luchó contra estas leyes adicionales, que no provienen de la fe, que no se guardan porque lo hacemos con alegría, no por obligación, sino porque amamos a Elohim. Al experimentar una relación restaurada con Yahuwah, el hombre se siente más libre que nunca, porque la Ley está ahí para proteger su vida y restaurar el orden en su relación con Elohim y con su prójimo. Pablo lucha contra el espíritu de guardar la ley mediante la coerción, mediante el temor de un dios que lo reprende. Pablo quiere restaurar la Ley viva que fluye de nuestra fe interior y amor por Elohim.
Además, Pablo estaba luchando para que la ley no ocupara el primer lugar en la mente de la gente. A partir del Sacrificio en la cruz, el orden cambió y se invirtió. La ley ya no es nuestro pedagogo hasta el Mesías, sino todo lo contrario: el Ruach del Mesías nos enseña la Ley desde el momento en que nacemos de nuevo en Él. Primero conocemos a Yeshua, luego Él revela quién es Él mostrando cómo cumple los Mandamientos y las Profecías que son la Palabra de Elohim, los que se hicieron Carne en Él.
Así la historia cambia y ya no es la Ley la que nos enseña al Mesías, sino que es el Mesías quien nos enseña la Ley después de haber obtenido la Gracia y haber pasado por el bautismo de Agua y de Fuego
Pablo también lucha con hermanos mayores que intentaron enseñar decretos que aún no se refieren a discípulos espiritualmente recién nacidos. ¡El que acaba de salir del agua y nacer de nuevo no necesita a Moisés TODAVÍA! Las 7 Leyes de Noé, las rudimentarias y universales reglas básicas recibidas tras el Diluvio para toda la Humanidad, son más que suficientes para ellos y por el momento. Moisés es un alimento más pesado pero a los niños todavía les necesitan leche. Con esto Pablo no anula ni destruye a Moisés ni los Mandamientos recibidos a través de él, sino que está poniendo todo en su lugar. Aunque no se expresa, queda claro que considera que los mandamientos de Moisés naturalmente siguen siendo válidos, pero que cada uno debe ocuparse de lo que es apropiado para su edad espiritual.
Pablo estaba trabajando para restaurar estas distorsiones, porque la obra apostólica es ante todo una obra de Reforma
Así se puede entender la esencia de Yahushua HaMashiah. ¿Qué significa que Él cumple la Ley? Cuando me pongo bajo el dominio del Mesías y renazco en Yahushua por inmersión en agua y luego por el bautismo de fuego, entonces ya no vivo yo, sino que Él vive en mí. En este momento Él no me exime de la Ley, sino al contrario, la aplica y la pone en vigor. A partir de ese momento guardo la ley porque ya no está escrita en tablas de piedra, sino que está grabada en la carne de mi corazón a través del bautismo de fuego y la morada en mí de Ruach HaKodesh.
Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne, para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Elohim.
Ezequiel 11:19-20
Es exactamente esta profecía la que se cumplió en Shavuot, en Pentecostés. Cuando las dos tablas de piedra se transformaron en dos lenguas de fuego que quedaron grabadas en los corazones de los discípulos, a continuación de que comenzaron a hablar en lenguas.
No olvidemos que los judíos, hasta el día de hoy, celebran el regalo de los 10 Mandamientos en este preciso día de Shavuot/Pentecostés. Es una de las pocas costumbres judaicas que tiene un poder profundamente profético, y por la descripción de la historia tal como la leemos en la Torá, queda claro que este evento realmente ocurrió alrededor de esta fecha, es decis aproximadamente 50 días después de haber salido de Egipto después Pesaj.
Pero ahora, veamos los versículos sobre las leyes en Romanos:
1. ¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de qué aprovecha la circuncisión? Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Elohim. Romanos 3:1-2
De esta parte se destaca inmediatamente la palabra “Palabra” como la Palabra de Elohim que fue confiada al pueblo de Israel. Cuando hablamos de los 10 mandamientos, estas son las 10 leyes fundamentales que tienen 613 o más bien 700 extensiones adicionales y que se pueden resumir todas en los 2 Grandes Mandamientos del Amor (Amor a Elohim y al Prójimo). (Las mitzvot en realidad son entre 650 y 700, ya que los rabinos no las han enumerado todas). La Palabra es uno de los sinónimos de la ley, pero en su conjunto abarca todo el Antiguo Testamento incluyendo todas las Profecías, pero una parte muy importante y significativa de las cuales son los Mandamientos. Así es también como Juan comienza la historia de la venida de Yahushua HaMashiah:
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Elohim, y el Verbo era Elohim…Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Juan 1:1-14
Juan inmediatamente comienza describiendo la esencia misma de Yahushua. Él mismo era el Verbo, la Palabra, es decir, era la Ley. ¿Qué otra cosa podría haber significado el Verbo sino la palabra de Elohim, que Él dio a su pueblo en el Monte Sinaí? ¿Qué fue esta palabra declarada sino la ley y los profetas? Los profetas que fueron precisamente enviados a pronunciar juicios por la transgresión de la Ley y cuya principal labor fue restaurar los Mandamientos anunciando la ira que vendría sobre el Pueblo por su transgresión.
2. ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado. Romanos 3:20
¿Cómo podemos saber lo qué es el pecado sino por la ley? ¿Y cómo actúa la gracia si no podemos reconocer el pecado? ¿Cómo saber que necesitamos la Gracia si no reconocemos el estado de pecado en el que nacimos? ¡La Ley nos enseña esto, para que podamos reconocer nuestra necesidad del Mesías! ¿Es entonces posible la Gracia sin la Ley? En absoluto, porque si anulamos la ley, ¡la Gracia automáticamente también se vuelve inútil!
Aquí también la palabra de Pablo se dirige principalmente a los judíos que buscaban su justificación por la simple observancia de la ley, y no a personas de otras naciones a quienes no les importaba la ley, porque aún no la conocían. La Ley debe ser promulgada a su debido tiempo a las Naciones para que comprendan cuál es la obra de la Redención. Los judíos, por su parte, deben ser liberados de las leyes adicionales y de las distorsiones que mancharon las leyes originales mediante la asimilación.
3. Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe. Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa. Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión. Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros. (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Elohim, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Romanos 4:13-18
Donde se abolió la ley, reina la anarquía. ¿Será por eso que tanta gente rechaza los Mandamientos para lavarse las manos como Pilato y decir que no tenemos nada que ver con ellos? ¿Es por eso que Pablo escribió estas líneas? No lo creo. Aquí también se hace hincapié en la necesidad de conocer la ley, porque de ella surge el reconocimiento del pecado, lo que implica la necesidad y la aceptación de la obra redentora del Mesías. ¡Sin ley no hay juicio, sin juicio no habría necesidad de misericordia! Sin la ley, la ejecución de mi viejo hombre no podría ocurrir y yo nunca me convertiría completamente en una nueva creación. (Ver: Peina de muerte (el comienzo de la VIDA)
Aquellos que son descendientes de Abraham por el Espíritu (el Cuerpo del Mesías) deben demostrar el mismo nivel de obediencia y fe. Abraham fue obediente, por eso también era justo. ¿Por qué era justo? Porque observó las leyes conocidas hasta entonces. ¿Por qué los obervó? No por obligación, sin esperar ningún bien a cambio, sino por gratitud, con alegría, porque amaba a Elohim con todo su corazón. El Mesías ya vivía en gran medida en él, incluso antes de su venida al mundo visible. Gran parte de la ley ya estaba viva en él cuando Yahuwah aún no se las había dado a Moisés.
4. ¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive? Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido. Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera. Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo del Mesías, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Elohim. Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra. ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás. Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto. Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí. Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte; porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató. De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno. ¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso. Romanos 7:1-13
En este pasaje, aparece claramente que la Ley debe ser guardada y conocida. Pero desde Cristo ya no somos nosotros, sino el Espíritu del Mesías que vive en nosotros quien gestiona su funcionamiento. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Elohim en él. 2 Corintios 5:21
Nuevamente, podemos leer de Pablo que para exponer el pecado, la Ley que se hizo carne, Yahushua se hizo pecado, para que la Gracia pudiera tener efecto. ¿Significa esto que Elohim declaró culpable a Su Hijo? Ciertamente no, pero su gran gracia se muestra en esto: que puso sobre el único que siempre ha sido inocente todas las consecuencias, el juicio que todos merecemos según la Ley.
Ley/Pecado/Juicio/Misericordia son conceptos inseparables desde la caída de Adán y Eva
5. Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Romanos 7:15-21
Pablo opone aquí dos clases de leyes. Las leyes de Elohim, y la anti-ley (las leyes del anticristo), que proviene de nuestros deseos carnales. Además, aquí Pablo no está hablando de su estado espiritual personal real, sino que habla como un ser humano universal para hacer que las personas que aún no han nacido de nuevo o que aún son débiles en su fe, para que entiendan el proceso del pecado en el mundo. La Ley, el Mesías, el Ruach HaKodesh vivía y gobernaba en Pablo. Estaba libre de pecado y no luchó con nada desde el momento en que nació de nuevo.
6. Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en el Mesías Yahushua, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en el Mesías Yahushua me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Elohim, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Elohim; porque no se sujetan a la ley de Elohim, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Elohim. Romanos 8:1-8
Sólo la ley de Elohim puede protegernos contra la ley del pecado. Pero a causa de la carne, el hombre no puede conservarlos por sí solo. Por eso es necesario que ya no estén grabados en tablas de piedra, sino en tablas de carne, inmediatamente en el corazón de los hombres, para que puedan actuar instintivamente según la ley. Esto es lo que significa nacer de nuevo en el Mesías. Incluso si cometo un pecado, lo reconozco inmediatamente sin que nadie me lo diga ni busque el artículo exacto en las Escrituras, porque el Espíritu Santo que vive en mí inmediatamente me lo señala, me detiene y me juzga para que me doy cuenta de que todavía tengo algo que resolver. Así funciona la Santificación. Sin una conexión interna con el Mesías y sin nacer de nuevo, la Ley misma conduce a la justicia propia y sigue siendo vana. Sin embargo, cuando me encuentro bajo el reinado del Mesías, la Ley cobra vida en mí y empiezo a aplicarla instintivamente y sin ninguna dificultad ni sentimiento de coacción. Mi viejo hombre ya no está ahí para intentar detenerme, para hacerme amar el pecado en lugar de la santidad. De esto tratan los siguientes versos:
7. Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Yahushua HaMashiah, Yahuwah nuestro. ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en el Mesías Yahushua, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como el Mesías resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Romanos 5:20-6:4
Es difícil comprender con el pensamiento humano lo que sucedió a través del sacrificio del Cordero. En la congregación judía de la época, Pablo usaba a menudo las siguientes fórmulas: “¿Qué diremos, pues…” y luego continúa: “…de ninguna manera…”. Desde el momento de la ascensión al trono del Mesías, entran en vigor órdenes que son fácilmente malinterpretadas incluso por los judíos. “¿Entonces, anulamos la ley por esta fe? ¡De ningún modo! Más bien, respetamos la ley, etc.”. Este giro tantas veces repetido también lleva a la conclusión de que
ciertamente hay un cambio, pero que todavía no hay un cambio esencial, sino que algo viejo e imperfecto se ha vuelto perfecto y realizado.
La ley no salva, pero la ley que se hizo carne salva por supuesto. Es difícil incluso para una persona iniciada comprender los pensamientos y obras más elevados de Elohim, y el enemigo se aprovecha al máximo de esta debilidad humana: “¿Para qué es la Ley, mira, incluso Pablo habla en contra…”. Una vez más, Satanás saca los versículos bíblicos de contexto para distorsionar la verdad basándose en verdades parciales.
Por otro lado, cancela de manera muy disimulada el orden de las leyes concernientes a la pureza y los sacrificios del Templo explicando que incluso los judíos de hoy ya no las respetan ya que no hay más Templo, entonces que se espera de nosotros cristianos?
8. Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición. 2 Tesalonicenses 2:3
Cada ley, además de su contenido físico, también tiene un significado espiritual. Las leyes relativas a los sacrificios son tan válidas como las demás. Sin embargo, el Cordero de Elohim después de haber derramado su Sangre de una vez por todas, nuestros sacrificios son trasladados a otro nivel y los animales son reemplazados por otros bienes que nos pertenecen. Tal es la entrega de nuestra propia vida, de nuestra familia, de nuestro trabajo, de todo lo nuestro. Ya no son las cabras, corderos u otros animales los que sacrificamos, porque este tipo de sacrificio físico ha sido hecho de una vez por todas por Yahushua. Pero según el modelo de este sacrificio único, ¿qué tipo de sacrificios podemos hacer en espíritu para que nuestras vidas seán en armonía en el mundo visible con el Mesías que habita en nosotros?
¡Los judíos de hoy tampoco sacrifican animales! Por qué ? Porque el Templo de Jerusalén está destruido. No hay sacrificio hasta que se construye el tercero. Pero vos recuerdo que este tercer Templo existe desde hace mucho tiempo, y no es otro que el Cuerpo del Mesías, Él que fue edificado en tres días. Este Templo ya no es de piedra, ni de ninguna materia física visible, sino del Espíritu. Por lo tanto, el sacrificio también debe tener lugar a nivel del Espíritu. Estas viejas leyes escritas desde mucho tiempo nos dan precisamente la respuesta a cómo debería funcionar todo. Hay un solo Sumo Sacerdote, Yahushua, no según el orden de Aarón, sino según el de Melquisedec, y todos los que nacemos de nuevo en Él somos los Levitas. Entonces todas las leyes concernientes a los Cohenes y a los Levitas son válidas concernientes a Yahushua y a nosotros, sus discípulos.
El tipo de ley de ‘no tocar a los muertos’, por ejemplo, no significa que ni siquiera pueda enterrar a mis padres si mueren, porque no puedo tocar a los muertos, pero significa que tengo que estar de pie, lejos de estos espíritus y de las personas que los llevan. No estemos en comunión con ellos, para que no nos contaminen. Pero estemos cerca de ellos para que podamos predicarles a Aquel que puede traerles la Vida. Alejémonos también de las acciones muertas que no nos hacen avanzar.
Otra pregunta es qué leyes se aplican solo al pueblo judío y cuáles se aplican a todas las personas. Aquí me gustaría tratar sólo de la validez de la Ley en su conjunto y en el contexto del Tiempo de la Misericordia. El resto posiblemente podría ser tema de otra lección.
9. Pues en verdad la circuncisión aprovecha, si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión viene a ser incircuncisión. Si, pues, el incircunciso guardare las ordenanzas de la ley, ¿no será tenida su incircuncisión como circuncisión? Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda perfectamente la ley, te condenará a ti, que con la letra de la ley y con la circuncisión eres transgresor de la ley. Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Elohim. Romanos 2:25-29
Un tema recurrente, ¿a quién se debe considerar judío? ¿Existe un Israel espiritual, y por qué mantener nuestra identidad judía si creemos y ya estamos en el Mesías? ¿No hay diferencia entre griego y judío? En resumen, no confundamos la norma que se utiliza en el juicio de cada persona, independientemente de su origen y de su género, con la tarea y el llamado terrenales que Elohim dio a los diferentes pueblos y que, en efecto, difieren entre sí. Un pagano que se ha hecho miembro del Pueblo de Elohim, que renace en el Mesías, sí puede ser un gran juicio para el judío que se ha desviado de Elohim por el testimonio de su vida, en cuanto a cómo debe ser la relación viva con Yahuwah.
Tal no judío nacido de nuevo será considerado más circuncidado que un judío rebelde que solo está circuncidado debajo de sus calzoncillos.
Esta forma puramente física de circuncisión es vana en sí misma. Pero esto no implica que cualquier persona que no sea judía de repente se convierta en un judío real y genuino.
Nadie debe privar a los israelitas de las promesas, roles, tareas y identidad que Elohim nos ha dado desde hace mucho tiempo para que lo cumplamos en el mundo visible. Porque algunas tareas recaen en nosotros y nadie más es capaz de cumplirlas.
10. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en el Mesías Yahushua. Galatas 3:28
En este mundo ciego de izquierda liberal en el que vivimos hoy, donde pronto serán encarcelados aquellos que se atreven a afirmar que existe incluso una diferencia notable entre un hombre y una mujer, es cada vez más difícil para los cristianos, que son cada vez más vinculados al mundo, para hacerles comprender que efectivamente existe una diferencia no sólo entre hombres y mujeres, sino también entre judíos y griegos. Elohim nos ama por igual y no habrá diferencia en Su amor y juicio una vez que estemos en el Mesías. Sin embargo, nuestras llamadas siguen siendo diferentes y distintas entre sí, aunque tenemos que hacerlo juntos como un matrimonio: precisamente como deben hacerlo juntos un hombre y una mujer.Nuestros llamamientos se completan y refuerzan mutuamente.
Y si alguien todavía malinterpreta esta frase de Pablo, invito a esa persona, si es hombre, a que se consiga ropa de mujer y una peluca, se la ponga, se aplique colorete en los labios y luego vaya a la iglesia el próximo domingo para asistir al culto vestido así. Especialmente si es el pastor u otro ministro. En este caso, trate también de imitar la voz de una mujer y predique de esta manera a sus discípulos. Luego, cuando regrese a casa después de que sus hermanos lo miraran consternados, que escriba sus impresiones y experiencia en la sección de comentarios al final de esta página porque tendría mucha curiosidad por saber cómo había vivido tal experiencia. Y después de eso, ¿que vaya especialmente a pensar en cuándo y cómo retomará y enseñará todo lo que salga de la pluma del apóstol Pablo?
Lo recomiendo especialmente a todas aquellas personas que, por odio o incluso por amor a los judíos, se identifican tanto con nosotros que acaban declarándose judíos de espíritu, de mente, de corazón o de lo que sea. El apóstol Pedro advierte contra el uso arbitrario de las palabras difícilmente comprensibles de su compañero, ya que esto puede tener graves consecuencias. Es mejor vivir una experiencia tan humillante de travesti en medio de la asamblea, que tener un día para rendir cuentas ante Yahuwah por las tonterías que se pudo haber dicho refiriéndose a Pablo.
El pueblo judío no es rechazado. Sigue sirviendo de ejemplo a otros pueblos, aunque aún no esté en el Mesías.
Antes de que una profecía le suceda a alguien, primero se cumplirá en el mundo visible sobre el pueblo judío, como una especie de prototipo, como prueba principal, como un maniquí en una ventana. (La Shoa es un ejemplo de ello). Esto es lo que significa ser un pueblo elegido o profético, elegido y apartado por Elohim para la eternidad para una tarea diferente y especial. Esto también aplica para la era mesiánica, aún cuando gran parte del pueblo persiste en no reconocer al Mesías en Yahushua.
La ley de la circuncisión también se aplica sólo a los judíos, incluidos los que están en el Mesías, ya que hay que seguir llevando la señal física y visible de la antigua Alianza teniendo además la circuncisión del corazón como signo de Gracia, del mismo pacto que había sido revivido por el Mesías.
Sin embargo, nuestra circuncisión en el Mesías sólo puede ser como la de Teófilo, para que podamos servir a nuestro pueblo. La señal de la Alianza perfecta y definitiva es a través del Agua y el Fuego. Nuestra circuncisión física sólo sirve para abrir las puertas a los miembros tradicionales de nuestro pueblo para que podamos llevarles el Evangelio.
Esta tarea es sólo nuestra y es eterna. Pero si somos infieles a Elohim, entonces un no judío circuncidado de corazón puede humillar a un circuncidado de carne siendo más justo que él. Sin embargo, en última instancia, a nuestro juicio, no disfrutaremos de ninguna ventaja debido a nuestro carácter judío. De hecho, estaremos en una situación peor que los demás, ya que siempre hemos sido los mayores en comparación con ellos. Cuanto más se nos haya confiado, más rendiremos cuentas. ¡Por eso nadie debería estar celoso! En espíritu uno puede ser descendiente de Abraham por la fe, como el pueblo de Elohim por el Mesías, pero el Israel espiritual no existe.
Israel y Judá, son las primeras esposas de Elohim y la mayor. No deben mezclarse con su hermana menor: Efraín, que es la próxima Novia de Elohim. Por increíble que parezca, en las profecías, cuando se menciona a Judá, ¡se aplica que nos estamos refiriendo a Judá! Y de la misma manera, cuando escuchamos acerca de Israel, bueno, simplemente se trata de Israel: todos los miembros de las 10 tribus perdidas cuya reunión aún está en progreso. En las profecías, a las otras naciones se les llama con el nombre: Efraín. Nunca mezcla los tres ni los confunda, porque perdería el punto y quedaría cegado en su visión profética.
11. Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Tú crees que Elohim es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Elohim, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Elohim. Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe. Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta. Santiago 2:17-26
¿De qué tipo de obras está hablando Santiago aquí? ¿De dónde pueden venir las obras? ¿De nuestra voluntad humana, del humanismo bien intencionado, de nuestro deseo de agradar a los demás? Cuando Abraham creyó y actuó en consecuencia, ¿no obedeció a la palabra de Elohim y a sus Mandamientos que había conocido hasta ese momento? (Dado que Abraham vivió antes que Moisés, no pudo haber conocido toda la Ley revelada, sin embargo, había leyes que conocía incluso en su estado incircunciso siglos antes de Moisés.) Las obras no son más que la observancia de la Ley, su aceptación y obediencia. ¿Cómo podría actuar si no conozco la ley? Sin ley no hay buenas acciones posibles.
La fe sin obras está muerta. Es decir, ¡la fe está muerta sin la ley y la gracia no tiene sentido sin ella!
¡Cualquiera que piense que es posible actuar bien fuera de la Voluntad, Palabra y Ley de Elohim se equivoca!
En conclusión, me gustaría terminar esta enseñanza no con las palabras de Pablo, sino de nuestro Señor Yahushua HaMashiah sí mismo:
12. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Mateo 5:18-20
Como lo escribí antes en otra enseñanza, Pablo hablaba de muchas maneras, porque le estaba hablando a personas muy diferentes en términos de estado y madurez espiritual. En los días de Yahushua nadie había nacido todavía en el Espíritu, porque Ruach HaKodesh aún no había sido enviado para llenar a los discípulos, al menos no tan ampliamente.
Y si no entendemos a Pablo, apeguémonos a las palabras de Yahushua. Basándonos siempre y principalmente en lo que dice Yahushua, porque Pablo no es el mesías. Sin embargo, a través de Pablo, el Mesías nos habló de maneras que muchos no entienden. Ya sea porque no saben o porque no quieren entender. Ya sea porque no saben crecer en espíritu o porque se niegan a crecer. Sobre todo, Pablo no debe convertirse en piedra de tropiezo, porque muchos serán los que tropezarán con él para su propia ruina, como decía el apóstol Pedro cuando hablaba de su colega que, efectivamente, a veces es muy difícil de comprender. 2Pedro 3:15-16
Cuando analizamos la relación del apóstol Pablo con los Mandamientos de Elohim, vale la pena partir de las palabras pronunciadas por otro apóstol que desde el principio llamó nuestra atención sobre el problema de la interpretación errónea que la gente hace de las declaraciones de su colega. Leamos, pues, lo que Pedro nos dice acerca de Pablo en su segunda epístola en el capítulo 2 versículos 15 al 16:
Y tened entendido que la paciencia de nuestro Yahuwah es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición. 2Pedro 3:15-16
El caos reina en la Iglesia debido a ciertas declaraciones de Pablo que son difícil de interpretar. Esto es lo que intentaremos remediar con estas dos enseñanzas siguientes.
Si realmente queremos ser honestos, todos habrán notado al menos una vez en su vida que Pablo parece estar en total contradicción, tanto con el Antiguo Testamento, como con las declaraciones de Yahushua, e incluso con las suyas propias.
Sin embargo, debemos estar de acuerdo en una verdad fundamental:
NO hay ni PUEDE haber contradicción
en aquellos escritos que fueron inspirados por el Espíritu Santo de Elohim y conservados por el mismo Espíritu durante los procesos que los hombres comúnmente llaman canonización.
A partir de ahora ya no debemos huir de lo que nos parece difícil, ni siquiera retirar lo que es bueno para luego barrer el resto bajo la alfombra. Más bien deberíamos pedir persistentemente que Ruah HaKodesh nos ilumine y nos dé las respuestas a estas preguntas cardinales.
Judíos y cristianos están de acuerdo en una cosa esencial respecto del carácter de Pablo. Según ambas partes:
Pablo es quien «canceló» la Ley.
Esto se considera un sacrilegio a los ojos de los judíos y una bendición suprema para los griegos.
Por un lado, los judíos, consideran un escándalo que alguien afirme que la ley ya no es un objetivo a alcanzar y que la principal tarea del hombre no es cumplirla. Por otro lado, las Naciones que originalmente eran forajidas cuando aún no conocían a Yahushua HaMashiah, siempre buscan beneficiarse sólo de los lados positivos de las Alianzas y descuidan lo que les parece difícil o desagradable.
Pablo se situó entre estas dos percepciones extremistas y erróneas de cuál debería ser nuestra relación con Elohim. Es en este estado de término medio espiritual donde todos deberíamos ser como Pablo. Advirtió que nos abstengamos de seguir el espíritu de los fariseos que apuestan todo a la Ley y las obras que de ella se derivan, para no pisotear el sacrificio del Cordero de Elohim.
En el momento en que la mayoría de los primeros discípulos eran judíos recién convertidos, salidos directamente del judaísmo tradicional, el desapego y la purificación del judaísmo babilónico aún no se habían logrado por completo. Todavía no estaba del todo claro para ellos cuál era la diferencia entre las leyes añadidas por los “sabios babilónicos” y las reveladas a Moisés por el mismo Yahuwah.
Pero el problema dista mucho de ser tan simple. Porque los Mandamientos originales también pueden abordarse de dos maneras diferentes. La Ley original puede interpretarse farisaicamente y no espiritualmente. Cuando obedecemos la Palabra del Padre para obtener retribución y evitar el castigo, lo hacemos sólo por amor propio. Pero también podemos obedecer la voluntad de nuestro Padre por amor a Él sin esperar ninguna recompensa de Él, sino simplemente “para agradarle”. Esta forma de obediencia que proviene del amor puro e incondicional es el camino correcto. Es cuando su Hijo perfecto vive en nuestros corazones y nos dirige desde dentro, lo cual es la señal de que los Mandamientos han sido grabados y cumplidos en nuestro interior.
La primera actitud es moralista, es decir formal, basada en concesiones mutuas, como en un contrato entre dos socios comerciales. No por la fe y el corazón, sino por la razón, no por el amor a Yahuwah, sino por el miedo a él, como lo podemos ver principalmente hoy en día en religiones como el Islam, donde los creyentes tienen miedo mortal de su dios al que sirven como esclavos en lugar de hacerlo como hijos.
Todos debemos ser hijos de Elohim a través del Ruach HaKodesh, cuando el Espíritu del Hijo Yahushua llene nuestros corazones para gobernar desde dentro.
Así el Mesías aplica la Ley en nosotros, sin que tengamos que hacer el esfuerzo de respetarla. Simplemente comienza a funcionar por sí de dentro de nosotros, como por instinto.
Por tanto, Pablo ataca no solo al falso judaísmo, que es fundamentalmente humano, sino también a este cumplimiento de la Ley original que se basa en el esfuerzo del hombre por querer perfeccionarse. Este esfuerzo humano es inútil y dañino. Ambos conducen a la muerte.
¿Por qué Pablo contradice a Yahushua? ¿“Ya no estamos bajo la ley” versus “Ni un ápice pasará de la ley…”?
Partamos de un principio fundamental que debemos aplicar en todas las circunstancias:
Si hay una contradicción entre las palabras de Yahushua y las de cualquier otro personaje en la Biblia, la norma es SIEMPRE lo que dice Yahushua.
Si no entendemos, no nos aferremos a lo que más nos simpatiza o a lo que los teólogos nos han metido en la cabeza a lo largo de los siglos. Hasta que seamos lo suficientemente sabios y espiritualmente maduros para entender las palabras de Pablo, que de hecho son a menudo muy difíciles de entender, debemos aferrarnos muy firme y exclusivamente a la palabra de Yahushua y actuar en consecuencia, porque ningún mal puede resultar de esto.
Luego, cuando alcanzamos el nivel de madurez y obediencia suficiente, nos daramos cuenta de que, en última instancia,
Pablo nunca contradijo a Yahushua
La gran diferencia entre ellos fue que a diferencia del mensaje de Yahushua, el mensaje de Pablo estaba dirigido principalmente a personas que ya habían nacido de nuevo y eran de edades y estados espirituales muy diferentes. Yahushua estaba en una situación «más simple», se podría decir, ya que todos estaban en el mismo nivel espiritual y nadie había nacido de nuevo y había recibido el Espíritu Santo todavía.
La ley engendra la muerte
La ley es un arma peligrosa como un cuchillo. Con ella se puede matar, mutilar y herir si se considera como una simple letra, pero también se puede utilizar para alimentarse, para cortar tumores y gangrenas, incluso para defenderse, en una palabra para mantener y preservar la Vida, si se vive en el Espíritu.
La letra mata y el Espíritu da vida.
2 Corintios 3:6
Y si no aprendes del Padre cómo usarlo, te haras daño a tu mismos y a los demás. Y si la rechazas por miedo o por cobardía, al final la ley misma te juzgará.
La Ley es la Palabra, y la Palabra se hizo carne. El que no muere como un hombre viejo y no resucita como una nueva creación en Yeshua, en la Palabra, en la Ley Viva, será alcanzado por el juicio de Yahushua cuando regresará.
La cuestión de los débiles
La raíz de todo lo que parece contradictorio en lo que dice Pablo es el concepto de debilidad. Él pone en segundo plano todas las leyes y mandamientos de Elohim para los débiles, para los que aún son niños en espíritu, para que no los carguemos con cosas que aún no les conciernen. Los temas que conciernen a los mayores no deben ser tratados en oídos de los más jóvenes, para que ninguna costumbre, dogma u otra tradición falsa llegue a velar el corazón de los niños. Si se obligaran a hacer cosas en lugar de dejar que el Mesías los moldeara desde dentro, eso sólo los alejaría del Espíritu del Mesías.
Porque la ley de la VIDA y del AMOR prevalece sobre todas las demás.
Si se ha restablecido en nosotros una ley que aún no se ha restablecido en nuestro prójimo, evitemos enseñarles a obedecerla, porque en lugar de acompañarlo por el camino de la santificación, lo pondríamos nuevamente bajo la maldición de la ley. Así, su relación con la ley se reduciría a la letra, a las formalidades, al farisaísmo, en una palabra, a la religiosidad. Lo haríamos un fariseo y no un discípulo capaz de discernir por sí mismo, a través del Espíritu, lo que debe pensar y actuar en una determinada situación y en un determinado momento de su camino. Terminaría obedeciendo los decretos con la esperanza de obtener más recompensas y bendiciones y extrañaría la conducta del Ruah HaKodesh quien a su vez terminaría retirándose momentáneamente por falta de sumisión a Él.
Los mandamientos se han cumplido en mí cuando ya no los obedezco por obligación, sino instintivamente, sin pensarlo e incluso deseando profundamente cumplirlos y sin siquiera poder imaginarme hacerlo de otra manera.
Es bueno poder resistir la tentación. Pero si el problema no se resuelve a nivel del espíritu y obedecemos la voluntad de Elohim sólo a costa de luchas internas, tarde o temprano surgirán grandes problemas en nuestra vida espiritual. Lo que todavía tengo que resistir cuando ya he nacido de nuevo es un pecado del que aún no estoy libre. Es por tanto necesario deshacerme de él, limpiarlo para que el poder del Mesías no deje de progresar en mí. Este mecanismo no es más que el
PROCESO DE SANTIFICACIÓN
El pecado es la raíz de todo desorden y de todos los obstáculos. Sólo la ley puede exponer el pecado. Y Yahushua puede liberarnos del pecado aplicando los Mandamientos. Porque Él es Sumo Sacerdote que ejecuta juicio contra el pecado en nuestros corazones – al nivel de nuestra mente.
Somos los Templos de Su Espíritu y Él ministra en nosotros como Sumo Sacerdote según el orden de Melkishedek y según todos los Mandamientos concernientes a los Sumos Sacerdotes que desde hace mucho tiempo han sido revelados en la Torá. En lugar de terneros, novillas, cabras y otros animales, Él quema nuestros pecados restantes mediante la ejecución de la Ley.
Esto puede manifestarse a nivel de nuestras relaciones con nuestro entorno en el mundo visible: relaciones mueren, otras reviven o surgen; vínculos se rompen, otros se fortalecen; personas hasta ahora hostiles cambian repentinamente su actitud hacia nosotros; nuestras condiciones de vida se estabilizan o incluso mejoran; etc. Pero pienso aquí sobre todo en los problemas internos de nuestra persona que, como obstáculos, nos impiden avanzar.
La raíz de todo pecado es la infracción de una ley. A la larga esto implica la muerte si no nos desprendemos del pecado, pero también puede engendrar vida si el Espíritu del Mesías nos libera de él. Es dejando que Yahushua aplique la sentencia contra el pecado que hay en mí que al mismo tiempo me libera de él. Así que es Él, Yahushua, quien toma el lugar del pecado en mi corazón para que Su Ley de ahora en adelante sea aplicada en y a través de mí. Obedezco así la orden dada, porque ella vive dentro de mí y actúa por sí misma, sin esfuerzo, como el soplo que da vida.
Como hemos discutido en varios otros escritos, la Ley, como leemos en las 10 Palabras, o Mandamientos, son promesas, no fueron escritas en modo imperativo en el hebreo original, sino en tiempo futuro: (si Él vive en nosotros y vivimos en Él), entonces no robaremos, no mataremos, no engañaremos, no fornicaremos…, porque ya no querremos.
Los débiles necesitan leche. Necesita experimentar y ver la Gracia, escuchar la Evangelio, experimentar la liberación, la curación, para que su fe se fortalezca. Luego, gradualmente, comenzará a tener hambre de alimentos cada vez más sólidos. Además de las 5 leyes fundamentales que Pablo nos enumera en Hechos 15:29 (beber sangre, ahogar animales, fornicación, etc.) que todos debemos aplicar desde el principio, tarde o temprano
debes tener la curiosidad de aprender lo que contiene la Palabra, incluidos los mandamientos que se encuentran en los 5 libros de Moisés.
Si queremos conocer cada vez más a fondo la esencia del Mesías, entonces debemos dejar que comience este proceso.
Y mientras masas de maestros predican la negación de la ley, masas aún mayores de creyentes se ven privados de esta curiosidad y de la capacidad de ir en busca de alimento sólido por sí mismos, no a través de maestros, sino independientemente, como adultos espirituales, a través de la guía directa y la enseñanza del Ruach HaKodesh. Cuando, según la promesa, ya no nos enseñemos unos a otros (Jeremías 31:33 y Hebreos 8:11).
Todos tenemos que alcanzar este nivel de madurez espiritual permitiendo así que el Ruach HaKodesh cumpla esta promesa en nosotros y dejar de enseñar a nuestros propios hijos espirituales cuando ellos también se conviertan en adultos como nosotros. Como en el caso de una familia física. No somos los mismos padres para nuestros hijos adultos que cuando eran niños. Una vez que crezcan, en el mejor de los casos debemos presentarnos ante ellos como testigos y ejemplos.
Por tanto, no prohibamos a nadie comer conejo o cerdo, celebrar el domingo y la Navidad, o poner nombres extranjeros al Eterno, siempre y cuando estas personas lo hagan con un corazón puro y que sean todavía inmaduros de espíritu, porque ofenderlos. Y, si él nos escuchara y regresara a los originales, a lo sagrado, pero no es Ruach HaKodesh quien restaura estas preguntas en su corazón y en el momento apropiado, sino yo y a nivel de su intelecto, entonces yo hubiera trabajado en vano.
Porque es posible salvarse incluso ahogándose en carne de cerdo, si el Salvador nos pilla a tiempo y le decimos sí. Nadie debe intentar forzar o acusar a alguien que, por pureza de corazón, aún no cumple un decreto que ya se ha vuelto importante y natural para nosotros.
Pero si ya no eres parte de los débiles, porque ya eres adulto o al menos lo suficientemente maduro para pasar a cosas más serias, entonces deja de hacerte el niño y pretender no preocuparte por toda la Palabra de Elohim. Porque si sigues alejándote y negándote a conocer y obedecer la ley, terminarás en un gran problema.
A partir de cierta edad, también nos pueden golpear con palos si continuamos con nuestro infantilismo.
En nuestro ministerio, no debemos jugar a ser pequeños cristos juzgando a los débiles, sino presentarles al misericordioso Yahushua. Porque aún no ha llegado el momento del regreso del Mesías que juzga. El tiempo de la Gracia aún continúa, pero la Ley sigue siendo eterna y válida. Cualquiera que predique lo contrario está predicando un evangelio extranjero. El hecho es que la Ley es aplicada por Ruaj HaKodesh en la vida de cada individuo, según su edad espiritual.
Regresar a la Torá es en sí mismo un acto de suicidio. Pero no volver a la Torah es igualmente suicida. Regresar al Antiguo Testamento pasando por alto Shavuot/Pentecostés – es decir el conducto de Ruach HaKodesh – conduce a la muerte. Tenemos que entender que la Torá debe quedar grabada en nosotros en la mente a través del Ruach HaKodesh, y luego comenzamos a darnos cuenta con nuestra conciencia cómo funciona en la práctica todo lo que estuvo escrito en la Torá hace mucho tiempo.
No debemos enseñar la cruda ley a nuestros hermanos menores, sino mostrarles el camino a caminar con el Ruach HaKodesh, quien puede fijar los Mandamientos vivos en sus corazones.
Luego, cuando estemos convencidos de que Ruach HaKodesh también los dirige desde dentro, entonces podremos comenzar a presenciar cómo Él ha restaurado los Mandamientos dentro de nosotros.
A lo largo del proceso de Reforma, se fundaron varias iglesias como resultado del reconocimiento del día santo original de Yahuwah en el sábado como se describe en los Diez Mandamientos:
Acordarte de Shabbat, para santificarlo
Éxodo 20:8
En efecto, no leemos nada como: «querido hijo, por favor reserva un día de tu elección para adorarme…» sino que podemos ver que el Sabbath ha sido específicamente elegido por Elohim para que sea un punto de encuentro, un signo de nuestra Alianza.
El mismo Yahushua no hizo diferente. Sin embargo, cometió una especie de desobediencia «civil» o más bien «escribal» en ciertos Shabbat, curando a los enfermos y liberando a los prisioneros de sus pecados. Esto realmente escandalizó a los líderes religiosos de la época, ya que olvidaron que
El sábado fue hecho para el hombre, no el hombre para el sábado
Por lo tanto, la bendición del Sabbat se convirtió en una maldición para ellos, ya que soportaron un terrible yugo psicológico al tener que tener cuidado constantemente de no violar la ley del Sabbat.
Porque la ley de la Vida y del Amor está por delante de todos los demás decretos.
Más tarde, Yahushua también declara que
El Hijo del Hombre es (también) Señor del sábado.
Lucas 6:5
Eso significa que quienquiera que esté en el Mesías, él mismo está por encima del sábado junto con el Mesías.
Pero de esto no se sigue que tenga derecho a cambiar los días.
Porque en este caso te conviertes en prisionero de otro día por el solo hecho de designarlo. ¡Después de todo, Yahushua no murió en la cruz para dar paso a un nuevo día, sino para cumplir el existente!
Y estar por encima de la ley no nos da derecho a quebrantar la ley, sino que está bajo nuestros pies como uno de los cimientos para que nuestro propio templo, el templo de Ruach HaKodesh, no tiemble y se levante sobre tierra firme, sobre los fundamentos de la ley y de los profetas, sobre los cuales se construyó la Iglesia misma.
El propio Pablo nunca dijo nada más ni siquiera cuando pedía a los ancianos que no cargaran a los hermanos recién nacidos de nuevo con preguntas de días y fechas, ya que todavía son niños y pueden considerar otro día como santo según la pureza de sus corazones.
Mientras se haga por ignorancia y con un corazón puro, es un sacrificio de olor agradable ante los ojos de Elohim. Que lo hagan mientras su adoración sea impecable. Sin embargo, Pablo no lo agrega, pero está claro que tarde o temprano, como consecuencia del proceso de santificación y madurez en espíritu, Ruach HaKodesh va a restaurar el orden original en ellos también. No es asunto nuestro saber hasta cuándo Elohim les concede su paciencia y cuándo llegará el momento para cada uno de ellos.
La Voluntad original de Yahuwah, sin embargo, es santificar/separar el Sabbat que es el sábado.
Por tanto, nadie os juzgue en comida, ó en bebida, ó en parte de día de fiesta, ó de nueva luna, ó de sábados: Lo cual es la sombra de lo por venir; mas el cuerpo es de Cristo.
Colosenses 2:16-17
En cuanto al sábado original como sombra, que todos se abstengan de crear otra sombra en lugar de la anterior y del original. Además, todo esto para crear una serie de ceremonias religiosas alternativas similares: «Entonces nos reunimos, en este lugar en particular, esto está permitido, esto no, cantaremos esto, durante este tiempo, debemos leer esta porción de las Escrituras, orar esto y de tal manera, pon tu diezmo en tal caja y tus ofrendas en tal canasta… y sobre todo: Éste va a predicar porque tiene el conocimiento requerido según nuestros requisitos teológicos establecidos, como los escribas en los tiempos de Yeshua, etc. Esos lugares donde están entrenando robots religiosos en lugar de hacer discípulos por renacimiento y dejarlos ser guiados directamente por el Espíritu Santo.
El Santo Tabernáculo en el desierto, que es nuestro modelo, es móvil, flexible y va de aquí para allá bajo la guía de Ruach. Entonces la Ley/los Mandamientos y la del Shabbat dentro de ello, son igualmente móviles, flexibles y tienen que funcionar como bendición y medio para dar y fortalecer vida según el lugar y la situación.
Shabbat como sombra o Realidad del Mesías
Para nosotros, como levitas en el Santuario Celestial, cada día es sábado y día santo.
Como con todas las otras Fiestas de Yahuwah, siendo sacerdotes Levitas viviendo y sirviendo en el Mesías, estamos experimentando todas las Fiestas y Sabbats de manera permanente en la presencia de Yahushua. Para nosotros y en espíritu, todos los días son sábado, Yom Kipur, Pesaj y todos los demás días festivos. Lo que nos importa ya no es el calendario, los tiempos y las horas, sino la continuidad y el cumplimiento de los Momentos Santos en nuestros corazones. Ver más sobre esto: Fiestas Eternas.
En la dimensión temporal, los grandes eventos de la Historia de la Salvación se cumplieron todos en días festivos bíblicos, por lo que después de Shavuot (Pentecostés) el próximo gran evento pendiente de cumplirse será Yom HaTrua (Día de las Trompetas). Así que las fiestas también tienen varias dimensiones, consulta el otro artículo. Pero aquí sólo vamos a analizar las fiestas a nivel personal y no histórico o universal).
Pero,
los que no pertenecen al Mesías todavía están bajo la ley,
y estas leyes se les aplican según su orden original.Porque a diferencia de la circuncisión, el sábado se menciona en las dos tablas de piedra, lo que significa que es parte de los 10 Mandamientos. Así también se aplica a toda la Iglesia y al pueblo de Elohim, los nacidos de nuevo en el Mesías. Como leemos varias veces con el sacrificio de la Pascua, debes tener una ley para el extranjero y el extraño, etc. Pero como discípulos nacidos de nuevo la ley ya no es según la mera letra, sino que vive y actúa en nosotros a través del fuego del Espíritu Santo. Ese es el punto principal que me esfuerzo por hacerte entender a través de prácticamente todas mis enseñanzas.
Porque Shabbat es una señal entre los hijos de Israel y Elohim. Esta señal también debe ser respetada y proclamada como ley eterna por aquellos que no son parte de los hijos de Israel, quienes ya están exentos de la estricta observancia de esta señal, pero por haber llegado a ser hijos de Elohim por la Sangre del Cordero, deben conocer la esencia de este sábado eterno y, como señal aún mayor, debe ser visible sobre ellos en todos los días de la semana. (Por ejemplo, cuando te das cuenta de que la gente nota lo estable que eres, lo optimista que eres, incluso en situaciones en las que están en pánico. Cuando todos tienen miedo de algo, pueden ver que literalmente caminas sobre el agua y no te afecta espiritualmente las traumas que afligen a las personas seculares o incluso a tus hermanos religiosos. Este es un tipo de Shabbat constante que se experimenta internamente).
Y los que son extranjeros, quienes aún no se han unido al pueblo de Elohim a través de la Sangre del Cordero, ellos también deben conocer estas leyes. Después de una semana de trabajo, es natural que en los días señalados vayan hacia nosotros, los levitas, si están buscando a Elohim. Para nosotros los días festivos, los horarios y los calendarios son importantes y deben respetarse en este nivel, porque debemos saber que nuestro servicio, nuestro ministerio al mundo exterior se vuelve particularmente intenso en estos momentos.
En esos momentos, los corazones se abren más, las carreras y las prisas cotidianas se detienen y la apertura a la Palabra de Elohim aumenta. Porque, te guste o no, el sábado tiene una fuerte influencia espiritual y mundial en todas las criaturas creadas y ellas lo sienten en lo más profundo de sus mentes y corazones.
En estos días tenemos que estar atentos y de esta manera tenemos la responsabilidad de invitar a los de afuera al respeto de estos días señalados según el calendario. Además, incluso las fiestas falsas también pueden utilizarse, de manera inteligente, en lugar de destruirlas inmediatamente a los ojos de quienes todavía las respetan. Ya que para ellos estos días falsos (domingo, Navidad, etc.) son días festivos en los que sus corazones están más abiertos de lo habitual para que eventualmente puedan recibir mejor el Evangelio.
¿Qué pasa con el domingo?
Enfaticemos que el domingo, el primer día de la semana, Yom Echad, es un día muy especial y casi tan importante como el sábado. ¿Por qué? Porque en este día el Todopoderoso inició su obra de creación. En este día, Elohim trajo la Luz, es decir, Sí mismo como el Mesías, al mundo ya caído que languidecía en el caos y la oscuridad (Tohu VeBohu). Presumiblemente, el primer día de la semana (domingo), la misma Luz del Mundo nació en el mundo visible en la persona de Yeshua de Nazaret. También al amanecer del domingo, en el momento en que el Sabbat cambiaba al día siguiente, nuestro Señor Yahushua HaMashiah se levantó y fue principalmente más tarde ese día que la realidad de la resurrección fue percibida por los testigos externos. En definitiva, sin el día de la creación, sin el primer día de la semana, no podría existir ni el sábado ni ningún otro día. Tanto la creación como la nueva creación e incluso el regalo del Ruach HaKodesh a los primeros discípulos en Shavuot (Pentecostés) comenzaron en este día que es el símbolo de todo nuevo comienzo. ¡Ninguno de estos eventos podría haber ocurrido cualquier otro día!
A pesar de todo esto, ni Yahuwah ni el Mesías ni el Espíritu Santo revelaron jamás a nadie que deberíamos cambiar del sábado al domingo.
¿Por qué entonces muchos todavía consideran que el domingo es más importante?
¿Porque los discípulos se reunieron el primer día de la semana, como leemos en el Libro de los Hechos?
Sí, ya que también se reunían todos los demás días de la semana. Además, leemos que aparecían entre sus hermanos judíos tradicionales en las sinagogas los sábados.
¿O porque también leemos que Pablo recogía las donaciones el primer día de la semana?
Bueno, desde una perspectiva judía, esta es exactamente la prueba de que los domingos no eran considerados santos por los primeros discípulos, ya que nunca tratamos con dinero ni ninguna otra cosa material en un día santo. La recogida de donaciones es el símbolo del inicio de la obra. El capital se recoge para distribuirlo, para utilizarlo en el servicio, en el ministerio, es decir, en el trabajo.
En mi propio idioma nativo, por ejemplo, que es el húngaro, aunque habrás notado que mi acento parece bastante francés para ser un húngaro, pero no entremos en mi pasado difícil para evitar complicar aún más las cosas, pero en húngaro el domingo es Vasárnap que es una derivación de dos palabras: Vásár que significa mercado y Nap que significa día y sol. Entonces aquí también podemos darnos cuenta de que el primer día de la semana está lejos de ser santificado sino más bien el día del mercado, cuando compramos los alimentos que necesitamos para la semana siguiente para comenzar nuestro nuevo viaje equipados con todas las comodidades y energía que necesitamos.
Después de su resurrección, nuestro Señor se apareció a los discípulos, simbólicamente en domingo, porque se abría ante nosotros un nuevo comienzo, y no para designar otro día que debía observarse por encima de los demás según un nuevo orden farisaico. Esto es lo que los judíos tradicionales hacen con el sábado hasta el día de hoy. Están percibiendo la ley del Shabbat desde abajo estando ellos mismos todavía bajo la ley. Por lo tanto, están sufriendo constantemente para respetar todas las regulaciones (principalmente porque le han agregado todas las cosas judaicas babilónicas, pero este no es el tema de este artículo).
La ley sigue siendo la ley, el mismo Yahushua no cambió ni un ápice, es decir, ni siquiera tocó la letra más pequeña, ¡y menos aún reemplazó una palabra completa como Shabbat para transcribirla en Yom Ejad! Pero al entrar en Su cuerpo, entramos en un reposo sabático eterno, donde vivimos la santidad de este día en todo momento y para siempre. El cristianismo tradicional hizo un domingo «estresante» del tradicional sábado «estresante» judío, es decir, declarando que un día en particular es elegido por encima de los demás y, además, su elección no recaía en el original. Además, están haciendo todo esto sobre la base de lo que Pablo declaró de que ya no debemos preocuparnos por los tiempos y días designados del calendario. Este fenómeno no es más que la preservación del fariseísmo mezclada con la distorsión de la ley. ¡Doble error! …Porque ya está obrando el misterio de iniquidad… 2 Tesalonicenses 2:7
La Sangre del Cordero nos liberó de guardar el sábado según la letra y el tiempo, para que pudiéramos vivir en sábado continuo y no elegir otro día para seguir celebrando el nuevo a la antigua manera farisaica grabada en piedra.
Al igual que en el caso del nacimiento de Yahushua, Elohim nunca le pidió a nadie que celebrara su resurrección o el envío de Su Espíritu en ningún día particular de la semana en reemplazo del Sabbath.
¿Están equivocados los observadores del domingo?
¡Sí, claro! ¿Por qué?
Porque no entienden ni reconocen lo que se acaba de explicar más arriba. Pero sobre todo
en la mayoría de los casos, sus domingos son sólo los restos de una raíz católica desarraigada
¡Y ese es básicamente el mayor problema con este tema! No se trata de que algunos creyentes se reúnan en este día. Pero entonces, ¿por qué otros grupos e iglesias no eligieron el miércoles, el jueves o cualquier otro día? ¿No para reuniones de jóvenes u otras ocasiones especiales, sino para sus cultos? Si el día no es tan importante, ¿por qué esta exclusividad en torno al domingo?
Ni siquiera se dan cuenta de que, al no haber reconsiderado la cuestión del día de descanso semanal desde el comienzo de la Reforma, siguen perpetuando la rebelión Constantiniana, que pretendía «desjudaizar» la recién adoptada religión estatal y cambiar los tiempos, fechas y hasta los nombres.
La prueba de qué es realmente el culto dominical y cuáles son sus raíces se puede encontrar en los propios idiomas inglés y alemán: Sunday – Zontag
Los latinos tuvieron suficiente inteligencia, o más bien astucia, ya que fueron los iniciadores del ataque terrorista de Constantino el “grande”, para crear un nuevo nombre para el primer día de la semana que deriva de la palabra Señor: Domenica/Domingo/Dimanche).
El imperio romano de la época tuvo que preservar muchas tradiciones, dioses y fiestas paganas para que las masas paganas que vivían entre ellos no se rebelaran contra el nuevo orden. Así es como el día santo del Dios Sol (Sunday – Zontag) se había apoderado del sábado original de Elohim. Lo mismo ocurrió en el caso de la Navidad, la Pascua y todas las fiestas de toda clase de santos.
Por eso, es importante para nosotros, discípulos de una cierta edad espiritual en el Mesías, recordar que la obediencia no consiste en hacer aceptar a Elohim una distorsión de origen humano o incluso demoníaco para no alterar los espíritus y mantener unido el rebaño, pero por el contrario
Corresponde al Hombre cumplir con las reglas establecidas por Yahuwah. Esas Reglas que se hicieron carne en el Mesías y que se cumplen en nosotros por el Espíritu Santo.
Pero nuevamente, ya no por letras de tablas de piedra o textos impresos en libros, sino por el grabado de lenguas de fuego en nuestros corazones, cuando sentimos en nuestro interior que el mero pensamiento de aceptar el sábado como un día separado trae paz y esto sin sentirme obligado a arrastrarme por el suelo en señal de sumisión ni a atarme de pies y manos para asegurar el total respeto a los mandamientos. Por el contrario, sentimos y experimentamos este tipo de libertad cuando sabemos que podemos y debemos también sanar a las personas como lo hizo Yeshua, o incluso subirnos a un automóvil y conducir unos kilómetros para sacar un burro del pozo, porque ese es el momento en que lo necesita.
Podemos experimentar esta sensación de libertad cualquier día de la semana.
Si soy obediente a las leyes que Ruach HaKodesh ha puesto en mi corazón y espera de mí de acuerdo con mi madurez, de acuerdo con mi edad espiritual, no tengo que pensar en lo que debo o no debo hacer en este día al igual que en los demás. La ley vive dentro de mí, y si la obedezco, no importa lo que yo haga, no la quebrantaré, porque no tendré el deseo ni el pensamiento de hacer algo impío.
De ahora en adelante nadie debería querer trasladar a nadie de la esclavitud del sábado original a la esclavitud de un domingo falso, porque tal persona no habría entendido nada de la dirección del Espíritu Santo y de lo que significa ser nacido de nuevo o siendo un adulto en el espíritu. No te mientas con divagaciones teológicas y sobre todo no profanes los acontecimientos santos que sucedieron el primer día de la semana, imponiendo tu nuevo y falso farisaísmo a ti mismo, a otras personas o incluso al mundo entero.
Algunas reflexiones sobre las iglesias que guardan el Shabat
No se debe pensar que volver al sábado te convierte en extra-cristiano o asegura tu salvación en sí mismo. Desafortunadamente, es muy triste que la mayoría de las iglesias que guardan el sábado simplemente restauren este Mandamiento en un nivel mental tan farisaico que la falta de contenido espiritual no sólo vuelve inútiles sus esfuerzos y reformas, sino que también los convierte en enemigos aún mayores de la restauración del verdadero sábado que la propia Iglesia Romana y los otros pequeños Vaticanos supuestamente reformados con sus falsos domingos y fiestas.
Muy a menudo, los observadores del domingo son literalmente condenados y se plantea la cuestión de la salvación si alguien insiste en observar el domingo, incluso por ignorancia. Lo subrayo por ignorancia. En mi opinión, haber sido iluminado y aún rebelarse contra esto puede conducir a la pérdida de la salvación (como cualquier otra rebelión consciente). Pero la mayoría de los creyentes simplemente son engañados y, en ausencia de una visión espiritual, ya que su renacimiento es obstaculizado o al menos eclipsado por algún tipo de pastor u otra persona llamada maestro, el engañado no se da cuenta de que está actuando en contra de la voluntad de Elohim. De todos modos, condenar a los ignorantes es una versión más grave del delito de condena.
Mientras tanto, en lugar de estar llenas del Espíritu Santo, estas comunidades idolatran a sus propios fundadores de iglesias junto con sus propias teologías, y la falta de la dirección del Espíritu Santo los ha llevado en algunos casos de regreso al judaísmo rabínico abiertamente sin Cristo. Esto es lo que ocurrió en Transilvania en el siglo pasado, donde algunos creyentes, finalmente fueron ejecutados en cámaras de gas junto con los judíos verdaderos.
En varios casos, sin embargo, su camino no conduce al judaísmo, sino a un estado de sectarismo marginal similar al judaísmo, donde el rango del Mesías Yahushua es cuestionado y degradado, y quien es el Creador es menospreciado al rango de simple criatura. Además, caen en un cierto tipo de teología de reemplazo al comenzar muchas veces a negar la judaidad de los judíos de hoy, es decir que caen en el antisemitismo abierto. La promoción de las teorías jázaras, etc., teoría que puede ser cierta de todos modos, pero en este caso el resultado del asunto sorprenderá a muchos, ya que no significaría en absoluto que nosotros, los judíos asquenazíes, no seamos descendientes de Jacob, ni siquiera (si en realidad hemos hecho un pequeño recorrido de unos cientos de años en un área llamada Khazaria. Pero esto lo explico con más detalle en mis escritos sobre La reunión de las tribus de israel y en Antisemitismo y anticristianismo.
Por lo tanto, es un fenómeno básico de las tendencias sabbatistas de hoy que se mueven rápidamente en dirección al judaísmo, donde el énfasis está en aplicar la ley al pie de la letra, mientras que el Mesías es degradado y el Ruach HaKodesh sólo puede imaginarse en teoría.
También se convierte en una especie de unitarismo cuando comienzan a negar la realidad de la triple aparición de Elohim. La falsedad de la doctrina de la Santísima Trinidad, que busca multiplicar la persona del Único Elohim, lamentablemente lleva a muchos a negar la Triple Santidad de Elohim: los tres principales roles y formas de aparición como el Padre, el Hijo y Ruach HaKodesh. Tarde o temprano, un gran número de sabatistas empiezan a cuestionar la divinidad del Mesías. Es entonces cuando declaran que Yeshua es una criatura o incluso lo identifican con el arcángel Miguel. (Más sobre esto en mi artículo/video¿Santísima Trinidad o Triple Santidad?) Y en cuanto a Miguel, brevemente: ciertamente también apareció en forma humana y todos los signos apuntan al hecho de que no era otro que el mismo Moisés; el otro arcángel Gabriel era presumiblemente Eliyahu y Juan (el bautista), pero puedes aprender más sobre esto, en mis escritos sobre Terumah y B-Reshit / Plan-B.
La cuestión es que aquí, como en tantos otros casos, un extremo falso lleva a quienes se dan cuenta de que hay algo mal en las explicaciones o teorías anteriores a caer en un otro extremo igualmente falso.
Menciono estos casos para que veamos que si bien es muy bueno y necesario volver a las raíces judías, una parte de las cuales es Shabbat, pero
si todo esto no se hace en el Mesías, a través de la guía de Ruach HaKodesh y nuestro renacimiento,
luego volvemos a estar bajo la ley según la letra, lo que tarde o temprano nos mata. En ese caso, me atrevo a decir, habría sido mejor para tal persona si se hubiera quedado donde estaba, en su antiguo Egipto o en Roma con todos sus falsos domingos.
Ambos campos tienen serios problemas que resolver. El testimonio distorsionado del campo shabbatista sobre el sábado es responsable de que tanta gente todavía queda en sus domingos. Sin embargo, la mayoría de las personas nacidas de nuevo y llenas de Ruach HaKodesh todavía se niegan a resolver este problema y renunciar a sus domingos. Incluso entre los creyentes religiosos, no nacidos de nuevo y no llenos del Espíritu, muchos se esfuerzan más por observar las leyes que a Ruach le gustaría operar en ti también, ¡si finalmente lo permitieras! En el primer campo, poco a poco se hunden en su farisaísmo, y en el segundo, tarde o temprano acaban por entristecer al Espíritu Santo.
Reforma verdadera y efectiva
¡Finalmente tenemos que aceptar una verdad fundamental!
cualquier reforma sólo puede venir a través del Espíritu Santo.
¡Sólo las cosas que han sido grabadas con fuego en tu corazón deben ser consideradas como verdaderas Reformas y no aquellas buenas ideas intelectuales y teológicas que pueden surgir de tu mente porque las lees en la Biblia!
¿La pregunta es si tenemos el Espíritu Santo o no?
Si lo tenemos, ¿el Espíritu Santo ya expresó su voluntad sobre este asunto en nuestra vida personal?
Si es así, ¿le obedecemos?
Si no, entonces tomemos la decisión correcta y no nos rebelemos más.
Si aún no tienes el Espíritu Santo, pidele a Yahushua el reconocimiento de tus pecados, para que puedas arrepentirte, bautizarte con agua y luego con Fuego. De lo contrario, seguirías evolucionando en tu religiosidad tibia y vacía.
Puedes guardar los sábados de esta manera, incluso estudiar las Escrituras vestido con kipás y ropas blancas, descubriendo muchas verdades, pero no puedes vivir la Verdad, porque nunca pasa de tu cabeza a tu corazón. Pero si ya tienes el bautismo de fuego, entonces abandona urgentemente toda tu rebelión infantil y finalmente crece, ¡porque estás en gran peligro!
Una vez más, mi propio testimonio: el descubrimiento de que Yahuwah es Su nombre no fue hecho buscando en las escrituras, sino que fue revelado por Ruach HaKodesh a través de mi propia boca, después de que le pedí a Elohim que me revelara la forma en que Él quería que lo llamara en el futuro. Otros llegan a esta conclusión después de largos y convulsivos estudios de las Escrituras. En muchos casos, con la ayuda de todo tipo de escritos no bíblicos, como libros apócrifos. ¿Cuál es la diferencia entre ambos? En el primer caso, el Mesías Viviente declara en voz alta, en lenguas, cuál es su voluntad. Pero en el otro caso la Verdad se descubre utilizando métodos de escribas (y fariseos) y surge de las letras secas que nunca cobran vida en ellos.
Primero, siempre debemos acudir al Mesías y preguntarle personalmente cuál es su voluntad, incluso confirmando la Palabra escrita. Pero primero debemos entregarle nuestras vidas a Él. También nos recuerda desde dentro lo que se encuentra en los Escritos. A menudo recibes de esta manera una palabra en tu corazón, que quizás sólo más tarde leas y te des cuenta de que ya estaba escrita en la Biblia hace mucho tiempo. Muchas veces, la Palabra confirma lo que ya has recibido en tu corazón.
Elijamos entonces la Totalidad que nos ofrece el Mesías, ya que es gratuita y su recompensa es la Vida Eterna.
A partir de ahí, depende de nosotros cuánto empoderamos al Espíritu Santo para que haga Su obra santificadora en nosotros de acuerdo con Su propia voluntad y horario. No culpemos a Satanás y a los espíritus extraños si nos quedamos atrapados en un determinado nivel espiritual, ya que somos los únicos responsables si les damos el poder para detenernos.
Detrás de la observancia del domingo se esconden los mismos poderes demoníacos que detrás de los sábados superficiales vividos de la manera tradicional.
Estos son los tipos de sábados que Yahuwah aborrece, y más aún en el caso de los domingos.
¿Será un tema decisivo del fin de los tiempos?
El Anticristo, no después de su aparición, ya que ya está en el mundo y podemos saber con mucha precisión quién es, sino cuando entre en escena y tome el poder sobre el mundo, cambiará, entre otras cosas, los tiempos. Esto ya lo habían cumplido en gran medida la Iglesia romana y su líder, uno de los principales precursores del anticristo, Constantino el «grande», precisamente y entre otras cosas en la conversión del Shabbat al domingo hace algunos siglos. Sin embargo, algunos cristianos piensan que esta profecía se cumplirá en los últimos tiempos imponiendo el culto dominical, mientras que otros, del otro campo, en realidad piensan lo contrario y que el Anticristo impondrá a todos volver al sábado. No puedo predecir si elegirá entre los dos. Como mencioné, el espíritu del anticristo ya habrá hecho esta modificación hace dos mil años. Sin embargo, si y a modo de confirmación, el Anticristo hiciera obligatorio un día determinado, éste no sería la marca de la bestia en sí misma, sino a lo sumo una parte de ella. (para que nuestros amigos adventistas entiendan el asunto). Pero aquí también la cuestión no será si su elección recaerá en sábado o domingo, sino que el problema será llevar todo al nivel de la formalidad y la superficialidad, más allá del hecho de que se exaltará y se erigirá en el templo de Elohim, proclamándose Elohim en lugar de Yahuwah, y el Mesías, en lugar de Yahushua.
Pero no nos engañemos. No es principalmente al Anticristo a quien debemos temer.
La persecución no vendrá principalmente del exterior, sino de aquellos a quienes todavía hoy podemos considerar nuestros hermanos.
Aquellos que, en lugar del modelo de la Iglesia original, siguen y ofrecen otras alternativas. Aquellos que ven su salvación en la Ley, o que la niegan mientras afirman tener Ruach HaKodesh, simplemente están pisoteando el orden mismo que es la esencia del Espíritu Santo y, por lo tanto, esencialmente están blasfemando contra el Espíritu Santo. Hay que temer estos fenómenos, porque matan a nivel espiritual y desde dentro.
Seamos lo suficientemente valientes para continuar con el trabajo de Ruach HaKodesh, incluso si causamos división en nuestras comunidades, incluso si los dos campos que acabamos de mencionar, los dos extremos nos maldecirán. Los fariseos te acusarán de ser libertino y los impíos te acusarán de ser legalista. Esto es natural y alégrate siempre que escuches esto de ambos lados, porque es una señal de que estás en el camino correcto.
De todos modos,
la reforma debe continuar hasta que regresemos al modelo de la primera y verdadera Iglesia descrita en el libro de los Hechos.
No llevamos a cabo esta reforma por nosotros mismos, sólo somos sus instrumentos. Sobre todo, nadie debe declarar que él trajo la última reforma al mundo, por grande que esté siendo su ministerio y ejemplo a seguir, porque la última sólo la realizará el mismo Mesías cuando regrese. Por nuestra parte tenemos que trabajar constantemente en la siguiente pregunta, debemos buscar siempre cumplir la Próxima Reforma a nuestro nivel humano. Deberíamos tener más cuidado al elegir los nombres de nuestros ministerios, ya que la palabra hablada tiene su peso en el ámbito espiritual y fácilmente podemos engañarnos pensando que después de lo que ya pasó, no queda más cambio o restauración por realizar. Podemos maldecirnos a nosotros mismos e impedir que continúe el proceso de santificación. Esto no es un juego. Simplemente tenemos que dejar que Ruach HaKodesh haga este trabajo, principalmente dentro de nosotros mismos. Lo único que Elohim espera de nosotros es que lo aceptemos en obediencia, cuando Él nos impulsa a cambiar desde dentro y a dar cada paso con valentía cuando nos dice que ha llegado el momento.
HUYE el impío sin que nadie lo persiga: Mas el justo está confiado como un leoncillo.
Cuando te acerques a una ciudad para combatirla, le intimarás la paz. Y si respondiere: Paz, y te abriere, todo el pueblo que en ella fuere hallado te será tributario, y te servirá. Mas si no hiciere paz contigo, y emprendiere guerra contigo, entonces la sitiarás. Luego que Yahuwah tu Elohim la entregue en tu mano, herirás a todo varón suyo a filo de espada. Solamente las mujeres y los niños, y los animales, y todo lo que haya en la ciudad, todo su botín tomarás para ti; y comerás del botín de tus enemigos, los cuales Yahuwah tu Elohim te entregó.Deuteronomio 20:10-14
Otra vez una ley que escandaliza a muchos de los elegidos que ven en ella la manifestación de lo que solían llamar el «Dios cruel y vengativo del Antiguo Testamento».
Hoy, para aquellos de nosotros que estamos bajo la Gracia en el Mesías, estas palabras realmente no se tratan de atacar y matar a nuestros enemigos, ni siquiera en defensa propia.
Entonces, ¿cómo explicar tal ley en el Mesías? Necesitamos saber que
las luchas continúan hoy más que nunca, pero ya no contra sangre y carne, sino contra las dominaciones
Para nosotros los creyentes, las batallas espirituales están en curso contra los ataques externos e internos. La mayoría de las veces, los celestiales luchan por nosotros, nuestro Señor y sus ejércitos angelicales nos están protegiendo. Pero hay situaciones en las que debemos confesar conscientemente las promesas de Yahuwah y ordenar a los espíritus extraños que se vayan en el nombre de Yahushua ya que no tienen más ningún derecho sobre nosotros.
Contra estas potencias extranjeras no hay piedad, ni humanismo, hay que vencerlas y destruirlas de manera radical. La victoria, sin embargo, siempre da como resultado que la parte victoriosa adquiera algún botín. En nuestro caso ese botín no es otro que la libertad que proviene de la liberación espiritual, pero de ella también provienen muchas otras bendiciones.
Cuando nos enfrentamos a estos espíritus enemigos a través de personas sobre las que ejercen su poder, entonces la situación es diferente y la estrategia cambia.
En primer lugar, podemos leer que la paz, el Shalom debe ofrecerse como una mano extendida.
Siempre debemos separar al pecado sí mismo de la persona bajo el yugo de ese pecado
Si el pecador, cuando nos oye, cuando le llevamos el Evangelio y que escucha las reglas básicas que todo hombre recibió en su corazón cuando fue concebido, entonces existe la posibilidad de que reconozca el pecado y se deshaga de él aceptando nuestra ayuda y nuestro ministerio, nuestro Shalom. Y traer a tal persona al Mesías será una gran victoria de la cual fluirán innumerables frutos tanto en la vida de la persona salvada como en la del siervo ministrante.
Como soldados del Mesías, debemos ayudar a nuestro Maestro a matar el viejo hombre en el espíritu de nuestro prójimo, para que él mismo se convierta en una nueva creación en el Mesías.
Los hermanos así nacidos de nuevo ya no serán nuestros siervos, como leemos en el mandamiento anterior, sino que serán siervos del Mesías como tú y como yo. Pero como lo leemos, nosotros también disfrutaremos del botín que resultará de estas victorias. Cada ministerio victorioso resulta automáticamente en la adquisición de nuevos hermanos y hermanas en el Mesías que pueden convertirse en nuestros compañeros de ministerio.
Es al ganar almas para el Mesías que acumulamos tesoros en el cielo, donde la polilla y el óxido no los destruirán y donde los ladrones no entrarán para robarlos. Este es el botín más grande que podemos imaginar.
Pero si por el contrario, la persona a la que llevamos el Evangelio no nos escucha, ¿debemos matarla? Claro que no. Al menos no en la forma en que pensamos. Una vez más, el juicio está enteramente en manos del Mesías. Si la persona resiste, no es contra nosotros, sino contra el Mesías que se rebela. Y si la persona persiste conscientemente en adherirse a los espíritus extraños que la tienen cautiva y la obligan a pecar, tarde o temprano el juicio del Mesías la alcanzará y puede conducirla a la segunda muerte, que será definitiva. Por nuestra parte, lo único que nos queda por hacer cuando nos enfrentamos a una persona rebelde es ponerla en las manos de nuestro Señor.
Yahushua también repite este mandato y lo pone en práctica cuando envía a sus discípulos al ministerio en Lucas 9 y 10: Y les dijo: No toméis nada para el camino, ni bordón, ni alforja, ni pan, ni dinero; ni llevéis dos túnicas. Y en cualquier casa donde entréis, quedad allí, y de allí salid. Y dondequiera que no os recibieren, salid de aquella ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos.Lucas 9:3-5
Debemos seguir este mandamiento, de acuerdo con su práctica reforzada por Yeshua: Ya no mataremos a nadie físicamente como era el caso en los tiempos del Antiguo Testamento. Solo nos sacudimos el polvo de los pies. Si rechazan la paz que les ofrecemos, se declaran enemigos de nuestro Señor. En ese momento, debemos entregarlos a la Corte Suprema a través de esta señal simbólica de limpiar el polvo de nuestros pies. Entonces, si persisten en su rebelión hasta el final, el Mesías mismo los juzgará de acuerdo con el Mandamiento anterior y original citado anteriormente.
En conclusión, el mandato original del Antiguo Testamento sigue vigente. Pero hoy, el Mesías es el único Juez y no los hombres. Pero como el tiempo de la Gracia también está vigente, Él mismo ofrece a todos la ejecución de nuestro hombre viejo a nivel del espíritu para que podamos recibir la Vida Eterna dejando nacer en nosotros a nuestro hombre nuevo. Pero en el momento del regreso del Mesías, cuando termine el tiempo de la Gracia, todas las leyes de pena de muerte se ejecutarán tambien en el nivel físico de acuerdo con el juicio original requerido por el Antiguo Testamento. Así, todos aquellos que no hayan aceptado esta Gracia, morirán dos veces y definitivamente.
Otro Mandamiento, perfeccionado por nuestro Redentor, cuando combinado y duplicado por la Gracia, se cumple al nivel del Espíritu.
Amarás a Yahuwah tu Elohim de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Estos dos mandamientos contienen todos los demás. Esto quiere decir que los 10 Mandamientos, 5+5, son la explicación y desarrollo de estos dos Grandes Mandamientos explicando con más detalle: COMO amar a Yahuwah ya tu Prójimo.
Y todos los demás mandamientos escritos en la Torá (Deuteronomio) son la extensión y las explicaciones más detalladas de los dos y los diez de los que resultan. Cada desarrollo nos ayuda a prever y reaccionar mejor en casos específicos.
Si Yahushua es el Verbo que se hizo carne (Jn 1,14), y si Yahushua es el Amor mismo, ¿cómo puede alguien decir que la ley ya no es válida hoy?
Pablo tampoco hizo tal declaración, aunque sus palabras a menudo parezcan contradecir esto (no estamos bajo la ley). Pero, ¿en qué contexto pronunció esta frase y quién es capaz de entender esto en espíritu?
El Espíritu del Mesías guarda la Ley. Si Él vive en nosotros, entonces la Ley ya no puede juzgarnos, por lo que realmente no estamos bajo ella.
¿Según qué otras reglas podría el Espíritu Santo guiarnos desde dentro, sino exclusivamente según la regla del Amor, que es la suma de todos los demás mandamientos de la Torá?
Yahushua tomó de las manos de los hombres el derecho de ejecutar el juicio que emana de la Ley y lo transfirió a su propia autoridad. Por lo tanto, se aplican incluso las leyes asociadas con la muerte. Pero solo Yahushua tiene el derecho de dar muerte a cualquiera. Y dado que el tiempo de la Gracia aún está vigente, su juicio solo se aplica a nivel espiritual por ahora, cuando nuestro viejo hombre sea ejecutado para que podamos convertirnos en nuevas criaturas.
¿Por qué Pablo contradice a Yahushua? ¿No estamos bajo la ley? / ¿No desaparecerá un solo ápice o una sola línea de la ley?
Partamos de un principio fundamental que debemos aplicar en todas las circunstancias:
Si vemos cualquiera contradicción entre las palabras de Yahushua y las de cualquier otro personaje de la Biblia, la norma SIEMPRE es lo que dice Yahushua.
Si no entendemos, no nos aferremos a lo que más nos gusta o a lo que los teólogos nos han metido en la cabeza durante siglos. Hasta que seamos lo suficientemente sabios y espiritualmente maduros para entender las palabras de Pablo, que a menudo son muy difíciles de entender, debemos aferrarnos muy firme y exclusivamente a la palabra de Yahushua y actuar en consecuencia, porque de esto no puede resultar ningún mal.
Entonces, cuando alcanzamos el nivel de madurez y obediencia suficiente, nos damos cuenta de que en última instancia
Pablo nunca contradijo a Yahushua
La gran diferencia entre ellos era que, a contrario del mensaje de Yahushua, el mensaje de Pablo estaba dirigido principalmente a personas que ya habían nacido de nuevo y que tenían edades y estados espirituales muy diferentes. Yahushua estaba en una situación «más simple» podría decir, ya que todos estaban en el mismo nivel espiritual y nadie había nacido de nuevo y recibido el Espíritu Santo.
Por lo tanto, los mensajes de Pablo hablan de manera diferente a las personas según sus nivel de madurez espiritual y sus antigüedad como discípulos. No le hablamos de la misma manera a un niño de 3 años que a un niño de 13 años, y no les exigimos lo mismo. A los pequeños se les pide menos y a los grandes se les aplican más reglas.
Pablo escribió sus epístolas según una especie de método de enseñanza diferenciado, como cuando un maestro educa a alumnos de diferentes edades y niveles en la misma clase y en paralelo. Cualquiera que sea profesor y haya tenido la oportunidad de trabajar así sabe de lo que hablo. Todo el mundo escucha todo lo que se dice, pero no todo es para todos, al menos no todavía o ya no. Por lo tanto, es necesario aclarar lo que el estudiante debe y no debe/más o aún no debe prestar atención, para no caer en la confusión.
Además, la tergiversación sistemática de las palabras de Pablo, como en el caso de muchos otros pasajes de la Biblia, se debe a que
los creyentes a menudo tienden a sacar uno u otro versículo fuera de contexto para darle un sentido que no tiene nada que ver con su significado original
¿Suavizó Yahushua al menos la Ley?
La Ley no sólo es válida, sino que lo es más que nunca.
Yahushua no abolió la Ley, sino que por el contrario la elevó a un nivel espiritual superior
En los tiempos del Antiguo Testamento era suficiente abstenerse de hacer cosas que estaban prohibidas, pero desde Yahushua, la sola idea de quebrantar una ley se considera pecado. No basta con no acostarse con alguien, ¡incluso hay que evitar imaginarlo! No basta con no matar al otro, ¡incluso hay que abstenerse de odiarlo en el fondo de nuestros corazones!
Sin embargo, la gracia consiste precisamente en que seamos liberados incluso de los pensamientos más ocultos y profundos que intentan tentarnos desde dentro. En efecto, si nacemos de nuevo, es decir, que nos arrepentimos, luego que recibimos el bautismo de agua y luego el de fuego cuando seamos llenos del Espíritu Santo, tenemos la promesa de liberación y limpieza de pensamientos inicuos.
Sin embargo, es imposible lograr el arrepentimiento sin recibir el juicio de la ley:
porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado
Romanos 3:20
¿En qué se diferencian el Antiguo y el Nuevo Testamento?
La diferencia entre las dos Alianzas es el material sobre el que están inscritos los Mandamientos: la piedra en el caso de la primera / el corazón de carne o el Espíritu en la segunda.
La gran diferencia entre el Antiguo y el Nuevo Pacto es que el primero era un pacto grabado en piedra, por lo tanto débil y esencialmente teórico. Mientras que la Nueva Alianza es el cumplimiento de la primera, que era sólo una sombra de ella. La segunda Alianza opera y actúa por medio del Mesías con poder y autoridad y ya no emana del ser humano, sino del Espíritu Santo por dentro del ser humano.
La Nueva Alianza, en cambio, libera al hombre de la carga de guardar la Ley, plantándola directamente en el corazón para que actúe por sí misma y de manera práctica.
¡La ley no ha cambiado ni una jota! Y si no me equivoco, el cielo y la tierra siguen ahí. Mateo 5:18
Vino añejo en odres viejos y vino nuevo en odres nuevos: el vino añejo no era otro que la letra grabada en la piedra, la que mata. El vino nuevo, en cambio, es aquel que es espiritual y está grabado en el corazón, dando vida.
Por otro lado
el Mesías es mayor que la Ley. Así que quien está en Él está por encima de la Ley con él
y su juicio no nos alcanza, así que ya no estamos bajo la ley; en efecto. Sin embargo, hasta que el mundo sea destruido, todo sigue funcionando según la Ley.
El antiguo pacto fue para el nuevo lo que Agar fue para Sara, lo que la esclava es para la mujer libre, lo que el monte Sinaí es para Sión y lo que Moisés es para el Mesías. Igualmente,
las tablas de piedra eran la prefiguración de estas dos lenguas de fuego
que aparecieron sobre las cabezas de los discípulos en Shavuot (Pentecostés) para penetrar y grabarse definitivamente en sus corazones.
Además, debe notarse que el Nuevo Testamento está mucho más caracterizado por la Ley que el Antiguo Testamento. Los “rabinos” contaron 613 mandamientos en la Torá además de los 10 mandamientos y las 2 leyes del amor. De hecho, calculo que la Torá contiene de 650 a 700 de ellos, porque varias leyes no han sido tomadas en cuenta. Sin embargo,
en el Nuevo Testamento tenemos mas de 1000 mandamientos
Estos «nuevos mandamientos» no son más que la clarificación y repetición de los antiguos, su reformulación, su refinamiento y su última práctica a nivel del espíritu. De hecho, ninguno de ellos es nuevo, sino que están íntimamente relacionados con los antiguos y son sellados por regla sacerdotal según el orden de Melquisedec, cuando la letra cobra vida.
Antiguo Testamento: Esclavitud / Nuevo Testamento: Libertad
La esclavitud es cuando tratas de obedecer la ley para agradar o complacer a alguien, en este caso a Elohim, pero en el fondo de tu corazón, te gustaría hacer algo completamente diferente, incluso completamente opuesto. ¡Qué carga tan increíble! ¡Qué vida llena de remordimientos y problemas de conciencia! ¡Qué enorme gasto de energía constante para poder contenerse de actuar según tus propios instintos! Así es la vida de un Sísifo, un esclavo en las galeras romanas, o nuestros antepasados judíos en Egipto, y cualquiera que crea que puede cumplir la Ley por sí mismo.
Pero cuando llega la libertad, son nuestros corazones los que se renuevan por el Espíritu Santo y según la Ley. Cuando somos libres cumplimos los decretos de Yahuwah, por medio del Hijo que vive en nosotros, con buen corazón y con toda nuestra alma, sin aspirar a otra cosa ni sin ningún esfuerzo especial de nuestra parte.
¿Qué pasa con las ordenanzas que rigen el Santuario, el sacerdocio y los sacrificios?
Estos decretos también funcionan de la misma manera. excepto hoy
tenemos un solo Sumo Sacerdote, Yahushua, y los miembros de Su Cuerpo somos todos Levitas asignados al ministerio de este Templo Celestial.
El Santuario terrenal era la imagen del Celestial, tal como lo recibió Moisés. Por tanto, la ley es la misma, sólo ha cambiado su orden y modo de aplicación. Yahushua recuperó el derecho de ejecutar el juicio de manos de los hombres. Sólo él está autorizado para aplicar las penas y esto a nivel del espíritu, mientras esté vigente el tiempo de la Gracia. Pero cuando regrese para juzgar al mundo, la ejecución de los castigos también se hará físicamente en y sobre el mundo visible. Allí destruirá definitivamente y a todos los niveles a los pecadores que no le hayan entregado a la muerte a su antiguo hombre.
El sacrificio se hizo de una vez por todas.
Sin embargo, se necesitan pequeños sacrificios adicionales para que el Cuerpo del Mesías funcione como un Santuario incluso hoy.
Sacrificio es cuando salgo a servir a los demás, sacrifico mi tiempo y mi energía. Además, a menudo soy yo quien siembra, pero no soy yo quien cosecho. Esto también es sacrificio. Sacrificio es también cuando entrego cosas, dando así la grasa de los animales que ofrezco en holocausto sobre el altar en lugar de consumirlos yo mismo. Sacrificio es también ayuno, cuando me retiro a orar, cuando crío a mis hijos en el nombre de Yahuwah, cuando pongo mi voluntad sobre el altar para que se haga la Suya y cuando voy a visitar a las viudas, a los huérfanos, a los enfermos, a los pobres y a los presos. Todas estas cosas son sacrificios y la base de todo ministerio.
Los antiguos decretos eran sólo sombras y promesas de estos sacrificios espirituales y perfectos del corazón.
Porque, en efecto, entonces fueron administrados y ejecutados por hombres. Hoy, sin embargo, es directamente el Mesías quien las hace obrar.
Pero también funciona en la dirección opuesta. Porque no sólo hay leyes de prohibición, sino también leyes de “goce”. El levita a veces se beneficia de las grasas y las cosas buenas, y tiene derecho a comerlas como le plazca. El trabajador merece su salario y nunca debe avergonzarse de aceptar limosna en cualquier forma y disfrutar de tales bendiciones. Basta no caer en los excesos y en el amor del dinero y de los bienes materiales y sobre todo no aceptar nada de personas que evidentemente nos quieren comprar.
El velo: y no solo sobre los ojos judíos
Así como en el caso de los judíos tradicionales cuyo falso Talmud y otras infecciones babilónicas les impidieron reconocer la Palabra que se hizo carne y apareció en Yahushua, el mismo velo viene a nublar la vista de gran parte del cristianismo. Es este velo el que les impide reconocer los Mandamientos en Yahushua. Aunque lo acepten como el Mesías, se niegan a ver en él el cumplimiento de lo que los judíos recibieron a través de Moisés. En ambos casos, Satanás se aseguró de que el velo se colocara entre la Ley y Yahushua.
Por el lado de los guardianes de los Mandamientos, éstos no los reconocen en Yahushua. Y del lado de los seguidores de Yahushua, siguen negándose a reconocer la Ley en Él.
Así que no tengamos miedo de la Ley, porque es nuestra mejor amiga. Es una herramienta que nuestro Elohim usa en nosotros para que no volvamos a caer en el pecado después de haber sido librados de él. Al negar la ley, obstruimos la obra del Espíritu Santo, y podemos llegar a entristecerlo.
Los mandamientos son como señales que nos ayudan a mantener el rumbo y el camino angosto que conduce a la salvación. Las señales de tráfico no son la meta ni el destino. Y quien los considera como tales, acaba chocando con ellos y muriendo.
El Mesías es la meta y cualquiera va a él recibirá la vida eterna.
La Ley es nuestro pedagogo para que podamos conocer cada vez más al Mesías y acercarnos a Él.
A medida que leemos los mandamientos del Antiguo Testamento, gradualmente nos damos cuenta de lo que significan para nosotros en las condiciones actuales. Qué simbolizan el burro, la vaca y otros conceptos relacionados con la agricultura. Incluso a un ciudadano contemporáneo, se le revelará lo que esto significa para él hoy. Podrá darse cuenta de que tal o cual ley ya se realizó en su vida y en una situación dada sin haberla conocido de antemano y sin haber tenido que pensar para actuar según ella. Lo habrá respetado no por miedo, sino instintivamente y por Amor a Elohim o al prójimo, porque estaba grabado en su corazón.
Conocer la ley después de nacer de nuevo fortalece nuestra fe de que el Mesías realmente vive en nosotros y da testimonio de la presencia del Espíritu Santo en nuestros corazones.
La ley verdaderamente se convierte en maldición cuando la tomamos en nuestras manos y la obedecemos para ganar alguna recompensa y/o cuando la usamos para juzgar a otros sin el Espíritu Santo y el Amor. Tales acciones son señales de que algo anda mal con nuestro Pacto en el Mesías. En tales casos, dite a ti mismo que pensabas que habías nacido de nuevo, pero tal vez tú o alguien te engañó. Examínate y pide bautismo de agua y/o de fuego, solo tú y Elohim saben lo que te falta y dónde estás en tu camino de dicípulo. Pero si sufres de estos síntomas, todavía estás en el nivel de religiosidad y de autosanctificación. Es para no caer en este error que otros, en cambio, eligen el otro extremo y comienzan a negar la Ley. En tal caso, también te haces transgresor de la ley, y no te das cuenta de que estás rechazando la mismaesencia del Mesías.
Que sólo aquel que los tiene grabados en su corazón hable de los Mandamientos y se atreva a enseñarlos.
En nuestro camino de discipulado, nuestra santificación se realiza por el hecho de que los mandamientos son sucesivamente restaurados y reactivados en nuestra mente.
Así que no nos interpongamos en el camino de la obra que el Espíritu Santo desea realizar en nosotros.
Cuando entres a la tierra que Yahuwah tu Elohim te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones. No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos.Deuteronomio 18:9-11
En la Torá encontramos varias veces la ley que nos prohíbe pasar a nuestros hijos por el fuego o sacrificarlos a Moloch. Una vez más surge la pregunta: ¿qué hacer con este tipo de ley en la Era de la Gracia una vez en el Mesías? ¿Cómo logra Yeshua esto en nuestras vidas si se lo permitimos? ¿Cuál es el espíritu de Moloch que pondría en peligro y mataría a nuestros hijos en nuestros días y en un sentido espiritual? ¿Qué podría quemarlos o más bien hundirlos en la depresión, para adaptar el concepto a nuestras realidades contemporáneas?
De hecho, ¿cuál es el fenómeno que se está infiltrando en las familias cristianas hoy en día y por el cual los padres a menudo inconscientemente conducen a sus propios hijos a través del fuego, sacrificándolos así al espíritu de Moloch? ¿Cuál es este defecto que está presente en muchos cristianos, que poco a poco dejan que sus hijos se sientan atraídos y abiertos a la adivinación, la brujería, la astrología, el espiritismo y cualquier otro tipo de prácticas ocultistas?
La respuesta se puede resumir en una palabra: ¡Tolerancia!
A veces, por debilidad, cobardía, compromiso o simplemente por cansancio y miedo a ser juzgados como fariseos, muchos padres cristianos simplemente dicen que: “Ya es bastante difícil para nuestros hijos vivir como creyentes entre los hijos del mundo. ¿Por qué no deberían tener también su propio teléfono inteligente? ¿Por qué no deberían poder navegar por Internet como quieran? ¿Por qué deberíamos prohibirles celebrar lo que todo el mundo celebra, decorar árboles de Navidad y jugar juegos estúpidos y violentos o mirar y escuchar todo tipo de películas y música primitivas y a menudo ocultistas?
Mis propios hijos ya han abandonado las habitaciones donde se cuida a los niños durante los servicios religiosos en las iglesias cristianas, diciendo que ya no quieren quedarse allí. O todo el mundo está absorto en sus teléfonos inteligentes o les ponen dibujos animados que tratan de cualquier cosa menos del Evangelio. Estas películas ni siquiera son neutrales, sino que están llenas de brujas, de brujería, demonios y otros personajes repulsivos. En este tipo de situaciones mis hijos se levantan de sus asientos y se van de estos lugares porque no les interesa; no es su mundo. Podrían haberse quedado, pero no lo hicieron. No salieron obligados, ya que fui yo mismo quien les pidió entrar, pensando que estarían en buenas manos’. Bueno, ¡me equivoqué en ese punto! Afortunadamente, tuvieron la sabiduría para protegerse de tales influencias. Gracias a Elohim, Ruach HaKodesh ya está trabajando lo suficiente en ellos para protegerlos de estas cosas desde adentro. Y obedecieron a su voz. Así que abandonaron la habitación, como nosotros salimos de todo este «mercado» cristiano también, donde de todos modos sólo éramos visitantes temporales, para llevar a cabo cierto ministerio que, naturalmente, no fue aceptado por su parte.
¿Cómo lo logramos?
¿Como es posible que nuestros hijos sean tan imunez hacia estas cosas? ¡Por obediencia! Porque en el Mesías esta ley antes mencionada se cumple como todas las demás. Esto significa que a menudo debemos prohibir ciertas cosas a nuestros hijos, pero de tal manera que puedan sentir el profundo contenido espiritual. No debe prohibirse por justicia propia, sino porque los Mandamientos viven en los corazones de sus padres nacidos de nuevo y que son llenos de Ruach HaKodesh. Esto implica permitirles echar un vistazo al horno ardiendo que es el mundo, mientras se les explica que es probable que resulten heridos si se acercan demasiado. De esta manera, podrán darse cuenta por sí mismos de que no se están perdiendo absolutamente nada y no volverán a recuperar lo que sus padres fariseos les prohibieron tan pronto como los padres les den la espalda y tengan la oportunidad.
Es esta ley la que debemos pedirle a Ruach HaKodesh que opere en nosotros en tales situaciones. Este mandamiento encuentra otros ecos y recordatorios en las Sagradas Escrituras. En los Proverbios de Salomón podemos leer la siguiente sabiduría: Instruye al niño en su carrera: Aun cuando fuere viejo no se apartará de ella.Proverbios 22:6 La necedad está ligada en el corazón del muchacho; Mas la vara de la corrección la hará alejar de él. Proverbios 22:15 No rehuses la corrección del muchacho: Porque si lo hirieres con vara, no morirá. Tú lo herirás con vara, Y librarás su alma del infierno.Proverbios 23:13-14
Es difícil seguir estas pautas en el mundo actual, ya que incluso los predicadores cristianos suelen enseñar algo muy diferente.
Yo mismo era un hijo del mundo. Estuve expuesto a muchas influencias dañinas durante mi infancia, principalmente a través de la televisión. Si alguien necesita saber algo por “conocimiento general” o para luchar contra él en espíritu como parte de su ministerio, no siempre es necesario estar inmerso en la cosa y haber sido parte de ella de antemano, especialmente durante la niñez. Todos podemos saber que el estiércol possiblemente no tiene un sabor muy bueno, sin que tengamos que probarlo de antemano para convencernos.
Pero en nuestro caso ni siquiera se trata de castigar severamente a nuestra descendencia, sino de cultivar en nosotros mismos una firme determinación y coherencia. Esto evitará que luego tengamos que reprender innecesariamente a nuestros hijos, o incluso tener que recurrir a la fuerza cuando podría ser demasiado tarde.
Con un poco de rigor y perseverancia, los niños desarrollan una forma de inmunidad y resistencia a las formas de aberraciones y estupideces mundanas. Siempre que los padres estén en el Espíritu Santo y no motivados por el espíritu religioso y legalista de observancia seca y literal de la ley. Es fundamental imponer prohibiciones, pero siempre haciéndoles comprender y ver que lo que ahora les prohibimos está en el origen, la raíz de tantos problemas que claramente están destruyendo la vida de sus camaradas incrédulos ante sus ojos. Pueden verlo por sí mismos (la avaricia, la maldad, el egoísmo, los niños demasiado prematuramente desilusionados y agotados, etc.). Vale la pena mostrarles lo que les “falta”, pero de forma controlada y al mismo tiempo ofrecerles alternativas con mucho más contenido y sustancia. En lugar de tener un televisor, todo lo que se necesita es una computadora, donde los padres puedan controlar lo que los niños pueden ver o no. También es fundamental no concederles nunca acceso ilimitado a Internet.
En las familias cristianas se puede observar el siguiente fenómeno: sus hijos, aunque conocen a Yeshua, pero debido a que sus padres les permiten hacer las mismas cosas que la gente del mundo, se encuentran en un estado de ánimo aún más grave que estos últimos.
Los niños seculares no tienen un contraejemplo para saber si lo que están haciendo o viendo es bueno o no, por lo que les parece natural. En contraste, los niños cristianos sienten una contradicción entre lo que sus padres profesan por sus bocas y lo que les permiten hacer. Como resultado, sufren de remordimiento y tienen problemas de conciencia mucho más profundos que sus contemporáneos incrédulos.
Nos sorprendió descubrir que incluso en una iglesia neo-protestante, formada por una comunidad de personas nacidas de nuevo llenas del Espíritu Santo – al menos para la mayoría de ellos, al menos lo espero – manifestaciones espectaculares de diversas posesiones demoníacas, depresión, autolesiones y otros trastornos psicológicos están igualmente presentes entre sus propios hijos. Las películas y la música mencionadas anteriormente promueven la propagación y la intrusión de poderes demoníacos. Así, los espectadores y los oyentes pueden ser fácilmente demonizados concretamente simplemente mirándolos y escuchándolos (como en el caso del consumo de sangre, véase uno de mis vídeos anteriores). Sin mencionar el problema de permitir cualquier tipo de interacción sexual demasiado pronto y fuera del matrimonio. En estos casos no ocurre nada más que
losniños son pasados por un fuego consumidor por sus propios padres creyentes por indulgencia
La escuela es también un ambiente profundamente contagioso, donde los niños sólo pueden permanecer puros de lo que allí sucede bajo la condición de una guía y una cobertura espiritual muy precisas. No me refiero principalmente a todas las mentiras científicas que se les enseñan en esos lugares, sino simplemente a todos estos comportamientos desviados que otros niños traen allí desde sus familias demonizadas y que nuestros propios hijos deben presenciar, vivir y, a menudo, sufrir. Hoy en día, aparte de mí, muy pocos profesores alzan la voz contra estos problemas. Y si alguien lo hace, como suele pasarme a mí, tal profesor tendrá que afrontar el problema de buscar siempre un nuevo trabajo al final de cada curso escolar, tal como hice yo durante muchos años antes de agotar el último trabajo disponible en el región. Nuestra profesión no favorece a los compañeros que quieren mantener la disciplina y el orden, pero al final del año serán despedidos por la queja de uno o dos padres locos que se toman muy mal cuando hacemos la más mínima crítica hacia sus niños idolatrados y malos.
Sería bueno tener más escuelas cristianas renovadas y con una fe viva, e incluso oportunidades para que los estudiantes privados siguieran un programa educativo bien desarrollado. Esto puede sonar legalista nuevamente, pero miremos a nuestro alrededor: el mundo se está deteriorando tan rápidamente, con una violencia y propaganda sexual cada vez mayores y decadentes, que ha llegado el momento en que esto se ha convertido en una necesidad.
Este problema también podría resolverse si la estructura y el funcionamiento de nuestras comunidades religiosas fueran exactamente idénticos a los descritos en los Hechos de los Apóstoles. Como tendríamos todo en común, estaríamos cerca unos de otros, la educación de nuestros hijos podría resolverse dentro de la comunidad, aprenderían verdaderamente lo vital y no estarían condicionados desde pequeños a convertirse en pequeños esclavos entrenados para satisfacer las demandas del sistema de Mammon que es en constante propagación.